22 May

Definición de alienación

La dialéctica entre el hombre y la naturaleza hace posible que el hombre se desconecte de la naturaleza al quedar privado del producto y de los medios de producción. En el uso corriente significa pérdida, privación de algo, sobre todo de la facultad (por ejemplo, la mental). Marx supone alienación es la pérdida que sufre el hombre de su producto, de su actividad y de su esencia, al proyectarlos en un elemento irreal. El hombre que no tiene medios de trabajo tiene que vender su fuerza de trabajo, por lo que se queda sin producto y sin esencia.

Clases de alienación en el obrero y en el capitalista

Primeramente, el hombre está alienado con respecto al producto de su trabajo. El obrero, objetivando su trabajo, crea el producto; pero este, en el régimen de propiedad privada, acaba siendo una cosa que no le pertenece: se yergue frente al sujeto, se convierte en potencia hostil y esclavizadora, porque en la medida en que incrementa el capital hace al propietario cada vez más amo y al trabajador cada vez más siervo. Es obvio que la fuerza de trabajo produce más trabajo del necesario para restituir energías. El capitalista paga para reponer fuerzas de trabajo. Este valor creado por el obrero, por encima del correspondiente a su fuerza de trabajo, es llamado por Marx «plusvalía». Al conjunto de elementos implicados en el proceso de trabajo (fuerza + medios) destinados a producir plusvalía denomina Marx «capital», el cual surge cuando el proceso de trabajo no está inserto en relaciones de cooperación, sino de explotación. En segundo lugar, y tras la alienación del producto, viene, como es lógico, la alienación del acto productivo, porque mediante el trabajo la actividad se condensa u objetiva en el producto; perdido este, se pierde también aquella. Esta alienación de la actividad se manifiesta en el carácter externo que reviste el trabajo para el obrero, siente como algo forzado y penoso, en el cual se sacrifica a sí mismo. En tercer lugar, acontece la alienación del hombre con respecto de la naturaleza. Cuando el hombre es despojado del producto, deja de relacionarse humanamente con la naturaleza y de reproducirla a través de cada producto: no puede actuar sobre todas las fuerzas naturales de manera indefinida. Si el animal está preadaptado espontáneamente a objetos muy fijos, el hombre tiene la virtualidad de relacionarse con la naturaleza como «universo» que permite abandonar la particularidad animal. En cuarto lugar, se produce la alienación del mismo ser esencial del hombre. Pues este, en todas sus funciones, es parte de la naturaleza. El ámbito de la especie humana es el ámbito universal de la naturaleza, con la cual se relaciona activamente para no perecer. «La esencia humana no es algo abstracto inherente al individuo considerado aisladamente. En su realidad es el conjunto de las relaciones sociales».

La pérdida de la esencia se verifica en la pérdida de la necesidad o del sentido de la necesidad, porque esta se ve degradada y abstraída. La necesidad abstracta es precisamente el afán de dinero. En quinto y último lugar, se produce la alienación del otro hombre. Las relaciones con los otros pasan siempre a través de los productos del trabajo. Si estos se yerguen frente al obrero como potencia extraña y hostil, entonces el dueño de esos productos (el capitalista) necesariamente se enfrenta como elemento adverso y esclavizador. En el sistema de propiedad privada, la actividad laboral produce la división de clases (obreros y propietarios).

Por otro lado, también el capitalista (propietario) queda alienado del producto, de la actividad laboral, de la naturaleza, de su esencia y de los demás.

Primeramente, alienado del producto, pues recibe pasivamente un producto que no ha creado. Su relación con ese objeto es exterior: lo posee como algo separado de la actividad productiva. De ahí que el producto le interese solo en la forma abstracta de plusvalía.

En segundo lugar, el capitalista está alienado también del trabajo activo, porque no tiene ante el producto una actitud activa y laboral, sino receptiva y contemplativa; solo se relaciona con un resultado, cuyo origen activo está ausente: recoge los frutos de una manera inmediata, pero no laboral o mediata, como debiera ser. En tercer lugar, está el propietario también alienado de la naturaleza objetiva, la cual no es trabajada por él y no puede figurar tampoco como cuerpo inorgánico suyo. En cuarto lugar, alienado asimismo de su esencia, ya que esta se consigue mediante la experiencia del trabajo; su actividad propiamente dicha se reduce a la que compete a inferiores actividades animales. En quinto lugar, alienado por último de los demás hombres; se relaciona con el obrero a través de un producto desposeído, en el cual no ha intervenido activamente. En esta relación el propietario hace «contra» el obrero todo lo que el obrero hace «para» con él.

En fin, esta situación de alienación se mantiene en la medida en que se crea una «superestructura» social y política que la apoya. 1º Presupuesto economico: 2º Presupuesto politico: 3º Presupuesto social:

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