28 Dic

Immanuel Kant: Autonomía y Heteronomía de la Voluntad

Este texto es un fragmento de Immanuel Kant perteneciente a su obra Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785). Trata la diferencia entre la autonomía y la heteronomía de la voluntad.

Contexto Filosófico de Kant

Kant (1724 – 1804) fue un filósofo prusiano de la Ilustración. Su filosofía se trata de un idealismo trascendental, posee tanto ideas empiristas (afirma que el conocimiento se limita a la experiencia) como racionalistas (afirma que no todo el conocimiento proviene de la experiencia). Se propone que la metafísica tradicional puede ser reinterpretada a través de la epistemología. Destacan su Crítica de la razón pura y su Crítica de la razón práctica. El pensamiento kantiano ha sido muy influyente, llevando a la filosofía más allá del debate entre empirismo y racionalismo.

Sobre la Fundamentación de la metafísica de las costumbres

La Fundamentación de la metafísica de las costumbres es una breve obra que aspira a revelar los principios fundamentales de la moralidad y mostrar que son aplicables para nosotros. Desarrolla un sistema de toda moralidad. Esta obra comienza con la división del saber humano en lógica, física y ética. Busca asegurar una ley universal en nuestra moral. El modo en que juzgamos es un tema moral, hay cosas que a una persona le pueden parecer moralmente correctas y a otra moralmente incorrectas, sin embargo, nadie puede poner en duda que dos más dos es igual a cuatro. Kant descubrirá esos elementos a priori de los juicios. La Fundamentación de la metafísica de las costumbres trata del análisis del principio a priori de nuestros códigos morales.

Análisis del Fragmento

La Autonomía de la Voluntad

En la primera parte de este texto, Kant nos explica por qué la autonomía de la voluntad es el principio supremo de la moralidad. Somos libres de actuar como queramos y somos libres de actuar moralmente o no. Busca encontrar máximas de la elección que sean leyes universales (a priori). Aunque sea cierto que somos libres de actuar moralmente, hay ciertas leyes universales que indican lo que es correctamente moral y lo que no, tenemos que encontrarlas y actuar de esa manera.

Cuando se trata de determinar el valor moral de una acción, Kant señala que lo decisivo no es el fin que persigue o los resultados que se obtienen, sino el motivo que hay detrás de la acción y determina la voluntad. Una opción es moralmente buena en sentido estricto cuando la voluntad solo reconoce como motivo para actuar el deber de actuar como se debe, es decir, cuando se ha determinado por la razón en forma de principios universales. Y no lo es, o solo relativamente, cuando está determinada por elementos externos a la razón como los sentimientos, las inclinaciones u otros factores contingentes.

Hay que actuar con una buena voluntad. La buena voluntad es la voluntad de quien actúa por deber, de quien actúa de forma correcta a pesar de que no le suponga algo favorable, a diferencia de quien actúa por inclinación, para conseguir algo a cambio. El valor moral de la acción no depende del resultado de la acción, sino del principio que inspire la acción (máxima). Esto quiere decir que lo que importa es la intención. No solamente tenemos que actuar de forma correcta, sino con una buena intención, es decir, que seguir una ley solamente porque nos favorezca, o nos dé algo a cambio, no es actuar correctamente. Hay que actuar de forma desinteresada. Afirmar que actuar por deber es lo mismo que actuar por respeto a la ley moral (imparcialmente).

La Heteronomía de la Voluntad

En la segunda parte del texto, Kant habla del origen de todos los principios ilegítimos de la moralidad: la heteronomía de la voluntad. Aquí explica cómo cuando nos atenemos a unas máximas o leyes corremos el riesgo de actuar de forma correcta simplemente por nuestro propio interés, como puede ser la integración en la sociedad. Por ejemplo: “acepto las normas de convivencia solamente para poder seguir viviendo aquí”. Aceptar unas leyes no significa que la moral pase a ser una cosa ajena a nosotros, nosotros tenemos que actuar siempre de la forma que consideremos correcta, no simplemente para seguir unas leyes. Si actuamos de forma correcta solo por interés, no estamos actuando de forma correcta. “Debo hacer algo porque quiero alguna otra cosa” no es una buena voluntad.

Conclusión

Acaba el texto dando una breve conclusión: Hay que intentar fomentar la felicidad ajena.

Estructura Argumentativa

Los argumentos del texto podrían dividirse en dos bloques:

  1. Primer bloque: La autonomía de la voluntad como principio supremo de la moralidad.
  2. Segundo bloque: La heteronomía de la voluntad como origen de todos los principios ilegítimos de la moralidad.

Reflexiones Finales

Estamos ante un texto en el que se habla de la autonomía/heteronomía de la voluntad y de la buena voluntad. Las obras de Kant abrieron una enorme vertiente filosófica posterior y han creado una corriente tanto de seguidores como de críticos que será muy importante para la posteridad. Por ejemplo, Schopenhauer criticará a Kant etiquetando el imperativo categórico de egoísta.

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