24 Jul

Como introducción a todas las cuestiones  filosofía moderna Descartes

Con el Racionalismo da comienzo la Filosofía Moderna. El tema fundamental para ambas corrientes es la naturaleza y alcance del conocimiento

El conocimiento


.

Desarrollo

Parte Descartes del problema de la seguridad de nuestros conocimientos. ¿Hay algo que pueda ser conocido de un modo cierto?

La filosofía moderna en general y la de Descartes en particular se caracterizan por defender que el proceso de conocimiento es un proceso racional y por afirmar la autonomía de la razón. Pues bien, el único modo de llegar a conocimientos sólidos es usando bien la facultad de conocer, la razón, es decir, empleando el método adecuado. Según Descartes éste es el método matemático, que se caracteriza por el conocimiento indudable de los principios y el rigor en las demostraciones. Éste método, que sólo ha sido usado por las matemáticas, pero que es el método de la razón, hay que extenderlo al conocimiento en general.De acuerdo con el método, dos son únicamente los modos de obtener conocimiento seguro, por intuición y por deducción, pues conocemos con seguridad cuando deducimos con rigor desde verdades intuidas con certeza. La intuición es un conocimiento que tiene una singular importancia, pues al ser el principio desde el que partimos, si no es un conocimiento absolutamente seguro, tal inseguridad se transmitirá al saber desde ella deducido. La intuición es definida como “un conocimiento tan claro y distinto que sobre él no quepa la más mínima duda”. Claridad y distinción son los requisitos de esa evidencia.
La claridad se refiere a la fuerza y nitidez con la que ha de presentarse ese conocimiento al espíritu. La distinción, a la precisión de límites de una idea frente a otras.

Descartes resume las reglas del método en cuatro, sencillas pero exigentes:

-La de la evidencia consiste en que sólo aceptará como verdadero aquello que se le presente con claridad y distinción.

-La segunda consiste en el análisis de cada cuestión hasta sus elementos más simples, que pueden ser intuidos de manera clara y distinta.

-La de la síntesis consiste, una vez que tengamos certeza de esos elementos simples, en componer cuestiones más complejas de modo absolutamente riguroso. Tendremos certeza así también de ellas.

-Por último, la regla de la enumeración exige realizar comprobaciones y revisar paso nuestra investigación hasta asegurarnos de no omitir nada y de no cometer ningún error en la deducción.

Lo primero, pues, es buscar ese principio claro y distinto sobre el que poder deducir el sistema del saber. Para ello plantea un análisis de todos nuestros conocimientos, para ver si entre ellos alguno reúne los requisitos exigidos. Tal análisis se lleva a término mediante un proceso de duda
. Esta duda, pues, no debe ser interpretada como una duda escéptica, sino como una exigencia del método.Como no es posible examinar cada uno de nuestros conocimientos, porque son potencialmente infinitos, propone analizar los motivos que nos hacen dudar de ellos. Estos motivos de duda son cada vez más profundos. El primero se encuentra en la información de los sentidos.
Los sentidos a veces nos engañan y de ningún conocimiento que se base sólo en ellos puedo estar totalmente seguro. Así que supongamos que me engañan. Quizá las cosas no sean como nos dicen los sentidos, pero ¿pone esto en duda la existencia de las cosas mismas sobre las que se produce ese engaño? Habla entonces de un segundo motivo de duda, la imposibilidad de distinguir entre los estados de vigilia y sueño
. Quizá tomo las cosas por reales creyéndome despierto, pero me encuentre dormido. De modo que tampoco la existencia de las cosas se puede tomar como principio del saber. Sin embargo, hay todavía conocimientos, como los matemáticos y otros, que no son afectados por los motivos anteriores. Esté despierto o dormido “2+3=5”. Para estos conocimiento encuentra un tercer motivo de duda: podría haber un genio maligno, un Dios malo que quiera que me engañe cuantas veces, por ejemplo, sumo dos más tres. La profundidad de los motivos de duda, en especial del último, parece llevarle a pensar que no hay ningún conocimiento del que podamos estar completamente seguros, lo que nos conduciría al escepticismo. Pero es esta misma situación la que le conduce a la primera verdad, la existencia del yo, no afectada por ninguna duda posible, aunque sea tan remota como esta última. Aunque existiera ese Dios malo no puede hacer que yo no exista, pues si me engaña ha de engañarme a mí.  Sobre la primera verdad, “yo soy”, levantará Descartes el edificio del saber, demostrando que la realidad está constituida por la sustancia infinita, es decir, Dios, y las sustancias finitas, es decir, la sustancia pensante y la sustancia extensa.  La primera verdad es además el criterio de certeza, que le sirve de modelo para toda verdad. Lo que hace indudable aquella es que la concibo con claridad y distinción, de modo que todo lo que conozca con igual claridad y distinción podré tomarlo por verdadero.

Dios y la realidad

Desarrollo

El proceso de duda que exige el método de la razón lleva a Descartes a la primera verdad: “yo soy”. Sobre la primera verdad levantará el edificio del saber, demostrando que la realidad está constituida por la sustancia infinita, es decir, Dios, y las sustancias finitas, es decir, la sustancia pensante y la sustancia extensa. Las líneas generales de esa argumentación son los que siguen. Según la primera verdad, sé que existo, al menos en tanto estoy pensando, pero aún no sé qué soy. Concluye que lo que en la primera verdad concibo con claridad y distinción es que soy una cosa que piensa, que soy pensamiento.Además sé que pienso ideas
. Puede ser que no existan la Tierra o el cielo, pero es seguro que tengo la idea de que existen. Las ideas son el contenido del pensamiento. Podría ser que estas ideas no se correspondan con nada real, pero no puedo dudar de que pienso ideas. Se plantea así la necesidad de demostrar que mis ideas (algunas de ellas) se corresponden con algo distinto de mí mismo. Eso sólo será posible si elimino el tercer motivo de duda, la hipótesis del genio maligno, demostrando que existe Dios y que no puede ser engañador
. Una vez demostrada la existencia de Dios, se abrirá camino al conocimiento de una realidad diferente al propio pensamiento. Veamos cómo tiene lugar. Las ideas6 pueden ser contempladas desde dos puntos de vista, “en cuanto que son ciertas maneras de pensar”, esto es, como modos del pensamiento y en cuanto que unas representan una cosa y otras otra, es decir, en cuanto que tienen determinada realidad objetiva. Desde la primera perspectiva, dice, no hay fundamento para establecer entre ellas diferencia, en cuanto que todas son igualmente pensadas. Por lo que se refiere a la llamada realidad objetiva, las ideas sí se diferencian. No es lo mismo la idea que representa un modo o accidente, que la que representa una sustancia o Dios. Ahora bien, la realidad objetiva de una idea requiere en la realidad actual una causa que la produzca y que sea proporcionada a esa realidad objetiva. Se pregunta entonces si hay alguna idea de cuya realidad objetiva no pueda ser yo causa. Si la hay, habrá demostrado existe otra realidad diferente del yo que haya causado en mí esa idea. Pues bien, nada encuentra en la totalidad de mis ideas que no pueda ser  explicado desde mí mismo como causa, excepto en la idea de Dios. La idea de Dios no puede proceder de mí. Piensa que la idea de sustancia infinita no puede provenir sino de algo actualmente infinito; por lo tanto, Dios existe7Es esta la principal prueba que demuestra la existencia de Dios. En la Meditación III emplea otro argumento más: yo mismo, que tengo la idea de Dios, no podría existir si no existiera Dios. Más adelante, en la Meditación V, echa también mano del argumento ontológico. Da así por demostrada la existencia de Dios. Esta demostración cumple un papel fundamental en su sistema. Prueba, primero, que hay algo más que el yo que piensa: hay otra sustancia, la sustancia infinita, un Dios bueno y veraz. Además, queda removido el tercero de los motivos de duda, la hipótesis del genio maligno, que cuestiona mi modo de razonar. Pero Dios no garantiza que no erremos al creer que alguna de nuestras ideas se corresponde con una realidad fuera del pensamiento. Pero, puesto que es bueno, sí garantiza que el resultado del buen uso de la razón, lo concebido de modo claro y distinto, produce conocimiento. Queda entonces abierto el camino para que demuestre la existencia del mundo
. Lo que de claro y distinto concibo en las cosas del mundo es que son extensión.
Sustancia
es para Descartes aquello que existe de tal manera, que no necesita de ninguna otra para su existencia. Y la realidad, en definitiva, está constituida por Dios y por todo lo demás, de lo cual Dios es causa: o bien cosas o sustancias extensas o bien cosas pensantes. Lo uno y lo otro son de naturaleza bien distinta. Las cosas extensas obedecen leyes precisas que la ciencia puede descubrir y determinar: incluso los animales, que no tienen conciencia, son entendidos como máquinas de una especial perfección. El alma, el yo, no obedece a determinación alguna y no se rige por otro principio que el de la libertad.






El ser humano

Desarrollo

Descartes propone una concepción dualista del ser humano, acorde con su metafísica. Deduce que la realidad está constituida por Dios, la sustancia infinita, y por todo lo demás, de lo cual Dios es causa. Lo demás son o bien cosas o sustancias extensas, es decir, las cosas que decimos materiales o corporales, o bien son cosas pensantes, esto es, el yo, la mente o conciencia, el alma. Materia y conciencia son cosas de naturaleza bien distinta, de modo que lo que es extenso no es mental y, al revés, lo mental no es extenso. Las leyes que rigen estas realidades son también diferentes. El mundo material responde a un modelo mecanicista. Imagina la materia como una inmensa máquina, obediente a leyes precisas que la ciencia puede descubrir y determinar. Las cosas en general son materia que responde a este esquema mecanicista: incluso los animales, que no tienen conciencia, son entendidos como máquinas de una especial perfección. Lo mental, en cambio, va acompañado siempre del carácter o propiedad de la conciencia. La conciencia no es una cualidad natural del tipo de las que explica la física, por lo que escapa a la comprensión y el análisis científico. El alma, el yo, no obedece a determinación alguna y no se rige por otro principio que el de la libertad.Los seres humanos somos, según este esquema general, duales, pues estamos compuestos de dos cosas o sustancias: el cuerpo, que es extenso, y el yo o conciencia, que es pensamiento. Este yo que no responde al determinismo físico, le permite a Descartes salvar la dimensión moral del hombre, impensable sin el supuesto de que somos libres. Le coloca, por otro lado, en otro plano diferente, por encima de los animales, que carecen de un yo que les haga libres.El dualismo cartesiano es origen de algunos debates importantes en la filosofía moderna y contemporánea. Entre ellos, el problema de las relaciones mente-cuerpo, si son o no cosas distintas y qué forma de relación puede establecerse entre ellas. El propio Descartes se ve obligado a explicar, partiendo de su dualismo, cómo lo que ocurre en el cuerpo

Algunas expresiones

Sustancia


. Lo que existe por sí, “que no tiene necesidad sino de sí misma para existir”. Según Descartes son la sustancia infinita (Dios), la sustancia pensante (el alma) y la sustancia extensa (los cuerpos). Usa también el término latino “res”, que significa “cosa”. En un sentido literal sólo Dios sería sustancia, pues las sustancias finitas, son depende de Él para existir.

Atributo

. Es la propiedad esencial de la sustancia y se identifica con ella. Cada tipo de sustancia tiene un único atributo: el atributo de Dios es la infinitud, los cuerpos son extensión y el alma, pensamiento.

Modo

. Son las diversas formas como está dispuesta la sustancia.

Luz natural

. Este término que aparece el texto de la PAU se refiere a la razón como facultad de conocer con claridad y distinción.

Mecanicismo

. Concepción según la cual los fenómenos físicos se explican en términos de materia, movimiento local y leyes estrictas que rigen ese movimiento. Conduce a una visión determinista de la naturaleza. El determinismo es aquella concepción según la cual los hechos se siguen necesariamente de las condiciones que le preceden. En el ámbito metafísico significa que la necesidad reina en el universo.

Claridad y distinción

. Son las notas o requisitos de la evidencia. La claridad se refiere a la fuerza y nitidez con la que ha de presentarse el conocimiento al espíritu. La distinción, a la precisión de límites de una idea frente a otras.

Deja un comentario