17 Oct
Al-Ándalus (711-1492)
La Conquista Musulmana y el Emirato Independiente
A principios del siglo VIII, los árabes iniciaron la conquista de la Península Ibérica. La debilidad de los visigodos les permitió ocupar fácilmente el territorio peninsular, donde crearon el estado Al-Ándalus, que se mantuvo desde el año 711 al 1492.
Desde su conquista (Tariq y Muza – 711) Al-Ándalus pasó a ser un emirato, gobernado por un emir dependiente de los califas de Damasco. Abd al-Rahman huyó a Al-Ándalus, se adueñó del poder y proclamó el emirato independiente de Bagdad.
El Califato de Córdoba y los Reinos de Taifas
En el 912 llegó al poder Abd al-Rahman III y se proclamó califa, rompiendo los lazos con Bagdad. Así se inauguró el Califato de Córdoba hasta el 1031, su etapa más brillante. La última etapa del califato se caracterizó porque el aristócrata Al-Mansur consiguió monopolizar el poder creando una dictadura militar.
En 1031 desapareció el Califato de Córdoba y culminó el proceso de formación de los reinos de taifas. La alerta ante la conquista de Toledo por Alfonso VI llevó a la petición de ayuda a los pueblos del norte de África, los almorávides (Sagrajas 1086) y almohades (Alarcos 1195) que tras victorias no consiguen consolidar su poder por falta de repoblación, ni frenar el avance cristiano. La derrota almohade en las Navas de Tolosa (1212) supuso la división de los dominios musulmanes en 3 reinos: Murcia, Valencia y Granada. El último pervivió como reino nazarí hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492.
Organización Social y Económica
Respecto al estado, se organizó de forma centralizada a partir del poder del Califa, su poder se extendía a varios ámbitos, y el territorio estaba dividido en provincias gobernadas por un valí. La configuración social se basaba en una minoría árabe próxima al poder. También convivían junto a los musulmanes, los muladíes, mozárabes y judíos.
La población se concentró en ciudades, que tenían un núcleo amurallado (medina) donde se ubicaba la mezquita principal y el zoco. La agricultura se basaba en la gran propiedad e introdujeron la trilogía mediterránea, el regadío y nuevos productos. En la ganadería destaca la cría de caballos, ovejas y la apicultura. Destacó la actividad artesanal (vidrio) y la industria textil (lana). Además, Al-Ándalus fue un nudo de comunicaciones entre Europa, África y Asia. Por último, destaca el desarrollo cultural andalusí, en especial la arquitectura (Mezquita de Córdoba, Giralda, Aljafería) y su repercusión en el arte mudéjar.
La Paz de Westfalia (1648)
La Guerra de los Treinta Años y la Decadencia Española
La Paz de Westfalia fue firmada en 1648 y puso fin a la Guerra de los 30 años en Alemania y a la Guerra de los 80 años. Se trató de un enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes. La guerra se inició con la rebelión protestante de Bohemia y el problema se radicalizó cuando los protestantes contaron con el apoyo de Dinamarca, Suecia y Francia. La España de Felipe IV entró en el conflicto para ayudar a los Habsburgo austriacos. Esta lucha supuso una batalla para terminar con el predominio de los Habsburgo y una batalla abierta por el control económico de las rutas comerciales coloniales.
En el siglo XVI la monarquía hispánica obtuvo la hegemonía en Europa y en el Mediterráneo, por el contrario, el siglo XVII significó la decadencia de esta monarquía, que tuvo problemas como la ausencia de unidad y cohesión interior, la insuficiencia demográfica, las dificultades de la Hacienda y la decadencia de la actividad económica. Esta crisis tuvo su reflejo en la política exterior española con los fracasos sufridos en la Guerra de los 30 años.
Para poner fin a la lucha, se firmó la Paz de Westfalia, que supuso para España un proceso de decadencia que culminó con la firma del Tratado de Utrecht (1713).
Acuerdos de la Paz de Westfalia
Entre los acuerdos de la Paz de Westfalia, destaca en el ámbito territorial que Francia recuperó regiones, Suecia se convirtió en la mayor potencia del norte de Europa, Dinamarca perdió sus posesiones en el Báltico y España reconoció la independencia de los Países Bajos. En el plano religioso, se reconocieron las tres religiones. El orden político se basó en el equilibrio de las potencias europeas.
Consecuencias de la Paz de Westfalia
Pese a esta paz europea, Francia y España continuaron su enfrentamiento, que finalizó con la Paz de los Pirineos (1659), cediendo Rosellón, Cerdeña y plazas de los Países Bajos a Francia. Francia se convirtió en la primera potencia en el continente, pero el dominio de los mares lo ejercían los holandeses e ingleses. Con esta Paz se consiguió la paz por medio de negociaciones diplomáticas.
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