10 Jun

Anomalías Renales

2. Hipertrofia Renal

Se trata de un riñón aumentado de tamaño con mayor capacidad funcional, que se produce cuando hay agenesia, hipoplasia o atrofia renal secundaria del riñón contralateral.

5. Anomalías de Forma

El tejido renal que puede simular una masa renal se denomina PSEUDOTUMOR.

Entre estas tenemos:

a. Columna de Bertín: Tejido cortical que se extiende inferiormente entre las papilas renales, pudiendo producir un efecto de masa.

b. Dismorfismo Cortical: Resultante de la fusión incompleta de dos lóbulos renales adyacentes. La más frecuente es la joroba esplénica o riñón con forma de dromedario, por el crecimiento y desarrollo del hígado y del bazo.

c. Áreas Peri-sinusales: Las áreas del parénquima renal que contornean el seno renal, pueden ser muy protuberantes y simular una masa renal.

6. Anomalías de Estructura

La enfermedad quística congénita incluye varias entidades que cursan como quistes renales sin que sea clara su etiología. Entre estas tenemos:

a. Enfermedad Quística Difusa: Riñón poliquístico infantil y del adulto (es más frecuente que la del infantil).

b. Quistes Medulares.

c. Quistes del Córtex.

d. Displasias: Riñón multiquístico y quiste multiloculado.

7. Anomalías de la Pelvis Renal y del Uréter

A. Duplicación Piélica y Ureteral

Son más frecuentes en las mujeres que en los varones. La pelvis bífida se observa en un 10% de la población. Esta entidad es tan común que prácticamente se le considera como una variante normal. También existen pelvis trífidas o multífidas. El uréter que tiene su orificio de entrada independiente a nivel de la vejiga o en otros lugares, se denominan uréteres ectópicos.

B. Megauréter

Se le denomina así al uréter dilatado. Puede ser:

B1. Primario o Congénito: No existe etiología obstructiva, se origina por existir un segmento aperistáltico, generalmente en su porción distal.

B2. Secundario o Adquirido: Puede ser originado por reflujo vesicoureteral, infecciones repetidas, estenosis inflamatoria y tumoral, etc.

C. Uréter Retrocavo

Con situación normal de los órganos intraabdominales, esta anomalía siempre acontece en el lado derecho. El uréter que normalmente se sitúa en su tercio superior lateralmente a la vena cava, se desvía bruscamente a nivel de L3-L4 o L4-L5, hacia el lado medial y pasa por detrás de la cava, para cruzar luego anterior a la misma y proseguir por su trayecto lateral habitual.

D. Ureterocele

Se define como una dilatación quística congénita de la porción intramural del uréter. Suele ser de tamaño pequeño, viéndose con más frecuencia en mujeres que en hombres. Por su morfología se le denomina “cabeza de cobra” y generalmente se asocia con un orificio ureteral estenótico. La inmensa mayoría son congénitos, pero hay otros que son adquiridos, cuando por alteraciones fibróticas o inflamatorias se produce una estrechez del meato ureteral. Se visualiza con facilidad en los estudios con contraste intravenosos. En el interior vesical aparece una imagen sacular que se rellena de contraste, separada del resto de la vejiga contrastada por un halo radiotransparente. Ocasionalmente por una mala función renal o por el gran tamaño del ureterocele, solo se observa como un defecto de repleción intravesical con unos contornos bien delimitados.

Al contrario que el ureterocele simple, el ectópico es menos frecuente y tiene una mayor incidencia en la infancia, con mayor incidencia en las niñas. Se denominan ectópicos porque están en relación con un uréter que tiene un orificio localizado en situación anormal, suelo vesical próximo al cuello vesical, en la uretra, etc. Casi siempre está presente en la duplicación renal, dependiendo del uréter que drena el polo superior, con manifestaciones radiológicas de uropatía obstructiva.

Uropatía Obstructiva – Litiasis Renal

A. Mecanismo Fisiopatológico

La conducción normal de la orina es el resultado de la actividad neuromuscular de la pelvis, los cálices, del uréter y de la vejiga urinaria.

La actividad peristáltica del uréter puede alcanzar una presión de 37 cm de agua hacia la vejiga, que no puede mantenerse durante mucho tiempo, dado que el cierre peristáltico ureteral es incompleto a tan altas presiones. Al aumentar la presión intravesical, se incrementa la actividad ureteral, hasta alcanzar entre 37 y 50 cm de agua, en cuyo momento el flujo urinario se paraliza.

Cuando la obstrucción es aguda, generalmente debido a un proceso reversible, como un cálculo ureteral, se producen anomalías funcionales transitorias, sin que ocurran mayores cambios estructurales, con un ligero aumento del tamaño renal por edema intersticial y dilatación tubular. Por otro lado, cuando la obstrucción se desarrolla en forma crónica, pueden producirse daños en la estructura renal y un profundo deterioro funcional.

B. Evolución de la Hidronefrosis

Existen tres fases:

B1. Fase Traumática

Esta se desarrolla inmediatamente después de una obstrucción aguda y completa.

B2. Hipertrofia

A los tres días del comienzo de una obstrucción parcial del uréter, se inicia una hipertrofia del músculo e hiperplasia del urotelio. El grado de la hiperplasia muscular, parece estar relacionado con la duración y severidad de la obstrucción.

B3. Dilatación y Destrucción Parenquimatosa

La descompensación muscular se produce cuando la hipertrofia muscular y la peristalsis hiperactiva no consiguen transportar la orina, apareciendo la dilatación y, secundariamente, una destrucción del parénquima.

Clasificación de las Causas de la Uropatía Obstructiva

A. Mecánica

1. Congénita: Estenosis del uréter, ureterocele ectópico, válvulas uretrales.

2. Inflamatorias: Estenosis ureteral, estenosis uretral, ostitis, fibrosis prostática post-prostatitis.

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