12 Jul
El Auge y Caída del Frente Popular (1936)
Las elecciones de 1936, adelantadas por Lerroux debido a la crisis del gobierno conservador y el escándalo del estraperlo, revelaron una España profundamente radicalizada y polarizada. La izquierda se unió en el Frente Popular, con un programa que prometía amnistía para los presos políticos de la Revolución de 1934 y la continuación de las reformas. La derecha, dividida entre grupos como la CEDA y la Falange (esta última influenciada por el fascismo italiano), se oponía a las reformas.
Las elecciones, democráticas y limpias, dieron una victoria ajustada a la izquierda, que triunfó en la periferia, mientras la derecha se impuso en el interior. El nuevo gobierno, con Azaña como presidente de la República y Casares Quiroga como jefe de gobierno, se enfrentó a numerosos problemas:
- Derecha: Rechazo a las reformas, cierre de fábricas, oposición de la Iglesia.
- Falange: Creciente influencia, conspiraciones militares para acabar con la República, creencia en la posibilidad de una revolución comunista.
- Izquierda: Radicalización de los partidos obreros, ocupación de tierras, promoción de la revolución por parte de grupos anarquistas.
El fin de la República llegó con un golpe de estado que desencadenó la Guerra Civil. Previamente, ya existían conspiraciones contra el gobierno y la República lideradas por Gil Robles (CEDA) y Primo de Rivera (Falange). El golpe, encabezado por Franco, Sanjurjo y el general Mola, fue impulsado por una serie de conflictos violentos, incluyendo el asesinato de un militar partidario de la República a manos de falangistas. El 17 de julio de 1936, el golpe fracasó, marcando el inicio de la Guerra Civil.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930): Del Directorio Militar al Directorio Civil
En 1923, Miguel Primo de Rivera encabezó un golpe de estado con el apoyo del rey Alfonso XIII, quien le encomendó la formación de un gobierno, dando paso a la dictadura militar. Esta etapa se presentó como un proyecto regeneracionista y una solución autoritaria a la crítica e inestable situación del país. La dictadura se divide en dos fases: el Directorio Militar (1923-1925) y el Directorio Civil (1925-1931).
Directorio Militar (1923-1925)
El gobierno, formado por Primo de Rivera y altos mandos del ejército, tenía como objetivos:
- Dotar de estabilidad al país.
- Restablecer el orden público.
- Poner fin al problema de Marruecos.
Entre las medidas adoptadas se encuentran:
- Suspensión temporal de la Constitución de 1876.
- Clausura de las Cortes.
- Prohibición de partidos políticos y sindicatos.
- Férrea censura de prensa.
- Represión de los nacionalismos, incluyendo la prohibición del catalán y el vasco en actos oficiales.
- Estado de guerra durante dos años.
- Prohibición del derecho a la huelga.
- Persecución de comunistas y anarquistas.
En el ámbito internacional, se puso fin a la Guerra de Marruecos con el Desembarco de Alhucemas, una acción conjunta de Francia y España contra las tropas de Abd-El-Krim, asegurando el control del protectorado.
Directorio Civil (1925-1931)
Con la resolución de los problemas más urgentes, se dio paso al Directorio Civil. El nuevo consejo de ministros, esta vez formado por civiles, se inspiró en el fascismo italiano de Mussolini. Algunas de las medidas implementadas fueron:
- Creación de un partido político: Unión Patriótica, con el lema “Religión, Patria y Monarquía”, buscando ser la base social de apoyo al régimen, pero con escaso éxito.
- Creación de la Asamblea Nacional Consultiva, sustituyendo a las Cortes, sin función legislativa real y con representación de las diferentes corporaciones del estado.
- Proyecto de Constitución que no llegó a término.
En el ámbito económico, se implementó una política de intervencionismo estatal y nacionalismo económico, con el objetivo de impulsar la industria nacional. Se crearon monopolios estatales como CAMPSA y Telefónica, y se llevaron a cabo numerosas obras públicas. La conflictividad social fue escasa gracias a la represión de anarquistas y comunistas, y se desarrolló una amplia política social y legislación laboral.
A partir de 1926, el régimen comenzó a perder apoyos, incluso dentro del ejército. Aumentó la presión de los partidos republicanos y la oposición intelectual, a lo que se sumó la crisis económica de 1929, que paralizó las inversiones. Finalmente, Primo de Rivera dimitió en 1930.
La Revolución de Asturias de 1934: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Tras las elecciones de 1931, la caída del régimen de Primo de Rivera y el desprestigio de la monarquía dieron paso a la Segunda República. La proclamación de la República fue recibida con entusiasmo, lo que llevó a un ambicioso programa de reformas durante el Bienio Progresista (1931-1933). Sin embargo, las reformas socialistas encontraron la oposición de diversos sectores sociales.
En las elecciones de 1933, la derecha se organizó y obtuvo la victoria, dando paso al Bienio Conservador (1933-1936) con Lerroux al frente, en coalición con la CEDA, que no participaba directamente en el gobierno. Este periodo fue el escenario de la Revolución de Asturias.
Entre las causas de la Revolución de Asturias se encuentran:
- Política de rectificación del gobierno conservador: paralización de las reformas del bienio anterior y contrarreforma agraria.
- Amnistía a los responsables del Golpe de Estado de 1932.
- Presencia de generales conservadores en puestos clave del ejército.
- Enfrentamiento con la Generalitat de Cataluña y bloqueo del Estatuto Vasco.
- Entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno, considerada una amenaza para la República.
El gobierno fue acusado de fascista, lo que provocó huelgas generales convocadas por la UGT y los anarquistas, dando inicio a una revolución que se extendió por núcleos industriales y ciudades como Madrid, Cataluña, Asturias y el País Vasco. La revolución triunfó en Asturias, donde mineros armados tomaron el control y proclamaron la República Socialista Asturiana. Sin embargo, la revuelta fue sofocada por el ejército liderado por Franco.
En Cataluña, Luis Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, temiendo la deriva autoritaria del gobierno central. La respuesta del gobierno fue la detención del gobierno catalán y la paralización del proceso autonómico.
La Guerra Civil Española (1936-1939) en el Contexto Internacional
La Guerra Civil Española puede considerarse como el preludio de la Segunda Guerra Mundial. España fue el primer país europeo donde se enfrentaron el fascismo y la democracia, en un conflicto que contó con una importante intervención extranjera en apoyo de ambos bandos, siendo determinante para la victoria del bando sublevado.
En el escenario internacional se distinguen tres posturas:
- Apoyo a los sublevados: Alemania e Italia, con el envío de material bélico, soldados y dinero, fueron los principales valedores del bando franquista. La Legión Cóndor alemana, responsable del bombardeo de Guernica, y el Corpo Truppe Volontarie italiano, con 70.000 soldados, fueron claves en la victoria final. Portugal también envió tropas, mientras que empresarios estadounidenses proporcionaron material bélico. La Iglesia Católica ofreció su apoyo moral e ideológico a la causa franquista.
- Apoyo a la República: La Unión Soviética proporcionó armas ligeras, tanques, aviones y dinero, además de la formación de las Brigadas Internacionales. México también brindó apoyo al gobierno republicano.
- No intervención: Francia y Gran Bretaña lideraron el Comité de No Intervención, con la intención de apaciguar a Hitler y evitar la extensión del conflicto. Sin embargo, la no intervención no se cumplió en la práctica y terminó perjudicando a la República.
Factores del Lento Crecimiento Demográfico Español en el Siglo XIX
Durante el siglo XIX, la población española experimentó un leve aumento en comparación con otros países europeos, que duplicaron o triplicaron su población. Este lento crecimiento se debió a la persistencia de un régimen demográfico antiguo y a un desarrollo industrial y urbano menor que en otros países.
Entre las causas del lento crecimiento demográfico destacan:
- Bajo crecimiento vegetativo: La alta mortalidad, provocada por brotes epidémicos como el cólera, enfermedades endémicas como la viruela (debido a la mala higiene y alimentación), el escaso desarrollo de la medicina y las frecuentes crisis de subsistencia (derivadas del atraso y bajo rendimiento de la agricultura), contrarrestaba la alta natalidad.
- Emigración: La emigración interna, marcada por el éxodo rural, fue más lenta y menos acusada que en otros países europeos debido al atraso de la agricultura, que requería mucha mano de obra. La emigración exterior, principalmente a América (México y Argentina), afectó especialmente a regiones como Galicia, Asturias y Cantabria, donde la estructura minifundista limitaba las posibilidades de crecimiento demográfico y obligaba a muchas personas a emigrar en busca de trabajo.
A finales del siglo XIX, persistían tres aspectos que lastraban el crecimiento demográfico español: la pervivencia de un régimen demográfico antiguo, la escasa urbanización y los desequilibrios en la distribución geográfica de la población. Estos factores constituyeron un obstáculo para la modernización económica e industrial del país, con la excepción de Cataluña, que contaba con un régimen demográfico más moderno, una mayor urbanización y un mayor desarrollo industrial.
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