04 Feb

Bretton Woods y el Retorno al Multilateralismo: Las Instituciones Internacionales

Una de las tareas más urgentes a las que tuvieron que enfrentarse los pueblos de Europa, una vez cubiertas sus necesidades vitales, fue la de restaurar la ley, el orden y la administración pública.

Un elemento crucial de la recuperación europea fue la plena implicación norteamericana en el proceso. EEUU se había mantenido reacio a intervenir en las dos guerras mundiales, y tras la primera, había optado por una política de repliegue interior. En 1945, en cambio, triunfaron los partidarios de implicarse en la reconstrucción, en la paz y la creación de un nuevo orden mundial; bajo la hegemonía norteamericana. La ayuda económica estadounidense hizo posible la recuperación, y su paraguas militar garantizó la supervivencia de Europa.

En todos los países la sociedad exigía reformas políticas, sociales y económicas. La respuesta a esas exigencias obligó a la nacionalización de los sectores claves de la economía, tales como el transporte, la producción de energía y parte del sistema bancario; a la extensión de la Seguridad Social y los servicios sociales y la asunción por parte de los gobiernos de mayores responsabilidades para mantener niveles satisfactorios de actuación económica. Incluso los EEUU aprobaron la “Employment Act de 1946”, que creaba el consejo de Asesores Económicos del Presidente y comprometía al gobierno federal a mantener un alto nivel de empleo.

Planificación Internacional para la Postguerra

En el plano internacional, la planificación para la postguerra había empezado durante la guerra misma. De hecho, en marzo de 1941 el Congreso norteamericano aprobaba la Ley de Préstamo y Arriendo (Lend – Lease), que proporcionaba una generosa ayuda militar para todos los países cuya defensa se consideraba vital para EEUU. El Reino Unido y la Commonwealth recibían 31.200 millones de dólares, la URSS 10.900 y Francia 3.000, creándose las bases de una estrecha alianza.

En agosto de ese mismo año, en la reunión a bordo de un acorazado en el Atlántico Norte (en Placentia Bay, Terranova), Franklin Roosevelt y Winston Churchill firmaron la Carta Atlántica, que comprometía a sus respectivos países (y, en consecuencia, a los demás miembros de las Naciones Unidas) a emprender la instauración de un sistema comercial multilateral en lugar del bilateralismo de la década de 1930.

En sucesivas conferencias internacionales, los dirigentes soviéticos y norteamericanos, acompañados por los británicos, diseñaron el nuevo mapa político europeo de la paz. Además, surgió un impulso de cooperación que propició la creación de las Naciones Unidas en la Conferencia de San Francisco en 1945, con el propósito de erradicar la guerra como medio de solución de los conflictos entre naciones.

La Conferencia de Bretton Woods y sus Consecuencias

Desde el punto de vista de la reconstrucción económica, el protagonismo correspondió a la Conferencia de Bretton Woods (1944), en la que británicos y norteamericanos diseñaron el futuro marco de las relaciones económicas internacionales y en la que se sentaron las bases para la creación de dos instituciones internacionales fundamentales: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El FMI tendría la responsabilidad de dirigir la estructuración de los intercambios entre las diversas monedas mundiales, y también la de financiar los desequilibrios en los pagos a c/p de los países. El Banco Mundial, concedería préstamos a l/p para la reconstrucción de las economías devastadas por la guerra y para el desarrollo de las naciones más pobres del mundo. Estas dos instituciones empezaron a funcionar en 1946, y no fueron totalmente efectivas hasta años después, pero al menos se había sentado un principio de reconstrucción de la economía mundial.

Las conferencias de Bretton Woods también estudiaron la creación de una Organización Internacional de Comercio (OIC), pero no llegó a crearse. Conferencias posteriores tuvieron esa finalidad, pero lo más que pudo conseguirse fue la creación de un organismo que favoreciese el comercio internacional, reduciendo las barreras cuantitativas y arancelarias al mismo. En base a ello, nació el GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), mucho más limitado, firmado en Ginebra en 1947. Los firmantes se comprometían a extender la cláusula de la nación más favorecida a los demás, a intentar reducir los aranceles, a no recurrir a cuotas y a eliminar las existentes, y a consultar mutuamente antes de hacer cambios de políticas importantes. La afiliación al GATT creció de 23 países en 1947, a más de 80 veinte años después. En 1948 firmaron su entrada, entre otros, Bélgica, Australia, Brasil, Canadá, Cuba, EEUU, Francia, Noruega, Reino Unido y Sudáfrica. Alemania lo hizo en 1951 y España en 1963.

El Plan Marshall y el Inicio de la Guerra Fría

Sin embargo, los acuerdos de Bretton Woods no resolvían los problemas inmediatos de Europa. La creación de la UNRRA respondía a las necesidades de alimentación, vestimenta y sanitarias. No obstante, fue el ERP (European Recovery Program), popularmente conocido como Plan Marshall (1947), el proyecto que culminó la implicación política y económica en la reconstrucción de Europa y en su defensa militar frente a la URSS. Las relaciones entre ésta y EEUU se habían empezado a deteriorar nada más acabar la guerra y la desconfianza y los recelos eran mutuos. La acuñación del término “telón de acero” por W. Churchill marcó un paso importante en la guerra fría que el Plan Marshall terminó por hacer oficial.

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