30 Mar
Antonio Buero Vallejo y el Teatro de Posguerra
Biografía y Contexto
Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en 1916. Su primera vocación fue la pintura y cursó estudios de Bellas Artes en Madrid. Tras una crisis religiosa, crecieron sus inquietudes políticas. En 1936 se alistó en el ejército republicano. Al término de la guerra, fue condenado a muerte, pero se le conmutó la pena por treinta años de cárcel. En una de las prisiones coincidió con Miguel Hernández. En esta etapa se despertó su vocación de dramaturgo. En 1947 fue indultado.
En 1949 presentó Historia de una escalera al premio Lope de Vega. El estreno de la obra fue un acontecimiento decisivo en el teatro de la posguerra y significó la aparición de un nuevo teatro cargado de hondas preocupaciones. Además, fue un éxito. Desde entonces, los más importantes escenarios estuvieron abiertos a este dramaturgo inconformista que, sin embargo, atraía al público.
Este autor cosechó importantes premios, como el Nacional de Teatro en dos convocatorias sucesivas: 1956 (por Hoy es fiesta) y 1957 (por Las cartas boca abajo). En los años 60, su fama se consolidó y se extendió a Europa y América, donde se estrenaron algunas de sus obras. En 1971 fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE). Su reconocimiento máximo llegó con el Premio Cervantes en 1986, que lo coronó como la figura del teatro español de posguerra. Además, en 1996 ganó el Premio Nacional de las Letras Españolas. Finalmente, murió en Madrid el 29 de abril de 2000.
Ante todo, Buero Vallejo es un trágico; la tragedia, para él, supone una mirada lúcida sobre el hombre y el mundo, pero no una visión pesimista.
Historia de una escalera
Contexto histórico: La obra se desarrolla en la época de Franco: años de dictadura marcados por el hambre y la represión.
Argumento y Temas: En Historia de una escalera se escenifica la vida de unos vecinos de escalera, cuatro familias cuyos destinos se cruzan. El paso del tiempo y la constante presencia de los vecinos en un mismo lugar llevan a una concepción asfixiante de la vida. A lo largo de la escalera desfilan los personajes que ofrecerán un retrato de la época. Todos viven en la pobreza y sus vidas están marcadas por un destino complejo.
Análisis de un fragmento (Acto III):
- Tema del fragmento: La decisión de Fernando (hijo) y Carmina (hija) de que su relación amorosa prospere y les permita salir de allí, dejando atrás las frustraciones y los rencores heredados. Sin embargo, parece que la historia se vuelve a repetir, idénticamente, con sus hijos, a excepción de que estos tienen más valor a la hora de querer estar juntos.
- Situación dramática: Después de un duro enfrentamiento entre los dos matrimonios (Carmina–Urbano y Elvira–Fernando), debido a su fracaso amoroso del pasado, se niegan a aceptar el amor de sus hijos. Fernando (hijo) y Carmina (hija) deciden que su relación amorosa prospere y les permita salir de allí.
- Personajes en la escena:
- Fernando hijo: Hijo de Elvira y Fernando. Se muestra apasionado y valiente, pues se enfrenta a la negativa de las familias.
- Carmina hija: Hija de Urbano y Carmina. Tiene un carácter muy parecido al de su propia madre.
Espacio y Tiempo:
- Espacio: El espacio en el que se desarrolla el acto es una escalera de un pequeño edificio en la que hay cuatro pisos y por donde se conocen las vidas de tres generaciones.
- Tiempo: El tiempo en el que transcurren los hechos es lineal, aunque existen saltos temporales hacia delante entre actos. Los hechos dramatizados en la escena mencionada se sitúan en la década de los años 40 del siglo pasado, poco después de la Guerra Civil.
Aspectos Lingüísticos y Estilísticos (del fragmento):
- Género y Estructura: Es un texto literario, la última parte del tercer acto, una obra teatral en la que se pueden distinguir dos partes bien diferenciadas: la de las acotaciones y la dialogada. Buero Vallejo da un gran valor a las acotaciones, que dan la información necesaria para su representación. Su función es apelativa.
- Lenguaje: El lenguaje utilizado en los diálogos se caracteriza por su tendencia a lo coloquial y, en ocasiones, a lo vulgar.
- Recursos Literarios: Se pueden señalar recursos como metáforas («este nido de rencores y brutalidad», que da fuerza expresiva) y epítetos («mi adorada mujercita», que destaca la cualidad del sustantivo con carácter valorativo).
- Nivel Léxico-Semántico: Existen términos relacionados con el campo semántico de las cualidades: «tembloroso», «descompuesta», «mezquinos».
- Nivel Morfosintáctico:
- Se observan algunos adjetivos especificativos («tembloroso», «mezquinos», «vulgares») que restringen el significado del sustantivo, y adjetivos explicativos («mi adorada mujercita») de carácter valorativo.
- Las formas verbales aparecen mayormente en presente actual. La acción de futuro es reflejada en formas verbales como «podré», «podrás», «saldré», referidas a la vida posterior de los enamorados (ej. «ganaré mucho dinero y me solicitarán en todas las empresas constructoras»).
- Uso de imperativos («escúchame», «dímelo») con función apelativa.
- Predominan las oraciones simples por el carácter breve de las réplicas, incluyendo exclamativas («¡Escúchame!», «¡Dímelo!»). También hay algunas oraciones compuestas.
Conclusión sobre el fragmento: Se trata de un momento clave de este drama que el autor ofrece al espectador como reflexión sobre las condiciones de vida de la sociedad de posguerra. Es el momento en el que Buero Vallejo da la palabra al espectador, para que sea él quien decida si el porvenir puede o debe cambiar.
Federico García Lorca y el Drama Rural
Biografía y Contexto
Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en Granada. Pertenece a la Generación del 27, grupo caracterizado por haber renovado la literatura del país, sobre todo la lírica, buscando el equilibrio entre la tradición de la poesía española y los movimientos artísticos de vanguardia más novedosos de la época.
Durante la Segunda República, dirigió el teatro universitario La Barraca, que llevaba obras clásicas españolas por los pueblos más apartados, defendiendo su concepción del teatro como espectáculo total con un objetivo didáctico. Escribe obras como Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936), que lo consagrarán como autor dramático excepcional. Sus últimas obras son piezas teatrales. Fue fusilado en Granada en 1936.
En estas obras, la mujer ocupa un lugar central, lo que revela la sensibilidad del autor ante la condición de esta en la sociedad tradicional. Lorca la sitúa cada vez en un marco más amplio dentro de su obra: las mujeres deben situarse junto a los niños, gitanos o negros como personajes perseguidos, marginales, más allá de las convenciones, y que representan la inocencia y la pasión elemental y pura. En La casa de Bernarda Alba, el papel principal lo encarnará Adela, pero hay más mujeres en la casa, todas ellas caracterizadas perfectamente por Lorca.
La casa de Bernarda Alba
Características: La casa de Bernarda Alba tiene características de tragedia, pero se identifica como un drama rural. Es subtitulada «Drama de mujeres en los pueblos de España». Tiene su punto de partida en figuras reales: Alba y sus hijas, vecinas de Lorca en Valderrubio. Parte de una tradición (el luto y la reclusión) llevada a extremos increíbles. Es una historia típica de una familia rural, obsesionada por el «qué dirán».
Temas y Argumento (con foco en el Acto III): Los temas principales son la imposibilidad de rebelión ante la autoridad tiránica que Bernarda ejerce sobre sus hijas, el honor y el orgullo de casta frente al «qué dirán», la pasión condenada a la soledad o la muerte, el luto opresivo, la virginidad impuesta y la sumisión. En el clímax del tercer acto, Martirio denuncia a Adela por llegar con las enaguas llenas de paja (símbolo de su encuentro con Pepe el Romano). Adela rompe el bastón de su madre (símbolo de autoridad) y les confirma su amor por Pepe. Bernarda coge la escopeta para matar a Pepe; no lo consigue, pero Martirio le hace creer a Adela que Pepe ha muerto. Adela se suicida. Bernarda, al ver que su hija ha muerto, solo se preocupa por el «qué dirán» y exige afirmar que su hija ha muerto virgen, ordenando silencio absoluto.
Personajes Principales:
- Bernarda: La madre autoritaria que defiende la decencia y la honra a ultranza y ejerce en su casa el poder absoluto.
- Angustias: La hija mayor (del primer marido), que ha heredado una fortuna y atrae a Pepe el Romano, con quien se va a casar.
- Magdalena: Tiene 30 años y protesta por la herencia de la hermana. Fue la única que lloró por su padre.
- Amelia: Soltera, tímida y temerosa de Bernarda.
- Martirio: Enamorada en secreto de Pepe el Romano, seduce, humilla y presiona. Denuncia a Adela ante su madre y desencadena el drama final.
- Adela: La más joven, guapa, apasionada y rebelde.
- Poncia: Criada principal, confidente ambigua que siente rencor acumulado por Bernarda.
- La Criada: Siente rencor hacia Bernarda y el difunto marido (por acoso).
- Pepe el Romano: Personaje ausente en escena pero omnipresente. Va detrás del dinero de Angustias pero mantiene una relación secreta con Adela.
Espacio y Tiempo:
- Espacio: La acción transcurre íntegramente dentro de la casa de Bernarda, un espacio cerrado y asfixiante. El fragmento comentado se sitúa en un patio interior durante la noche.
- Tiempo: Aunque al principio de la obra se habla de ocho años de luto, la acción dramática transcurre en un solo día de verano.
Aspectos Lingüísticos y Estilísticos (del fragmento del Acto III):
- Género y Estructura: Es un texto literario, fragmento de una obra teatral en la que se distinguen dos partes: la de las acotaciones (precisas y simbólicas) y la dialogada.
- Recursos Literarios: Se encuentran recursos como:
- Metáforas: «un rayo entre los dedos» (Adela), «un río de sangre» (Martirio).
- Símiles: «Ahí fuera está, respirando como si fuera un león» (refiriéndose a Pepe el Romano).
- Aliteración: Notoria aliteración del sonido /s/ en la orden final de Bernarda: «¡Silencio!».
- Nivel Léxico-Semántico: Existen términos relacionados con el campo semántico de la violencia: «sangre», «escopeta», «matar».
- Nivel Morfosintáctico:
- Se observan adjetivos cargados de significado: «furiosa», «maldita».
- Las formas verbales aparecen predominantemente en presente actual («se dirige»), aportando inmediatez.
- Uso frecuente del imperativo («¡Déjala!», «¡Atrévete!»), reflejando la tensión y las relaciones de poder.
- Abundan las oraciones simples exclamativas («¡Esa es la cama de las pecadoras!», «¡Adela!») que potencian la carga retórica del diálogo para expresar la intensidad dramática.
- Oraciones interrogativas retóricas («¿Por qué lo has dicho entonces?») que producen carga emocional al ascender el tono.
- Oraciones simples («Estaba con él.») y frases nominales («¡Adela!»).
- Al ser un diálogo entre personajes con visiones enfrentadas, se observan pronombres personales de primera («Yo soy su mujer») y segunda persona (elípticos en las formas verbales: «déjala»), y posesivos («tu origen»).
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