28 Mar

Portada Oeste de San Pedro de Moissac (Siglo XI)

Introducción: Nos encontramos delante de la portada oeste de Moissac.

Análisis Formal y Funcional

El tímpano, delimitado por tres arquivoltas formadas por arcos ligeramente apuntados y decoradas con motivos vegetales, descansa sobre un dintel con rosetas que contienen el símbolo de la cruz.

El tema representado en el tímpano es la Segunda Venida de Cristo para juzgar a los hombres, según la visión descrita por San Juan en el Apocalipsis. Las figuras se ordenan en una composición perfectamente simétrica y en su disposición vemos que se cumplen con toda claridad dos de las leyes de las artes figurativas en el románico: la adaptación al marco arquitectónico y el horror vacui. En el centro, como eje de la composición, se encuentra la figura de Cristo en Majestad (la Maiestas Domini), coronado como rey del Universo y vencedor de la muerte, enmarcado por la mandorla o almendra mística y sentado en un trono. Su vestimenta, de gran riqueza y suntuosidad, lo eleva por encima de lo terrenal. Lleva un nimbo crucífero alrededor de su cabeza. Tiene su mano derecha alzada en un gesto de bendición y con la izquierda sostiene el Libro de la Vida. Es una figura de gran tamaño, de marcada frontalidad, que refleja a la perfección la omnipotencia de Dios. Aparece la perspectiva jerárquica medieval. A ambos lados de Cristo están los símbolos de los cuatro evangelistas (el Tetramorfo): el águila-San Juan, el toro-San Lucas, el león-San Marcos y el ángel-San Mateo.

En las jambas aparecen, a la izquierda Isaías, uno de los cuatro videntes y profeta mayor que anunció el nacimiento de Cristo, y a la derecha San Pedro, piedra angular de la Iglesia, el primer Papa y patrón de Cluny.

Los veinticuatro ancianos del Apocalipsis se colocan con la siguiente disposición: catorce en un registro continuo a los pies de Cristo y separados de él por las olas del mar de cristal, y los diez restantes en dos registros paralelos a ambos lados. Todos dirigen su mirada hacia Dios y algunos aparecen en posturas forzadas y antinaturales. Están realizados en altorrelieve, casi en bulto redondo.

Por lo que se refiere al tratamiento escultórico, el artista manifiesta una tendencia hacia la geometrización y la abstracción en la figura de Cristo, Tetramorfo y los serafines. Más realistas son las figuras de pequeño tamaño de los veinticuatro ancianos que, aunque han alcanzado la gloria, son humanos.

Conclusión


Pinturas del Ábside de San Clemente de Tahull

Análisis Formal y Funcional

Es una pintura realizada al fresco con retoques de temple que en el ábside central representa la Maiestas Domini, la figura de Cristo en Majestad. Su imponente y solemne figura, enmarcada en la mandorla, centra la composición. Sentado sobre el arco del cielo, Cristo apoya sus pies descalzos en una semiesfera que podría representar la Tierra. Se presenta ante nosotros con la mano derecha alzada en actitud de bendecir, mientras con la izquierda sostiene un libro abierto en el que podemos leer: Ego Sum Lux Mundi (Yo soy la Luz del Mundo).

En cuanto a la gama cromática utilizada es fría en la representación de la figura de Cristo con tonos azules y grises asociados al cielo y a la luz, con predominio de rojos. Los contornos se realizan con trazos gruesos de color negro. El color está aplicado en tintas planas, aunque en los plegados de los paños hay una gradación cromática que produce cierta sensación de volumen. El rostro de Cristo resalta sobre el color blanco del nimbo cruciforme, con una perfecta simetría, y enmarcado por largos cabellos. Destaca el dibujo de los ojos, de severa mirada. La nariz divide su cara con el fuerte trazo de dos líneas paralelas que se ensanchan para marcar las cejas. Los bigotes caídos enmarcan sus labios, dirigiendo la atención hacia las formas de la barba que reproducen las ondas del cabello. El fondo está mediante bandas de colores planos y vivos. La luz no proviene del exterior, sino que es la que irradian los propios colores y no hay deseo alguno de representar la profundidad espacial.

La composición es totalmente simétrica, a uno y otro lado de esta figura central aparecen dos letras suspendidas por tres hilos: alfa y omega. Dios es el principio y el fin, en Él comienzan y acaban todas las cosas. A ambos lados de la mandorla se representa (el Tetramorfo): el águila-San Juan, el toro-San Lucas, el león-San Marcos y el ángel-San Mateo.

Cierran la composición dos ángeles serafines con multitud de ojos simbolizando la luz de Cristo. Fuerte frontalidad y el hieratismo. En el muro del ábside están representados una serie de personajes sagrados cuyos nombres figuran en una banda que delimita los dos espacios del ábside. Separados por una ventana que se abre en el centro están la Virgen María, sosteniendo con la mano izquierda velada un plato del que irradia luz y San Juan. En los dos arcos preabsidiales se encuentran la Dextera Domini y el Agnus Dei con siete ojos, según la descripción del Apocalipsis de San Juan. Existe un sistema de proporción jerárquica, con la figura de Cristo de mucho mayor tamaño que las demás. El resto de los personajes se disponen en diferentes registros buscando la claridad expositiva y siguiendo la ley de adaptación al marco arquitectónico.

Conclusión

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