19 Nov
La Mezquita
Normalmente de planta triangular, presenta dos partes principales: un patio abierto llamado sahn y una sala de columnas cubiertas llamada haram. El sahn suele ser porticado y en su centro presenta una fuente para las abluciones, llamada sabil. El haram presenta una serie de naves orientadas longitudinal o transversalmente. Al utilizar columnas como elemento de sostén, se las conoce como hipóstilas. El muro del fondo, orientado hacia La Meca, se llama qibla. En el interior del muro de la qibla se abre un pequeño espacio reservado al califa, llamado maqsura. Adosado al muro del sahn se encuentra una torre desde donde se llama a la oración, llamada alminar o minarete.
La Mezquita de Córdoba
Se levantó en tiempos de Abderramán I sobre una antigua basílica visigoda. Con 11 naves dispuestas longitudinalmente, se inicia la primera ampliación con Abderramán II, prolongando las naves longitudinalmente tras destruir el muro de la qibla.
La segunda ampliación, llevada a cabo por Abderramán III, aumenta el sahn y construye el alminar o minarete, sin afectar al haram.
La tercera ampliación, realizada por Al-Hakam II, es cualitativamente la más importante. Se produce una barroquización del arte hispano-musulmán y se utiliza por primera vez la bóveda califal. Al-Hakam II derriba el muro de la qibla y lo lleva hasta el límite sur, junto al acantilado del río.
La última ampliación, llevada a cabo por Almanzor, es cuantitativamente la más importante, añadiendo 8 naves más, hasta un total de 19, haciéndolo por el este. Esta ampliación supone una vuelta a la tradición, deteniendo la barroquización iniciada por Al-Hakam II. El mihrab se mantiene en su lugar, apareciendo desplazado hacia un lado.
La Maqsura
Un detalle de la maqsura de Al-Hakam II. Se inicia en la capilla de Villaviciosa, donde se emplea por primera vez la bóveda de nervios que no se cruzan en el centro (bóveda califal). Se produce una barroquización, manifestada en el cruzamiento y superposición de arcos lobulados y de herradura, decorados con ataurique (decoración vegetal). Lo más llamativo son las tres bóvedas que la cubren.
Las Bóvedas
Una de las bóvedas, reconstruida, se levanta sobre un tambor poligonal, articulado con vanos trilobulados y de herradura. Recorrida por nervios que dejan un espacio central libre, cubierto por una cúpula gallonada decorada con ataurique a base de mosaicos.
El Mihrab
Arranca de un zócalo de mármol decorado con ataurique. Preside el mihrab un arco de herradura de dovelas bicolores con decoración de ataurique en mosaico. Lo sostienen pilares enriquecidos en su cara interna con parejas de columnas de fuste marmóreo, negras unas y veteadas otras. Las albanegas, decoradas con ataurique, presentan un arco con doble alfiz que se detiene en las impostas. Una galería de arquillos ciegos trilobulados con decoración de ataurique remata la portada. Abundante decoración epigráfica alrededor del alfiz. Una portada dominada por el «horror vacui». Tras el arco, el interior del mihrab arranca de un zócalo liso, sobre el que se levanta una línea de arquillos trilobulados ciegos, sin decoración.
La Ampliación de Almanzor
En Córdoba se acude a la superposición de arcos, solución utilizada por la arquitectura romana. Se consigue mayor elevación y el arco inferior actúa como entibo, evitando la caída del arco superior y haciendo innecesarios los tirantes de madera. Se emplea un arco inferior de herradura sostenido por columnas y el superior de medio punto sostenido por pilares. El paso de la columna al pilar se realiza mediante modillones de rollo. Las dovelas de los arcos, bicolores, dan la impresión de alternancia entre piedra y ladrillo.
La parte del haram de Almanzor, cuantitativamente la más importante, reacciona a la barroquización de Al-Hakam II. La unidad caracteriza esta ampliación: un mar de columnas, multitud de direcciones y tenue luz que crea contrastes de claroscuros.
Puerta de San Esteban
Presenta un vano adintelado, envuelto en un arco de herradura de dovelas bicolores, decorado con yeserías, y enmarcado por un alfiz. Las albanegas no presentan decoración. A ambos lados, pequeños vanos adintelados cerrados con celosía. Un sistema de almenas triangulares y escalonadas remata la portada, dándole un carácter defensivo.
Alminar de la Mezquita de Sevilla (Giralda)
Los cristianos levantaron su catedral sobre el salón de la mezquita, manteniendo el alminar. De planta rectangular, se estructura en tres cuerpos. El inferior se divide en dos: el primero se organiza en tres calles; las laterales con predominio del macizo sobre el vano, mientras que la central muestra una superposición de arcos de herradura y de herradura apuntados, muchos lobulados. En el segundo cuerpo, las calles laterales arrancan con parejas de vanos geminados ciegos que se prolongan en una red de sebka. La calle central presenta vanos geminados de herradura incluidos en arcos apuntados, precedidos por una balconada posterior. Remata este primer cuerpo una galería de arquillos ciegos que se prolongan en una línea de sebka. Los cuatro lados repiten la misma decoración. El segundo y tercer cuerpo pertenecen al Renacimiento, de la segunda mitad del siglo XVI.
Patio del Cuarto Dorado
Tras la sala de Mexuar, este pequeño patio rectangular presenta un pórtico en un lado y una espléndida fachada en el opuesto. La fachada arranca de un zócalo con alicatados y presenta dos vanos adintelados. Una abigarrada decoración crea una sensación de «horror vacui». La fachada se remata con una cornisa volada.
Patio de los Arrayanes
También conocido como Patio de la Alberca, constituye uno de los ejes del primer palacio de la Alhambra. Rectangular, presidido por una alberca flanqueada por macizos de arrayanes. En torno al patio se disponen las dependencias: en los lados mayores, habitaciones para el príncipe e invitados; en los menores, al sur, un pórtico tras el que se levantó un muro del palacio de Carlos V. El interés reside en el pabellón norte, con un pórtico de arcos de medio punto sostenidos por columnas granadinas, decoradas con motivos geométricos que recuerdan a la sebka. El intercolumnio central tiene mayor desarrollo. Tras el pórtico, un cuerpo rectangular flanqueado por torreones rectangulares. Corona el pabellón la torre de Comares, con predominio del macizo sobre el vano y rematada con almenas. Esta torre cobija el salón del trono.
Salón del Trono
Estancia casi cuadrada con tres profundos vanos en cada lado, excepto en la entrada, mostrando el grosor de los muros. El vano central, más desarrollado, era donde el rey recibía a los embajadores. Arranca de un zócalo con alicatado granadino, sobre el que se levanta una decoración que muestra la decoración granadina: ataurique, lacería y decoración epigráfica poética. La cubierta de madera, compuesta por tacos diferentes, simula un espacio estrellado. Se levanta sobre vanos de medio punto cerrados con celosía que iluminan el interior.
Patio de los Leones
Corresponde al segundo palacio de la Alhambra. Rectangular, presidido por una fuente con doce leones anti naturalistas. Rodeado por un pórtico que recuerda a los claustros cristianos. En los lados menores, el pórtico se proyecta en un torreón de arcos y columnas. Al patio dan las dependencias más importantes: la sala de los Mocárabes y la sala de los Reyes en los lados menores, y la sala de las Dos Hermanas y la sala de los Abencerrajes en los mayores.
La Sala de los Abencerrajes
Destaca su bóveda de mocárabes en forma de estrella de ocho puntas. Se levanta sobre un tambor horadado por vanos de medio punto que iluminan el interior, creando claroscuros. Los mocárabes estaban decorados con tonos azules intensos.
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