27 Jun
1. EL CONVENCIONALISMO DE LOS SOFISTAS
Los sofistas, como Gorgias, fueron los primeros en advertir que la organización política de una sociedad es convencional. Distinguieron dos tipos de leyes:
- Physis: es la ley natural, a la que todo ser natural debe someterse de forma necesaria y no puede ser cambiada por el ser humano.
- Nomos: es la ley política que regula las relaciones entre los seres humanos dentro de una sociedad y que puede ser cambiada si así lo acuerdan los miembros.
El convencionalismo de las normas políticas son fruto de un pacto entre los miembros de la sociedad. Dicho pacto es, precisamente, lo que les otorga validez. No existe ninguna instancia superior a ese acuerdo. Los condujo a un relativismo que aceptaba cualquier forma de organización política, siempre que fuera elegida por los miembros de la sociedad.
2. EL ESTADO IDEAL SEGÚN PLATÓN
Según esta teoría, si existe una única forma perfecta y justa de Gobierno, basada en el orden y la armónía, en la que todas las organizaciones políticas deberían fijarse para determinar en que medida se acercan o se alejan de ella.
En toda sociedad hay tres necesidades que atender: el gobierno, la defensa y la subsistencia. En una sociedad bien organizada, cada necesidad es atendida por personas que cuentan con la cualidad necesaria para ello. Si esto ocurre, se alcanzará el perfecto orden.
- Los gobernantes cuentan con la cualidad de la prudencia y sabiduría, los mejor capacitados para dirigir a los demás y se han preparado concienzudamente para ello.
- Los militares y policías poseen la cualidad de la fortaleza.
- Los productores y comerciantes poseen la templanza son los indicados para cubrir las necesidades materiales.
La justicia en sí consiste en el perfecto ordenamiento de las partes de un todo. Una sociedad es justa cuando cada uno de sus miembros realiza a la perfección la actividad que le es propia. Propuso un modelo de gobierno aristocrático, que en griego significa «gobiernos de los mejores». Su propuesta consistía en diseñar un sistema educativo que detectara las capacidades de los estudiantes y perfeccionara sus cualidades naturales. Así, los jóvenes dotados para el gobierno recibirían una preparación específica y en la edad adulta desempeñarían su función en la sociedad.
3. EL Realismo POLÍTICO: Maquiavelo
Maquiavelo es considerado el padre de la ciencia política por haber sido el primero en separar claramente la política de la ética. Antes de él, todos los teóricos habían sostenido que la virtud moral de la justicia tenía que ser el principio fundamental de la política. Quiso saber cómo son las cosas en política y no cómo deben ser. Sus investigaciones lo llevaron a establecer una serie de conclusiones, referidas a la Italia de su época, que expuso en su obra más influyente «El príncipe».
- La mejor forma de gobierno fue la república romana. El equilibrio que establecíó entre los distintos poderes redujo el riesgo de abuso de poder, favorecíó la participación ciudadana y contribuyó a salvaguardar la ciudad.
- Todas las formas de gobierno están sometidas a la ley de la decadencia histórica.
- Una república corrupta no es capaz de regenerarse a sí misma. La concentración de poder en una persona es la única forma de gobierno capaz de regenerar una democracia corrompida. En el Siglo XVI, Italia se encontraba en una situación de corrupción y disolución de la vida política que requería, a juicio de Maquiavelo, una regeneración que solo puede llevar a cabo la figura de un príncipe dotado de amplios poderes.
- Los principios que deben inspirar la acción política del príncipe son el mantenimiento del orden social y la conservación del poder político.
- Las virtudes que debe atesorar el príncipe son la sagacidad y la determinación. La sagacidad lo ayudará a valorar bien las distintas situaciones y tomar las decisiones acertadas. La determinación le servirá para llevar a cabo aquello que se proponga.
4. EL CONTRATO DE SUMISIÓN: Thomas Hobbes
Para Thomas Hobbes, los seres humanos en estado de naturaleza son seres egoístas y despiadados que solo buscan satisfacer sus propios intereses sin reparar en los demás. Esto lleva a representar la vida humana anterior a su integración en las sociedades como una guerra de todos contra todos «El hombre es un lobo para el hombre». Siendo los seres humanos tan egoístas y belicosos, ¿ cómo garantizar que se respete el pacto sobre el que habrá de fundarse la sociedad? La respuesta de Hobbes es que el diseño del Estado que surja habrá de anticiparse a las dificultades.
La sociedad debe proporcionar a quienes se integran en ella lo que les falta en el estado de naturaleza: seguridad, orden y protección. A cambio, sus miembros tienen que ceder los derechos y las libertades de los que gozaban en el estado de naturaleza. El pacto social propuesto por Hobbes surge de una transacción en la que se intercambian derechos por seguridad.
Para que un pacto de este tipo pueda tener éxito, es necesario elegir a uno de entre los miembros de la sociedad que recibirá un tratamiento diferenciado del resto. Administrará los derechos y las libertades según su criterio. El elegido se convertirá en una especie de monarca todopoderoso y todos los demás pasarán a ser sus súbditos. La teoría política de Hobbes supone un respaldo al absolutismo monárquico.
5. EL CONTRATO LIBERAL: John Locke
Para Locke, en el estado de naturaleza, los seres humanos se guiaban solo por la razón. Gracias a la capacidad de razonamiento, descubrimos las leyes morales naturales, las únicas a las que se debe obediencia. Estas nos conceden derechos (a la vida, a la libertad, a la propiedad…). Los conflictos que surgen en el estado de naturaleza se deben, según Locke, al excesivo celo de algunos en la defensa de sus derechos. El pacto social de Locke persigue instituir una instancia superior a los individuos que resuelva los conflictos que surjan entre los derechos y libertades. A diferencia del pacto de Hobbes, aquí los ciudadanos no ceden sus derechos, sino que los conservan. Solo hay un derecho natural cedido a la sociedad: el de defender individualmente los propios derechos y libertades . Los ciudadanos deben obtener otro: el de poder rebelarse contra el Estado cuando este no cumpla con la función para la que fue instituido.
6. EL CONTRATO SOCIAL: Jean-Jacques Rousseau
Para Rousseau, el ser humano, antes de incorporarse a la sociedad, era un bue salvaje que vivía conforme a sus sentimientos y sus instintos naturales. Si comparamos este estado de naturaleza con las sociedades se podría hablar más de un retroceso que de un progreso. Para Rousseau, el origen de los males se encuentra en la instauración de la propiedad privada, que inició la institucionalización de la desigualdad entre las personas. La solución pasa por refundar la sociedad sobre nuevas bases. El contrato social que plantea se apoya en dos pilares:
- La determinación y definición del bien común compartido por todos, resultado del acuerdo de los intereses particulares.
- La constitución de una voluntad general que nazca del vínculo social que se genera al compartir el objetivo de alcanzar el bien común.
En el contrato de Rousseau, no hay sometimiento de unos individuos a otros. Tampoco se trata de renunciar a parte de los derechos que uno tiene. Implica una auténtica transformación de cada individuo, que deja de ser quien es para convertirse en un miembro activo del cuerpo social al que pertenece.
7. Montesquieu Y EL ESPÍRITU DE LAS LEYES
Montesquieu compartíó con el resto de los autores ilustrados el interés por la mejora de las sociedades, pero renunció a buscar una forma de a priori perfecta de organización social. Consideró que existen factores históricos, geográficos, morales que influyen. No es posible determinar un único modelo ideal válido para todas las sociedades. El único principio que debe respetar cualquier forma de organización social es el principio de libertad política, disfrutar del derecho a hacer todo lo que permiten las leyes. Considera necesario identificar primero los tipos de poder que existen en un Estado y, después, hacer que cada uno de ellos recaiga sobre personas diferentes.
8. LA PAZ PERPETUA DE Kant
El interés de Kant se centró en señalar hacia dónde ha de encaminarse la sociedad para mejorar las condiciones de vida. En cualquier sociedad se debe respetar la libertad individual, reconocer los derechos de todos los ciudadanos y resolver pacíficamente los conflictos que puedan surgir tanto en el seno de una sociedad como entre dos sociedades vecinas. Para lograr este objetivo propuso:
- Llevar a cabo un proceso de ilustración que proporcione a todos los miembros adultos de la sociedad la capacidad para usar la razón y tomar sus propias decisiones.
- Garantizar la consideración de ciudadanos libres de todos aquellos que hacen un buen uso de la razón y respetan las leyes morales y civiles.
- Constituir una comunidad política regido por leyes que encuentran su fundamento único en la razón.
- Crear una federación de Estados libres y soberanos, de modo que se garantice el respeto mutuo y se evite la guerra entre las naciones y la destrucción.
- Establecer un hecho cosmopolita.
Estas medidas alejan con total seguridad el peligro de guerra y sienta las bases para una convivencia pacífica y duradera.
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