18 Feb
El Arte Helenístico: Un Puente entre Grecia y Roma
El período helenístico, también conocido como alejandrino (en referencia a Alejandro Magno), representa una etapa crucial en la Antigüedad. Sus límites cronológicos se enmarcan entre dos acontecimientos políticos clave: la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.) y el suicidio de Cleopatra VII de Egipto y Marco Antonio, tras su derrota en la batalla de Accio (30 a. C.). Esta época constituye una fascinante transición cultural entre la Grecia clásica y la Roma en su apogeo.
La Influencia de Alejandro Magno y Aristóteles
La conquista de Oriente por Alejandro Magno abrió un nuevo horizonte para los artistas, permitiéndoles explorar temas y personajes étnicos diversos, más allá de los cánones de la Grecia clásica.
Alejandro Magno, consciente del poder propagandístico del arte, controló la reproducción de su imagen. Solo autorizó a tres artistas para representarlo en escultura, orfebrería y pintura. El pintor elegido fue Apeles, una figura mítica para la profesión. Artistas posteriores lo han citado como ejemplo de la dignidad de su profesión, al ser el favorito del emperador, quien visitaba su taller y se sometía a sus indicaciones.
Las ideas del filósofo Aristóteles, que valoraba las experiencias sensoriales como fuente de conocimiento, también influyeron profundamente en el arte helenístico. Las artes visuales se alejaron de los modelos idealizados y se enfocaron en representaciones más naturalistas, buscando la perfección en la realidad misma. Los artistas se dedicaron a explorar todos los aspectos de la figura humana.
Características Principales del Arte Helenístico
- Dimensiones y Decoración: Se destacaron obras de dimensiones mayores a las naturales, superando las proporciones clásicas. Los grandes monumentos, como el Altar de Zeus en Pérgamo, se caracterizaban por su abundante decoración ornamental.
- Urbanismo: A diferencia de las ciudades clásicas griegas, las ciudades helenísticas se diseñaron con un plan geométrico regular. Algunas adoptaron formas circulares, con un centro desde el cual irradiaban calles interconectadas por círculos concéntricos.
- Exageración y Sofisticación: Se enfatizaron y sofisticaron las formas heredadas de la Grecia clásica, dando lugar a obras monumentales como el «Coloso de Rodas».
- Dinamismo y Expresión: Las figuras, aunque ideales, adoptaron poses más relajadas. Aparecieron retratos de personajes heroicos. La estructura dinámica generaba una sensación de inestabilidad, reflejada en formas dramáticas y apasionadas. Las expresiones faciales transmitían emociones intensas, como alegría, angustia o dolor.
- Cerámica: Se crearon grandes vasijas de lujo, inicialmente decoradas con un estilo barroco en el dibujo, que luego fue reemplazado por relieves en negro o rojo.
- Arquitectura: Se prefirió el orden corintio, y surgieron nuevos tipos arquitectónicos, como gimnasios y edificios para el Senado, ricamente decorados. Los reyes helenísticos construyeron pórticos, bibliotecas, teatros (como el Teatro de Epidauro) y arcos de triunfo. Un ejemplo notable es el Tholos de Delfos.
- Escultura: Las esculturas perdieron el punto de vista frontal único, favoreciendo la visibilidad desde todos los ángulos. Se buscaba que pudieran ser contempladas desde cualquier perspectiva en espacios públicos. Se perfeccionó la representación de la anatomía y se exploró la torsión del cuerpo, con figuras en espiral y grupos complejos de varios personajes.
Temas y Sensibilidad
Los temas principales se inspiraron en la vida cotidiana, representando el placer, lo feo, lo grotesco y lo anecdótico. Se cultivaron las tres edades de la vida (infancia, plenitud y madurez), y los modelos podían ser griegos o extranjeros, vestidos o desnudos. La alegoría también ganó popularidad.
Se produjo un cambio en la sensibilidad artística, alejándose del equilibrio clásico. Se priorizó la representación de la realidad individual sobre la perfección física, y la expresión dramática sobre la serenidad espiritual. Las actitudes violentas reemplazaron a las reposadas.
Las Escuelas Helenísticas
En este período, las grandes individualidades clásicas dieron paso a las escuelas artísticas. Cuatro escuelas alcanzaron fama y prestigio: Atenas, Alejandría, Pérgamo y Rodas. Muchas obras de este período son de autor y fecha desconocidos, lo que refuerza la importancia de las escuelas como centros de producción artística.
Ejemplos notables de la escultura helenística incluyen el «Gálata herido», que ilustra la maestría en la representación de la anatomía y la expresión del sufrimiento.
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