29 Sep
33.Pues yo,oh Atenienses,cuando me parecíó bien casarme y llevé a mi mujer hacia la casa.
En el restante tiempo me encontraba así de tal manera que ni la molestaba ni que estuviera en su mano hacer lo que quisiera en exceso.La vijiliba como me era posible y volví la atención,como era natural. 34.Pero cuando nacíó mi hijo,confiaba yo (en ello) y le entregó todas mis cosas porque pensaba que esta familiaridad era la más grande.Y es que en los primeros tiempos,Oh Atenienses,era la mejor de todas y no solo(era)una excelente maestra y una buena ahorradora,sino también administraba todo perfectamente. 35.Pero cuando se me murió mi madre,que en morir ha llegado a ser para mí motivo de todos los males.Entonces,cuando lo acompañaba en su enterramiento,mi mujer al ser vista por este hombre con el tiempo fue seducido. 36.Observando a la sirvienta,la que marcha al ágora y diciendo palabras(enviando mensajes)la perdíó.En primer lugar, oh ciudadanos, en efecto es necesario pues pasar (que yo cuente) estas cosas a vosotros. Yo tengo una caseta de dos plantas con la misma disposición de la de arriba que la de abajo respecto al gineceo y el androceo. 37. Cuando nos nacíó el hijo, la madre lo montaba y para que no sufría peligro bajando por la escalera cada vez que era preciso bañarlo. Yo hacía vida arriba y las mujeres bajo. Y era ya una cosa tan habitual que muchas veces mi mujer bajaba a dormir al lado del niño para darle el pecho y para que no llorara. 38. Y esto sucedía así durante mucho tiempo, y yo jamás sospeche sino que casi me hallaba como necio, de modo que creía que mi mujer era la más virtuosa de todas en la ciudad. Pasando el tiempo, jueces, llegaba inmediatamente del campo después de la cena, el bebé lloraba y estaba enfurecido siendo molestado por la criada adrede para que hiciese esto. 39. Pues erastótenes estaba dentro. Pues más tarde me informé de todo y yo mandé a mi mujer bajar y dar el pecho al niño, para que dejase de llorar. Ella no quería al principio como si estuviera contenta de verme llegar después de un tiempo. 40. Pero cuando yo me enfadé y le ordene salir me dijo: para que tú intentes seducir así a la muchacha, que ya antes la arrastrabas estando bebido. Y yo riendo y aquella levantándose y marchándose, cerró la puerta, fingiendo bromear, echo la llave. Y yo sin imaginar nada de esto ni sospechar nada dormía tranquilo al llegar del campo
41. Pues el hombre deshonrando te contra ti y contra tu mujer es casualmente nuestro enemigo. Así pues si coges a la sirvienta que va a la ciudad y os sirve y la pones a prueba te enterarás de todo. Es,»dijo erastótenes de Oe, el que hace está, quién no solo corrompíó a tu mujer sino también a muchas otras, pues tiene ese oficio» 42. Habiendo dicho estas cosas, oh jueces, aquella se alejó y yo seguidamente me inquietaba y venía hacia mí mente todas las cosas y estaba lleno de sospechas. Habiendo llegado a casa ordene a la esclava que me acompañara al mercado pero la lleve a casa de uno de mis amigos y le dije que yo conocía de todas las cosas que sucedían en mi casa. 43.»así pues, a ti» dije,»te posible elegir dos cosas la que quieras: o caer sobre el molino, siendo azotada y jamás dejar de estar afiliada por tales males o después de revelar toda la verdad, no sufrir ningún mal, sino alcanzar el propósito de ser perdona de tus errores para mí. No mientas en nada, si no dime toda la verdad. 44. Y aquella el principio se negaba y me permitía hacer lo que quisiera: ya que no sabía nada una vez que le récordé a erastótenes y le dije que esté era el que iba y venía frecuentemente hacia mi mujer se asustó pensando que yo lo reconocía todo con exactitud.
En la Antigua Grecia existían distintas estructuras sociales, con formas de gobierno y distintas leyes, según cada ciudad-estado (polis). En Esparta, la mujer gozaba de igualdad ante el hombre, tanto en la formación, en la educación, atlética y artística, como también una igualdad jurídica, incluso tenía
un especial privilegio sobre las propiedades
La mujer griega en Atenas no gozaba de ningún derecho de participación político ni jurídica, era como una menor de edad perpetua. Primero estaba bajo la tutela de su padre, luego bajo a la de su esposo y finalmente, bajo la de su hijo; no podía heredar por sí mismo y en caso de ser la única descendiente era casada por su padre con su pariente más cercano La diferencia entre los dos es que Enero tiene derechos y en el otro no.
La diferencia entre los sexos se hacía notar desde el momento del nacimiento. Un hijo tenía en esta sociedad mayores probabilidades de ser admitido en el seno familiar que una niña. Si la familia no tenía suficiente dinero, su manutención y el dinero que supondría la dote para su boda, hacían que a veces la hija fuera abandonada, para que la criar a otra pareja.
La niña crecía rodeada de las mujeres de su familia que le enseñaban las labores del hogar, a hilar la lana y, a veces, también a leer y escribir. También era educada para ser madre y esposa, ya que su misión cuando estuviera casada sería asegurar la transmisión del patrimonio dando hijos legítimos a su marido.
Cuando cumplía los 15 años, sus padres la casaban con un varón de unos 30 años. Además, el padre de la novia tenía que aportar una cantidad como dote del matrimonio que administraría el futuro marido. El matrimonio era un simple contrato, no era algo que estaba vinculado al amor. En ocasiones, el amor surgía luego, pero nunca era el principal motivo del matrimonio.
El acto de la boda eran dos momentos: el contrato de modo que era la petición de mano y el ritual de la boda que era el acto por el que el padre entregaba a su hijo al marido en matrimonio
La ceremonia nupcial se dividía en tres momentos: primero estaba la consagración de los juguetes de la novia y otros distintivos de su infancia a la diosa Artemis.Luego estaba el banquete nupcial, que le ofrecía el padre de la novia en su propio domicilio. Era entonces cuando los novios recibían los regalos de la boda. Y por último, la entrada de la novia en brazos del novio en su nuevo hogar
La vida de una mujer casada era el cuidado de la casa y los niños, la supervisión de los esclavos y el arreglo personal. Aunque la mujer solía estar la mayoría del tiempo en casa, también salía a charlar con las vecinas o iba a fiestas importantes. Como el marido y la mujer solían ser personas de edades y culturas muy diferentes, sus relaciones eran solo las necesarias.
Es por ello, que existían unas mujeres llamadas heteras (έταίραι) que eran prostitutas de alto rango social que tenía más privilegios como la vestimenta , los lujos , que el resto de las mujeres y otras llamadas pornas que eran también prostitutas pero de menor rango social.
Deja un comentario