11 Jul
TEXTO 9. CAMBIO DE MENTALIDAD EN EL SEGUNDO FRANQUISMO
Texto expositivo – argumentativo de carácter social escrito por Walter Bernecker, historiador,
que realizó la
investigación publicada en el libro de Nigel Townson. El texto es un fragmento,
de la colaboración de Bernecker en el libro de Townson, “España en cambio:
El
segundo franquismo, 1959-1975”, por tanto, tiene carácter público destinado a
toda persona interesada en conocer la historia de España, especialmente en sus
aspectos sociales. La obra fue editada en Madrid en 2009. El autor del texto a
analizar es Walter Bernecker hispanista alemán, que se ha centrado en el estudio
de la historia de nuestro país en el siglo XX, concretamente de los convulsos
años treinta. N. Townson es un historiador hispanista, inglés, licenciado por
Cambridge y doctorado por la Universidad de Londres. En la actualidad es uno de
los estudiosos de la historia de España con más renombre, trabaja en la Universidad
Europea de Madrid, además de como periodista de la BBC.
El texto está encuadrado en el periodo de la dictadura franquista, tras el fracaso de la autarquía económica. Con el nombramiento de los ministros Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres, que impulsaron un conjunto de disposiciones legislativas encaminadas a reformar la economía; el Plan de Estabilización, sin alterar los fundamentos políticos de la dictadura.
Los objetivos principales de este plan fueron la reinserción de España en el espacio comercial y financiero internacional, la modernización, la liberación y el saneamiento de la economía nacional. Para conseguirlo tuvieron que devaluar la peseta, facilitar la inversión extranjera, incrementar los impuestos, la contención del gasto público y limitar las subidas salariales. Con todas estas medidas se controló el alza de los precios y se evitó la banca rota del Estado. La aplicación del Plan de Estabilización también tuvo efectos negativos, como la disminución del consumo de los asalariados y el incremento del desempleo. Las reformas resultaron un éxito, desatando la euforia entre los empresarios y pusieron las bases para el espectacular crecimiento económico que inició nuestro país a partir de 1960.
Por consiguiente, el gobierno Franquista intentó coordinar y orientar este proceso económico expansivo mediante los llamados Planes de Desarrollo, el responsable de estos proyectos fue Laureano López Rodó.
Los objetivos del I Plan de Desarrollo (1964) eran aumentar el volumen de los intercambios comerciales con el exterior, multiplicar las exportaciones de artículos españoles, incrementar el PIB, estimular el consumo de la población e impulsar las inversiones empresariales, además de la creación de los polos de desarrollo y de promoción, para corregir los desequilibrios regionales y fomentar la industrialización en las regiones más desfavorecidas de la Península Ibérica. Las previsiones cuantitativas quedaron superadas con el II Plan de Desarrollo (1967). Durante la década de los sesenta, la economía española experimentó un ritmo de crecimiento acelerado, el proceso de modernización del aparato productivo y la plena industrialización del país, se completaron. Los niveles sociales de bienestar y consumo aumentaron notablemente. La tasa media de crecimiento anual del PIB fue de un 7%. Las exportaciones también se duplicaron y, junto a los productos agrícolas se vendieron buques y manufacturas industriales. España dejó de ser un país atrasado, agrario y rural para transformarse en un país moderno, industrial y urbano. Este crecimiento económico evitó tensiones sociales y reforzó el poder de
Franco y la continuidad de su régimen.Otros factores que
contribuyeron al rápido crecimiento económico del periodo de 1959 a 1973 fueron
la favorable coyuntura económica internacional, las masivas inversiones de
capital extranjero, la creciente actividad en nuestro país de empresas
multinacionales, los ingresos procedentes del turismo, las importantes remesas
de dinero enviadas por los emigrantes a sus familiares, los reducidos costes
laborales, las enormes inversiones estatales destinadas a la construcción de
infraestructuras, obras de regadío y miles de viviendas de protección oficial.
A pesar del triunfalismo de las autoridades y de los medios de propaganda oficial
que calificaron esta expansión económica como “milagrosa”, el crecimiento
resultó desequilibrado e insuficiente. La emigración ocultó las importantes
limitaciones de la economía nacional para generar empleo.
Además, se produjo un intenso flujo migratorio del campo a la ciudad. Se mantuvo un sistema insuficiente de prestaciones y servicios sociales, y la expansión de las ciudades fue desordenada. Este desarrollo económico se benefició de un sistema fiscal regresivo e injusto que beneficiaba a la minoría más adinerada.
Pese a los profundos cambios económicos y sociales de la década de los sesenta, fue el inmovilismo y la ausencia de cambios lo que caracterizó la política. La consolidación en el poder de Luis Carrero Blanco, que reforzó su posición al incorporar al gobierno a los ministros Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio y evitar así, un cambio democrático. Y con el propósito de reforzar la dictadura fueron aprobadas nuevas leyes como: la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) con el propósito de ampliar la cobertura y prestaciones de la sanidad, la Ley de Prensa (1966), impulsada por M. Fraga que limitaba la censura y La Ley Orgánica del Estado (1967) en la que se reconoce la libertad religiosa, la separación entre la Jefatura del
Estado y la de Gobierno y se modifica la composición de las Cortes. Junto a la designación de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado con el título de rey. Durante estos años la dictadura franquista fue considerada una rareza anómala en medio de países democráticos, que habían iniciado su proceso de unificación con la creación de la Comunidad Económica Europea en 1957 La idea principal del texto es la explicación de algunos de los cambios sociales que se vivieron en España a partir del desarrollismo económico y que trajeron consigo un cambio de mentalidad, que se tradujo en un cambio en todos lo sectores de la sociedad, desde el punto de vista moral, religioso, educativo, demográfico, en el ocio… “el desarrollismo no fue solamente un fenómeno económico. Fue también la consecuencia de un cambio de actitudes y mentalidades”.
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