11 May
El texto que vamos a comentar se incluye en el libro Cuentos sin geografía y otras narraciones publicado en 1968. Su autor, Pedro Lezcano, nace en Madrid en 1920, aunque toda su familia se traslada a Gran Canaria cuando él sólo tenía dos años. Comienza a escribir sus primeras poesías en los años de la Guerra Civil Española. Destacan como autores coetáneos Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Agustín Millares Sall.Representa dentro de la literatura de posguerra uno de los mejores exponentes de una doble línea de compromiso: con la condición humana y con su territorio de adopción, Canarias. Su trayectoria literaria se divide en dos etapas notables: una primera en la que se forma, hasta 1947, en la que recibe influencia de Garcilaso de la Vega, Lorca y especialmente Miguel Hernández. Y una segunda etapa, que abarca desde 1947 hasta su fallecimiento, que coincide con su regreso definitivo a Gran Canaria. En esta última etapa, las obras de Lezcano se centran mayoritariamente en la denuncia social, como lo hace en este, La chabola.
A finales de la década de los 60, el régimen estaba en decadencia y comenzaba a ser visible el estado de enfermedad de Franco. España estaba resurgiendo económicamente y había comenzado a abrirse comercialmente. A esto también se le suma el cambio de mentalidad tan grande que sufrieron los españoles durante esa etapa, que la idea de Franco de pedir ayuda a los otros países, sólo hizo que los españoles se fijaran en ellos y en las libertades de las que ellos carecían. Fue una época de resurgimiento para el pueblo español.
Está anocheciendo en un emplazamiento costero, cerca de una playa donde se encuentra una chabola construida con materiales reutilizados. En ella una familia está organizándose para la noche, la madre reparte órdenes mientras cocina, la abuela ya está acostada, y se mantiene una conversación acerca de los cohetes espaciales. Se reparte la cena y aparece un hombre que pide que se desconecten los electrodomésticos, la familia parece entender que está pidiendo el silencio del bebé y con eso se pone fin a la cena y todos marchan a dormir. El tema principal del relato es la vida monótona y atrasada de una familia de clase humilde.
Lezcano realiza una denuncia implícita de la condición humana y social de las clases más humildes y desarraigadas de la sociedad canaria, mostrada a través del contraste de forma irónica, entre el modo de vida de la familia de pescadores y la modernidad representada por la presencia de los americanos. Denuncia las desigualdades y las injusticias a las que se ve sometida. Nos presenta el recogerse cotidiano de una familia humilde. Así, nos muestra una estampa que cuenta la situación de la clase trabajadora, lo que demuestra el compromiso social del autor. A nivel de formas, tanto por su temática local y social, el relato se acerca a una pintura de costumbres. Por el modo de presentar, tanto el ambiente como los personajes, presenta similitudes con una escena teatral, pues él era un enamorado del teatro
En cuanto a los personajes, cabe destacar que ninguno de ellos tiene la relevancia de un personaje principal, son personajes secundarios o deuteragonistas, sin embargo pueden clasificarse en afines al entorno y el extraño. Los personajes afines, la familia chabolista formada por: Juan “el chinchorrero”, es el pescadero y padre de familia, se le describe como alguien con buen humor y relativamente culto, ya que sabe leer periódicos; María, madre de familia y la figura que tiene la máxima autoridad; Juanitita, la abuela, y el resto son los hermanos. Luego aparece el extraño, que es un hombre que no se expresa del todo bien en castellano y que parece ser de origen americano, por su conocimiento sobre el satélite de Maspalomas, del mismo origen.
La chabola se puede dividir acorde a la estructura clásica de introducción-nudo-desenlace. La introducción se corresponde a los dos primeros párrafos, donde se introduce el tiempo y el espacio (“Cuando anochece…”, “La chabola de Juan el chinchorrero está…”), el nudo abarca el resto del texto salvo la última estrofa, en el que aparece el americano y en el que se desarrollan los momentos previos a que la familia se acueste, y finaliza con la última estrofa en la que los personajes se recogen.
Externamente, el relato tiene lugar a la vez que un acontecimiento de la astronáutica americana. También, cabe destacar que podemos situar la historia en la época de misiones espaciales que se llevaban a cabo en la estación de Maspalomas durante los años 60, de ahí esa presencia del americano. Pues al parecer por aquel entonces se realizaba desde la estación de Maspalomas un seguimiento y apoyo a las misiones Apolo. Internamente, la historia transcurre durante en anochecer.
El espacio externo en el que tiene lugar la escena es Gran Canaria, concretamente Maspalomas, esto se puede deducir por elementos clave en la narrativa, como la gastronomía: “gofio”, “papas” y meteorología: “palidecerán quemadas por el sol de la mañana”, “mareas del pino”. En cuanto al espacio externo, la historia transcurre en una chabola ubicada en una playa, es una chabola verdaderamente pobre, construida con diversos elementos reciclados.
Centrándonos en el carácter literario, se trata de un texto narrativo en el que destaca la descripción como forma de elocución, es una descripción de los sucesivos elementos de la casa y los personajes que la habitan. Además usa el diálogo como otro medio para describirlos y caracterizarlos así como para avanzar la acción, en la pequeña medida en la que esto sucede. El narrador es externo, pues no es parte activa del relato, su perspectiva temporal es en presente, tiene un dominio omnisciente de los acontecimientos porque conoce sucesos pasados (“A Juanitita la llamaban Juanona cuando niña”, …) y por último intervine de forma subjetiva en la narración aportando sus impresiones (“que tiene buen humor”…) al texto aparentemente objetivo. En cuanto al léxico es sencillo, con palabras propias de la modalidad lingüística canaria, como “gofio” o “papas”. Cabe destacar los grupos semánticos, como el mar (arena, playa, marea, estrellas…), el de los electrodomésticos y el de la cocina (cazuelas, papas…). Además en los diálogos hay una marcada incultura y vulgarismo. La función del lenguaje predominante es la referencial o representativa, estética o poética y apelativa o connotativa.
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