21 Oct
La Naturaleza
La naturaleza es un tema recurrente en la poesía de Miguel Hernández, que evoluciona a lo largo de su obra.
En su poesía juvenil, la naturaleza se presenta como un ente vivo y literaturizado. Hernández la describe con un lenguaje bucólico y variado, utilizando una profusa sustantivación para representar los diferentes reinos naturales:
- Reino vegetal: Algunos elementos vegetales adquieren la connotación del deseo amoroso desde la ausencia.
- Reino animal: Se observa la identificación del poeta con el toro, símbolo de la virilidad, la fiereza y el destino trágico que ambos comparten.
- Reino humano: Se utiliza un lenguaje sensorial que connota erotismo, con un uso frecuente de la sinestesia.
- Elementos meteorológicos y ambientales: Aparecen ligados a la fuerza de los sentimientos encontrados.
En Perito en Lunas, la naturaleza se vuelve más hermética, con metáforas ininteligibles. Sin embargo, los títulos de los poemas hacen referencia a elementos comunes de la tierra como el toro, la palmera o la granada. En poemas como La Higuera, la naturaleza se tiñe de un lenguaje connotado eróticamente.
En El Rayo que no cesa, la naturaleza se presenta a través de un lenguaje culto, principalmente en los sonetos.
Con Viento del Pueblo, el registro poético cambia. La naturaleza ya no es bucólica, amorosa ni pasional, sino que se convierte en un símbolo de solidaridad, valentía y lucha. Los diferentes mundos de la naturaleza se reinterpretan:
- Reino vegetal o inerte: La tierra pasa a ser madre y cuna del pueblo, representando la vida que nace frente al mar, que simboliza la muerte.
- Reino animal: La fiereza del combatiente se representa por el toro, que se enfrenta al ser sometido y adocenado que es el buey.
- Reino humano: Se apela a la sangre derramada y a los niños víctimas de la represión. Se ensalza la voluntad humana para ganar la lucha.
- Elementos meteorológicos y ambientales: El viento, que da nombre al poemario, se convierte en un elemento fundamental.
En Cancionero y Romancero de Ausencias, la naturaleza se transforma en el dolor de la ausencia de la mujer amada y del hijo muerto. Es un recuerdo de la libertad perdida y un refugio en el vientre femenino.
El Amor
El amor es otro tema central en la poesía de Miguel Hernández. Este sentimiento evoluciona y madura a lo largo de su obra, enriqueciéndose con las experiencias vividas.
En Perito en Lunas, se refleja la impaciencia del joven poeta ante el amor y el sexo. En poemas como El Rayo que no cesa, se observa una evolución en el tratamiento del amor. Las mujeres que marcaron la vida del poeta, Josefina Manresa y Maruja Mallo, se convierten en protagonistas de sus versos.
En este poemario se presenta la dicotomía entre el amor tierno y vasto hacia su novia del pueblo, Josefina, y el amor pasional y desgarrado hacia Maruja Mallo, mujer liberal y apasionada. También se refleja el deseo insatisfecho, posiblemente a consecuencia de los desaires de Mallo o de la castidad de Manresa.
Tras la ruptura con Mallo, Hernández vuelve con Josefina, a quien considera su verdadero amor. Con Viento del Pueblo, el amor se convierte en un sentimiento colectivo. El amor carnal, después de su boda con Josefina, estalla de gozo con la noticia de su embarazo.
Josefina le aporta seguridad, serenidad, esperanza y un hijo, lo que Hernández anhelaba. El poeta lucha por la libertad para entregársela a su familia. La ilusión renace en él cada vez que escribe a su mujer, dándole un hálito de esperanza y sentido a su vida.
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