07 Ene

El Arte Gótico: Una Nueva Luz en la Edad Media

Orígenes y Contexto Histórico

El arte gótico floreció desde la segunda mitad del siglo XII hasta principios del XVI. Durante este periodo, convivió con el estilo románico, marcando una etapa de transición. La Catedral de Salamanca fue la penúltima construida en este estilo, y la de Segovia, la última. El siglo XIII trajo consigo una serie de avances técnicos en la agricultura, lo que supuso un aumento de la producción. Con los excedentes, se vivió una época de paz relativa, reactivándose el comercio y produciéndose un renacer de las ciudades.

El arte gótico propiamente dicho coincide con la plenitud y la crisis de la Edad Media. Se suele indicar que, frente al arte románico (que refleja una sociedad ruralizada de guerreros y campesinos), el gótico coincide con el máximo desarrollo de la cultura urbana, donde aparece la burguesía, las universidades y el florecimiento de las órdenes religiosas (monásticas como el Císter y mendicantes como franciscanos y dominicos).

Caracterización del Arte Gótico

Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico.

No obstante, hay también muchos elementos de continuidad: el predominio de la inspiración religiosa en el arte sigue siendo indiscutido; el monasterio como institución apenas varía, excepto en detalles formales y de adaptación a nuevos requerimientos; la misma planta de las iglesias sigue siendo predominantemente la cruz latina, con cabecera en ábside orientada al este, aunque se complique o varíe (plantas basilicales, colocación del transepto en el centro, complicación de naves, capillas y girolas).

Sin duda, el principal elemento de continuidad es la concepción intemporal de la obra: en la mayor parte de las construcciones, los estilos se suceden y funden al ritmo de los siglos, sabiendo los contemporáneos que hacen una obra que ellos no verán terminada, ni quizá sus hijos o nietos.

Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos, el arco apuntado, al que suele llamarse ojival, del que se deriva la bóveda de crucería que permite desplazar los empujes a contrafuertes externos, que se alejan aún más de los muros mediante el uso de arbotantes.

Eso permitió la construcción de edificios mucho más amplios y elevados, y el predominio de los vanos sobre los muros. Los elementos sustentantes (pilares de complicado diseño) quedan mucho más estilizados. Pero la utilización de un elemento no puede definir un estilo de forma global; se trata de un problema más amplio, de una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y, con él, del mundo.

La Luz en la Arquitectura Gótica

Los nuevos edificios religiosos se caracterizan por la definición de un espacio que quiere acercar a los fieles, de una manera vivencial y casi palpable, los valores religiosos y simbólicos de la época. El humanismo incipiente liberaba al hombre de las oscuras tinieblas y le invitaba a la luz.

Este hecho está relacionado con la divulgación de las corrientes filosóficas neoplatónicas, que establecen una vinculación entre el concepto de Dios y el ámbito de la luz. Como las nuevas técnicas constructivas hicieron virtualmente innecesarios los muros en beneficio de los vanos, el interior de las iglesias se llenó de luz, y la luz conformará el nuevo espacio gótico. Será una luz física, no figurada en pinturas y mosaicos; luz general y difusa, no concentrada en puntos y dirigida como si de focos se tratase; a la vez que es una luz transfigurada y coloreada mediante el juego de las vidrieras y los rosetones, que transforma el espacio en irreal y simbólico. El color alcanzará una importancia crucial.

La luz está entendida como la sublimación de la divinidad.

Elementos Arquitectónicos de una Catedral Gótica

  • Crucero
  • Nave central
  • Naves laterales
  • Capillas absidiales
  • Girola
  • Portada del crucero
  • Cimborrio
  • Torres
  • Portada

Ejemplos de Catedrales Góticas

Catedral de Burgos

Don Mauricio, que había viajado por Europa, quiso hacer en Burgos una catedral similar a las que había visto. En esta trabajó el maestro Enrique. Comenzó en 1221 y fue consagrada en 1260, aunque tiene añadidos y reformas hasta 1516. Presenta una planta de cruz latina con tres naves, girola y capillas pentagonales, crucero de una sola nave muy marcado y cimborrio. En el interior, el muro o nave central se compone de pilares y arcos que separan las naves, un triforio o galería y, por encima, las vidrieras para mayor iluminación. En el exterior destacan los dobles arbotantes. La fachada principal tiene un cuerpo central y dos torres laterales, y dos agujas caladas por encima; destaca el rosetón.

Catedral de León

Posee girola y capillas absidiales. La nave central es muy alta, con un triforio muy pequeño, lo que da lugar a un espacio muy grande para las vidrieras. La fachada presenta un gran rosetón y dos torres que están separadas del cuerpo central.

Catedral de Salamanca

Comenzó en 1512 y se prolongó durante 22 años. Se pensó en derribar la vieja, pero se construyó al lado. Comenzó Juan Gil de Hontañón, más tarde Juan de Álava y Rodrigo Gil de Hontañón. A la muerte de Rodrigo en 1560, estaba acabado el edificio hasta el cuerpo y se levantó un muro provisional que cerraba la obra y permitía el culto. En los siguientes 100 años, las obras estuvieron paradas.

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