09 Jul
CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA Nos encontramos ante un fragmento perteneciente a Crónica de una muerte anunciada, escrita por Gabriel García Márquez. Este pertenece al grupo de narradores que impulsaron la narrativa hispanoamericana de los años 60 con su característico realismo mágico, entre los que también se encuentran otros autores como Vargas Llosa, Isabel Allende o Borges. Nació en 1928 en Aracataca, un pueblo colombiano situado en la zona del Caribe, aunque vivirá también en Europa, por lo que recibe influencia de las dos culturas. Empezó trabajando como periodista y desde los años 50 compaginó esta actividad con la escritura de cuentos y novelas cortas. A su primera novela, La hojarasca, siguió el reportaje novelado Relato de un Náufrago y novelas cortas como El coronel no tiene quien le escriba. Todas ellas anticipan el rico universo mítico-literario de su novela cumbre, Cien años de soledad. Posteriormente publicó esta novela (1981), centrada en un asesinato cometido por venganza y la importancia de la honra, y El amor en los tiempos del cólera, entre otras. En 1982 recibió el Nobel de Literatura y en sus últimos años se ha dado en escribir sus memorias. Respecto a su contexto histórico, este está marcado por la inestabilidad política y los movimientos revolucionarios contra el imperialismo, como el de la masacre de Las Bananeras, en la que fueron asesinados multitud de manifestantes que reivindicaban a una empresa norteamericana mejores condiciones laborales.
El tema de este extracto, situado al final de la novela, es el perdón de Bayardo San Román a Ángela Vicario por su deshonra y su reencuentro. Esta fue repudiada por una supuesta violación a manos de Santiago Nassar, motivo por el que es asesinado por los hermanos Vicario. Ángela, como una esposa devota, escribe durante años cartas a su marido, Bayardo, que nunca devuelve. Su casamiento ocurre en la juventud de ambos, aunque en el momento de este fragmento ya han envejecido. Ángela es una chica de buen ver, pertenece a una familia humilde y es reprimida por las costumbres de la sociedad de la época. Al principio se niega a contraer matrimonio, pero Bayardo termina por conquistarla. Este personaje tiene buena posición económica y gusta de demostrarlo. Por su parte, Santiago Nassar es arrogante y atractivo, y nunca queda claro si fue cierta la acusación que le hizo perder la vida. //
Tiene lugar en la casa de la madre de Ángela, que por lo que podemos deducir a partir de las descripciones se sitúa en el pueblo natal de autor. El fragmento transcurre 17 años después de que Bayardo se marche del pueblo y repudie a Ángela. Sin embargo, la trama general de la obra gira en torno a la muerte de Santiago, que se desarrolla en un único día en el que los saltos en el tiempo mediante flashback para explicar acontecimientos presentes y las alusiones al futuro dan la sensación de que la acción dura más de 24 horas. Por esto, diferimos entre el tiempo de la narración y el de la acción.// Podemos apreciar rasgos típicos de su movimiento, como la incorporación del subconsciente, pues los sueños están presentes desde el comienzo de la obra; el sentido sagrado del cuerpo, ya que el sexo se muestra desinhibido (“trilla de fuego de su verga africana”); la experimentación con el lenguaje, dado que mezcla lo coloquial (“muerta de risa”) con lo retórico (“en prueba de mi amor te envío mis lágrimas”); los temas, el honor y la muerte; y el uso del rompecabezas temporal.
Pertenece al género de la narrativa, como vemos en el estilo indirecto y la colocación en prosa de una historia con su introducción, su desarrollo y su desenlace; concretamente es una novela breve con tintes periodísticos (crónica periodística). Respecto al lenguaje, se advierte una mezcla del estilo periodístico y real con el estilo mítico heredado del realismo mágico. La prosa es densa y poética e incorpora elementos metafóricos, pero también observamos pasajes marcadamente violentos y trágicos, como los detalles de la autopsia del protagonista. Hay también una mezcla de registros lingüísticos: los vulgarismos de los hermanos Vicario, procedentes de una familia humilde, se mezclan con el lenguaje culto del periodista o de las familias aristocráticas. El tratamiento irónico de los hechos es característico. En resumen, la obra rezuma oraciones concisas, limpias y claras en los diálogos de los personajes y las descripciones. Se logra con ello el propósito del autor: barnizar de verosimilitud lo naturalmente increíble, trastocando el tiempo para revelar su verdad y dejando en el aire una duda que destruye a los protagonistas y a la vez atrapa al lector en una red de la que ya no escapará. // Encontramos algunos recursos como antítesis, ya que opone dos términos contrarios (“el odio y el amor son pasiones recíprocas”, “rencor feliz”); metáforas, pues identifica un elemento real con uno imaginario (“más encendía las brasas de su fiebre”, “en prueba de mi amor te envío mis lágrimas”); sinestesia, dado que asocia una sensación a un sentido que no le corresponde (“mas calentaba también el rencor”), enumeración (“se volvió lúcida, imperiosa, maestra de su albedrío”) y polisíndeton o abundancia de conjunciones (“y volvió a ser virgen solo para él y no reconoció otra autoridad que la suya”).
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