27 Ene
ARISTÓTELES: PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO: Aristóteles llamó hilemorfismoal sustrato que permanece en el cambio de los entes materiales, materia, que constituye el principio potencial y, por tanto, indeterminado. A aquello que cambia lo llamó forma, y constituye el principio que actualiza o determina a la materia. Ambos, materia y forma, no existen ni tienen realidad en sí mismos, sino que son dos coprincipios de una realidad: cada uno de ellos solo puede ser en el otro.
PROBLEMA DEL HOMBRE: En primer lugar distinguió entre seres animados e inanimados. Los primeros son aquellos que están dotados de movimiento propio, es decir, que tienen su origen en un principio intrínseco. Un ser animado actúa y se mueve por sí mismo, a diferencia de los inanimados
que, en todo caso, son movidos: su movimiento les viene de algún principio extrínseco.
El primer principio de la vida es el alma, que Aristóteles definió como acto primero de un cuerpo organizado. De ella dependen los que denominó principios segundos. Estos son los órganos corporales y las facultades cognoscitivas y apetitivas a través de los cuales los seres animados realizan sus operaciones vitales. El alma es lo que hace que un ser esté vivo y posea un determinado modo de vida.
En efecto, el alma constituye la forma de un cuerpo apto para la vida. Aristóteles sostuvo la unión sustancial entre cuerpo y alma; no son dos sustancias, sino dos coprincipios de una única realidad: el ser vivo. De este modo, resolvió el problema del dualismo antropológico de Platón, para quien sólo cabía una unión accidental entre cuerpo y alma.
Aristóteles distinguió tres tipos de alma, que dan lugar a otros tipos de vida: Vida vegetatita, cuyas funciones son la nutrición, el crecimiento y la genración. VIda sensitiva, que, además de las funciones anteriores, se caracteriza por el conocimiento sensible, el apetito sensible,¡ y la capacidad locomotriz. Vida intelectiva, que añade a las funciones anteriores el conocimiento intelectual y el apetito racional o voluntad. Esta vida corresponde exclusivamente al ser humano.
Aristóteles no habló de forma explicita sobre un origen del alma humana distinto de la del resto de seres animados, lo que parece indicar que sostenía que provenía de los padres por generación. También resulta confusa la doctrina de este autor acerca de la inmortalidad del alma humana. La interpretación más común es que tras la muerte solo permanece la parte intelectiva del alma. En cualquier caso, nada dejó escrito sobre lo que le ocurre a esa parte inmortal después de sobrevivir al cuerpo.
PROBLEMA DE LA ÉTICA: Aristóteles siguió los pasos de su maestro, por lo que su moral se puede caracterizar también como una búsqueda de la vida buena, es decir, de la felicidad. Sin embargo, en coherencia con su visión del ser humano y del mundo físico, rechazó el recurso platónico a un mundo separado de ideas. Dedicó espacio en sus obras a dos conceptos fundamentales:
El Bien: lo entiende como fin de la conducta humana y en él funda toda su reflexión sobre la moral; de ahí que se haya calificado su ética de teleológica.
La virtud:
Es el camino que conduce al bien propio del hombre; por ello, laética aristotélica se puede considerar también como una ética de virtudes.
El bien, para Aristóteles, depende de la manera de ser de cada tipo de realidad. Éste se identifica con la perfección de cada tipo de ente por lo que es causa final o términode sus acciones; de ahí que lo defina como aquello hacia lo que todas las cosas tienden.
El bien supremo o fin último del ser humano es aquel al que se subordinan todos los demás bienes sin estar él subordinado a ningún otro. Los seres humanos se hacen buenos en la medida en que aprenden a identificar este bien y tratan de alcanzarlo.
El auténtico bien supremo para el ser humano se encuentra en la vida intelectual, porque esta consiste en el ejercicio de la inteligencia, que es la facultad más alta del alma. Por ello, el hombre sólo puede ser completamente feliz cuando se ocupa de la ciencia teórica más elevada, la filosofía primera, ya que su objeto es el ser en general y el Acto Puro, cumbre de todos los seres y perfecciones.
Aristóteles estimo que la virtud es algo que perfecciona al ser humano, lo ayuda a actuar bien y lo pone en el camino hacia una vida plena. La verdadera virtud se define, según él, como un hábito que reúne tres rasgos: es adquirido, operativo y voluntario.
Adquirido: porque es una cualidad o disposición estable que se asienta sobre alguna facultad del hombre como la inteligencia, y que se obtiene por la constante repetición de actos.
Operativo: porque posibilita la adecuada realización de los actos propios de la facultad que perfecciona.
Voluntario: porque le camino de la virtud conlleva deliberación y elección, es decir, se requiere la intervención del intelecto y la voluntad.
Aristoteles dividió las virtudes en: Éticas: habitos voluntarios que consisten en un término medio entre dos extremos, que son el exceso y el defecto a la hora de actuar. ASí, por ejemplo, serían vicios tanto el comer habitualmente en exceso como comer demasiado poco. Por otro lado, término medio no es sinónimo de mediocridad, porque la virtud ética con respecto al bien es excelencia y plenitud. (fortaleza, justicia, templanza)
Dianoéticas: perfeccionan el intelecto y el conocimiento (arte, prudencia). En relación con el intelecto teórico surgen tres virtudes: la ciencia, el entendimiento y la sabiduría.
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