15 Oct
Sinonimia y Antonimia en la Lengua
Sinonimia: relación semántica o semejanza de significados entre determinadas palabras. Por tanto, los sinónimos son palabras que tienen un significado similar o idéntico entre sí y pertenecen a la misma categoría gramatical.
Antonimia: relación semántica entre palabras distintas que tienen un significado opuesto o contrario. Deben pertenecer, al igual que los sinónimos, a la misma categoría gramatical.
Miguel Hernández y Su Obra
En 1933, presentó el alicantino Miguel Hernández El rayo que no cesa (finales de enero, 1936), un conjunto de poemas de carácter humanizado en los que se encuentran las obsesiones del escritor por el amor, la vida y la muerte.
Miguel Hernández (1910-1942) es uno de los grandes poetas españoles de la Generación del 27. Nació en Orihuela (Alicante), hijo de una familia modesta (su padre era pastor). A pesar de no haber podido continuar sus estudios por seguir la profesión de su padre, no dejó de leer a los grandes de la literatura castellana: Cervantes, Calderón, Lope de Vega, entre otros, y se convirtió en un gran autodidacta de la poesía, su gran vocación. Tras su participación en la Guerra Civil defendiendo la causa republicana, muere en una cárcel de Alicante enfermo de tuberculosis a los 32 años.
Los temas presentes en sus poemas son el amor y desamor que sintió por las tres mujeres más importantes de su vida (Maruja Mallo, María Segarra y su mujer Josefina Manresa), el transcurrir de la vida y la presunción de la muerte presente en la Elegía a Ramón Sijé.
El rayo que no cesa está estructurado en un poema prólogo dedicado a Josefina Manresa, trece sonetos, un poema largo, otros trece sonetos y un soneto final, conformando así un cancionero amoroso dirigido a su esposa Josefina Manresa. La elegía a su amigo Ramón Sijé precede al soneto final.
El conjunto de poemas incorpora variedad poemática y métrica que se decantará poco a poco hacia el soneto de línea quevediana. Es evidente la influencia de los poetas del Siglo de Oro en el empleo de las normas clásicas, de la lírica popular, como se ve en Soneto 4, y de los poetas y amigos como Vicente Aleixandre con su poesía surrealista y Pablo Neruda y su poesía pura, que le harán reconsiderar y limar su formación religiosa y enfocar su obra hacia una vertiente más sensual y erótica, muy alejada de sus primeros escritos; aunque sin olvidar su origen humilde, muy presente en la descripción del paisaje, de la naturaleza y de los habitantes de la misma.
Pero, como en la poesía amorosa tradicional, la mujer es la responsable de la tragedia. En el Soneto 4, el poeta erotiza la naturaleza mientras ella permanece extraña a cualquier insinuación. En el Soneto 12, el poeta añora la distancia que lo separa de su amada. En el Soneto 13, es una queja de abandono de Miguel después de una posible separación de Josefina.
El simbolismo, tan presente en los poetas del 27, se contempla con la imagen del toro como el enamorado y el amor inflexible metaforizado en rayo (Sonetos 23 y 28). La muerte, muy presente en el poemario, inicia la obra simbolizándola con un cuchillo homicida que amenaza la vida del poeta y no se separa de él hasta el final de sus días, liberándolo del amor que le hiere. Esta idea también está presente en el Soneto 6, en el que el poeta siente una enorme pena que solo la salva la muerte, y en el Soneto 18, en el que describe la elaboración de su propio ataúd. La indiferencia de la mujer se ve simbolizada con la imagen del hielo, la nieve, la piedra, el cardo, el amargor, la miera y la espina (Sonetos 5, 25 y 9), que lleva al poeta a sentirse como un enamorado solitario (Soneto 26).
Sin embargo, los Sonetos 8 y 10 rompen con la frustración del poeta vista hasta ahora; el amante se ofrece a los pies de la amada, lo que sugiere una posible esperanza de reencuentro con el amor.
El Poema 15, el único que, junto con la elegía, no es un soneto, debería ocupar la posición de eje de la obra. El poeta es vencido y anulado, y se rebela metamorfoseándose con la amada en barro contra el rayo y el cuchillo.
En el último soneto del libro, el poeta se dirige exclusivamente a la mujer para aclarar que su ruina ha sido producida por el amor.
Por último, la presencia de figuras retóricas muestra una sabia retórica con el empleo del hipérbaton, bimembraciones, aliteraciones, anáforas, paralelismos, correlaciones, etc., a lo largo de todo el poemario.
Conclusión: En los versos sutiles y puros de El rayo que no cesa de Miguel Hernández emerge un continuo amor dirigido a varias mujeres, el presentimiento de la tragedia que le persiguió durante su vida; todo ello con un uso impecable del simbolismo y de imágenes puras, por lo que la presencia de lo natural y lo sencillo son protagonistas indiscutibles.
El Novecentismo y la Generación del 14
El novecentismo, conocido como Generación del 14, es un movimiento intelectual y literario en el que un grupo de escritores tiende a la europeización y a la renovación estética, rompiendo con el desasosiego de la generación anterior.
Se caracteriza por su preocupación por España, mostrando frialdad en la búsqueda de soluciones. Está formado por un grupo de intelectuales cosmopolitas que desarrollan una literatura de minorías.
Dentro de la prosa, encontramos el ensayo llevado a cabo por José Ortega y Gasset, el gran ideólogo del movimiento. Su obra se agrupa en tres grupos: político, artístico y literario, como en La rebelión de las masas, y por último, un análisis del arte europeo.
La producción novelística fue minoritaria. Hay una novela caracterizada por el lirismo, llevada a cabo por Gabriel Miró; otra es la novela intelectual, llevada a cabo por Ramón Pérez de Ayala, en la que los personajes representan símbolos; y la novela humorística, en la que se desarrolla un humor negro.
En la poesía, encontramos a Juan Ramón Jiménez, que tiende a alcanzar la poesía pura, en la que hay cambios de tono, temática y estilo. Destaca su obra Arias tristes y Elegías.
Ramón Gómez de la Serna impulsa las vanguardias en España. Es famoso por sus greguerías, que recogen el pensamiento expresado de forma original. Las vanguardias se caracterizan por poseer una total libertad artística, como por ejemplo en el futurismo, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo. Los más destacados en España fueron el ultraísmo y el creacionismo de Vicente Huidobro, que busca, a través de imágenes, crear una nueva realidad.
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