20 Jul

1. Sexenio Absolutista: La Restauración del Antiguo Régimen (1814-1820)

Por el Real Decreto del 4 de mayo de 1814 se deroga la Constitución de 1812 y toda la obra legislativa de Cádiz. Reunidas en Viena, las potencias europeas buscan restaurar el orden tradicional alterado por la Revolución Francesa y Napoleón, intentando volver al statu quo anterior.

Con la restauración del absolutismo, todos los partidarios del modelo constitucional fueron declarados traidores a la monarquía. Desde 1814 se sucedieron pronunciamientos de facciones del ejército que intentaban forzar un cambio de orientación en el gobierno, pero todos fracasaron hasta 1819.

La situación del país era caótica, con guerras casi ininterrumpidas durante 5 años, en los que la península se había convertido en un campo de batalla. Las reformas eran rechazadas, pero sin ningún tipo de cambio, el sistema era inviable.

2. Trienio Liberal (1820-1823)

Las colonias americanas habían seguido los mismos avatares políticos que la metrópolis con la invasión de las tropas francesas. El 1 de enero de 1820, el coronel Rafael Riego proclamó la Constitución de Cádiz. A pesar del fracaso inicial en la región, algunas ciudades se fueron sumando al pronunciamiento a través de la formación de juntas liberales. Fernando VII juró la Constitución a la fuerza, convirtiéndose en un monarca constitucional el 7 de marzo de 1820.

En Madrid se formó una Junta Provisional de gobierno, integrada por miembros de la alta jerarquía eclesiástica, la nobleza y el ejército. La Junta debía preparar la vuelta al régimen liberal y establecer un gobierno provisional.

La asunción del poder provocó la ruptura del bloque liberal en dos grupos: los doceañistas, antiguos liberales influidos por el sistema inglés que consideraban la necesidad de dos cámaras, y los exaltados, más radicales, que querían la aplicación de la Constitución de 1812 con una sola cámara y sufragio universal masculino.

Se aprobaron medidas dentro del liberalismo moderado, como:

  • Desamortización de bienes de la Iglesia
  • Expulsión de los jesuitas
  • Abolición del fuero eclesiástico
  • Supresión de la Inquisición
  • Supresión de la propiedad amortizada

Las medidas liberalizadoras encontraron oposición en las clases privilegiadas, la aristocracia y, fundamentalmente, en la Iglesia, pero también en parte de la población española. A pesar de su cautela al introducir las reformas, los gobiernos moderados apenas pudieron gobernar, hostigados por la reacción absolutista y contrarrevolucionaria. El gobierno disolvió las juntas y desarmó al ejército revolucionario, incluido el del propio Riego. El rey solo pensaba en la restauración de su poder absoluto. Se produjeron levantamientos absolutistas en varias ciudades.

A finales de 1822, se hizo pública la intención de las potencias extranjeras de enviar un ejército a España para derrocar el régimen liberal español, con los llamados Cien Mil Hijos de San Luis. La invasión comenzó en 1823. La mayoría de los generales españoles se rindió sin combatir.

3. Década Ominosa (1823-1833): La Vuelta al Absolutismo

Los diez últimos años del reinado de Fernando VII serían recordados por la historiografía liberal con el nombre de Década Ominosa. España sufría una crisis productiva, la ruina de la hacienda, etcétera.

La patente ausencia de una dirección política firme y la incapacidad estructural de los gobiernos de Fernando VII, sumadas a los continuos cambios de gobierno, dejaron patentes las dificultades que no logró superar el monarca en su deseo de integrar en el poder a las diferentes corrientes del absolutismo.

Dos graves amenazas se cernían sobre los gobiernos de Fernando VII: por un lado, los liberales exaltados, siempre dispuestos a preparar levantamientos; por otro lado, los apostólicos o ultras, el sector más reaccionario, que desconfiaban de Fernando.

El descontento de los ultrarrealistas dio protagonismo a la figura del hermano del rey, Carlos María Isidro, de descendencia real.

En 1830, el triunfo de la Revolución de Julio en Francia animó a algunos exiliados españoles, que trataron una vez más de restablecer el liberalismo.

Conclusión


La revolución liberal había triunfado en España , por lo que los absolutistas españoles no podían esperar llamas ayuda de sus vecinos y en Madrid María cristina, le había dado una heredera, la princesa Isabel.
El pleito legal tenía un evidente alcance político. La exclusión del trono del ultra realista de Carlos María Isidro significaba un triunfo de los círculos moderados y liberales.
En 1832, por medio ministro calomarde, uno de documento en el que se le derogaba la Pragmática Sanción. Recuperado Fernando confirmó los derechos sucesorios de su hija Isabel coma y formó un nuevo gobierno presidido por Cea Bermúdez.
En septiembre de 1833 moría Fernando y María Cristina heredera de la Corona de España. El liberalismo sale definitivamente a escena de en España. Guerra carlista 1833-1840

Deja un comentario