20 Sep

El Pórtico de la Gloria

Análisis de la Obra Maestra del Románico

Contexto Histórico y Artístico

El Románico se desarrolla durante la Alta Edad Media, entre los siglos IX y XIII, coincidiendo con el feudalismo en Europa occidental. Las formas feudales surgieron a partir de pactos entre señores y caballeros, reyes y nobles. La debilidad de la monarquía provocó que esta hallara protección entre la nobleza y el clero. En esta época, Europa se ruralizó mientras que el comercio y la industria se estancaban.

La sociedad feudal era estamental: nobleza y clero (privilegiados) y campesinos (no privilegiados). La cultura se centraba en torno a los monasterios. Los monjes se dedicaban a copiar y traducir manuscritos de la antigüedad. A partir del siglo X se extendió por Europa la práctica de peregrinación a los Santos Lugares.

El arte románico tuvo su plenitud a mediados del siglo XI. Dios constituía el centro del universo y todo giraba en torno a él. El arte se vio influenciado por este hecho. Es un arte profundamente religioso cuya finalidad era instruir a la población analfabeta en el conocimiento de las Sagradas Escrituras.

El Románico es el primer estilo internacional europeo, ya que se extendió por toda Europa. En la península ibérica, el estilo románico se extiende por la mitad norte y de este a oeste, desde Cataluña hasta Santiago de Compostela, destino de la peregrinación medieval, una importante vía para la llegada de formas artísticas procedentes de Europa.

La iglesia se convirtió en una especie de libro en imágenes, para que el creyente analfabeto accediera al mensaje de la Biblia. La escultura ocupó la fachada; sus relieves eran admonitorios.

En el interior, los capiteles esculpidos y las pinturas de las paredes ampliaban el mensaje de la fachada, suavizándolo y humanizándolo a través de ciclos narrativos del Antiguo y Nuevo Testamento y de vidas ejemplares de santos.

El Maestro Mateo y su Obra

El Maestro Mateo era arquitecto y escultor. Se sabe que se formó en Ávila y que conocía las técnicas de construcción empleadas en edificios franceses tales como la Magdalena de Vézelay. El Maestro Mateo consiguió romper con la idea del artista itinerante que proliferó en la Edad Media, puesto que se asentó en Santiago de un modo más o menos permanente desde 1168 a 1217. Su arte influyó en obras del noroeste de España.

El Pórtico de la Gloria, cuyo nombre se debe al relieve que contiene la escena de la Gloria del Señor, forma parte del nártex de la catedral. Es una portada triple, símbolo de la Trinidad, que coincide con las naves de la iglesia. Tiene más de doscientas esculturas de exquisita factura que recubren todos los elementos arquitectónicos.

Descripción del Pórtico

El parteluz está presidido por la estatua sedente del apóstol Santiago. Junto con el Cristo del tímpano, es la figura más hierática de todo el conjunto. En la base de éste, el propio Maestro Mateo reza humildemente arrodillado.

El tímpano del vano principal recrea el Apocalipsis: Cristo aparece en el centro mostrando sus llagas, rodeado por los cuatro evangelistas con sus símbolos. La figura de Cristo se nos muestra como Dios piadoso que ofrece la salvación. Rodeando a esta figura se encuentran los cuatro evangelistas, simbolizados en el Tetramorfo.

La arquivolta muestra a los ancianos del Apocalipsis celebrando la gloria celestial, tocando instrumentos musicales representados con gran realismo.

Sobre el dintel, unos arcángeles portan los símbolos de la Pasión.

En las jambas, un magnífico conjunto de profetas y apóstoles parecen conversar, sonríen y poseen un naturalismo que presagia la escultura gótica. La ornamentación escultórica de la arcada izquierda del Pórtico está dedicada a la Ley de Moisés y la de la derecha, al Juicio Final. En el pilar de los profetas, un apesadumbrado Jeremías refleja el sufrimiento que padeció a causa de sus profecías; Daniel sonríe porque anuncia la venida del Salvador; Isaías sostiene un pergamino y Moisés levanta las tablas de la ley en sus manos.

En la jamba derecha está San Pedro con las llaves del Reino de Dios, San Pablo y San Juan.

Estilo y Características

Estilísticamente, predomina la disposición simétrica de las figuras. Sin embargo, la rigidez y el hieratismo propios del primer románico desaparecen. Todas las figuras revelan un dinamismo que hace que pierdan la frontalidad y la rigidez románicas, acentuado por la naturalidad en los pliegues de los vestidos.

Los personajes comienzan a experimentar una cierta independencia con respecto al marco arquitectónico en que se ubican.

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