1) Análisis trascendental del conocimiento científico 1.1. Condiciones del conocimiento científico En la Crítica de la Razón Pura Kant se ocupa de la determinación del problema del conocimiento y del análisis de la posibilidad de la metafísica como ciencia, con el mismo rigor y exactitud que en aquella época habían alcanzado la matemática y la física. Kant entiende por metafísica la disciplina heredada de tradiciones filosóficas anteriores (como la escolástica medieval o la escuela racionalista) que era considerada como el fundamento y la base no solo de todas las ciencias sino también de los valores, la moral, la política etc. En un diccionario de la época de Kant es considerada como: “La ciencia que trata de los primeros principios de nuestros conocimientos, ideas universales y seres espirituales”, pero totalmente a priori, ajena a la experiencia, es decir un saber conceptual en forma de Ideas. A partir de la razón, puedo conocer algo a la perfección y podré aplicarlo al resto de objetos, pues la razón posee ideas innatas, conjunto de conocimientos fundamental, y demostrar si son verdaderos. Por tanto a partir de algo conocido con verdad, podré conocer sus causas y consecuencias. Los racionalistas creían que la mente podía conocer la realidad sin ayuda de la experiencia, por que la mente poseía unos principios innatos. Por otra parte, los empiristas creían que todo conocimiento provenía de la experiencia, de lo que los nuestros sentidos captan, por lo que el racionalismo era simple charlatanería que no tenía ningún fundamento por que no dependía de la experiencia. La metafísica cayó en un desprecio general, y esto preocupó a Kant, por que aunque la metafísica no fuese una ciencia, se ocupaba de los problemas más importantes del ser humano, que, aunque no tuvieran una respuesta científica eran los más importantes. Según Kant, la matemática y la física han entrado en el camino seguro de la ciencia, pero la metafísica no. Por las siguientes razones: La falta de unanimidad. En la física todos los científicos están de acuerdo sobre las teorías, pero en la metafísica reina el desacuerdo. Y lo peor de todo es que no existe ningún criterio que permita saber cuales son ciertas y cuales no lo son. El estancamiento. Mientras que el resto de las ciencias avanzaban la metafísica seguía estancada, por que nadie se ponía de acuerdo. Kant se preguntó si era posible la metafísica como ciencia, pero también había que preguntarse cómo era posible la ciencia. Kant no se pregunta en ningún momento si la ciencia es verdadera o no, pues para él es evidente que lo sea. Lo que le interesa saber es por qué es verdadera. Quiere saber que elementos forman el conocimiento científico, para compararlos con la metafísica, y si ésta los cumple algún día podrá llegar a ser considerada como ciencia, sino no. Kant va a someter a la metafísica al tribunal de la crítica, entendiendo por crítica un “análisis o examen racional”. La razón debe autoanalizarse para conocer sus límites. El problema de la metafísica es que no ha rectificado sus propios principios después de un análisis racional. El racionalismo planteaba que la razón posee una serie de principios innatos y que, a partir de estos principios, mediante deducción racional (pensando), sin recurrir a la experiencia sensible, podría levantarse el edificio del conocimiento, podría conocerse lo real en su totalidad. Sin embargo, el empirismo, al rechazar el innatismo y defender que todo el conocimiento procede de la experiencia, desemboca en un escepticismo. A Hume le ocurrió que como no pudo demostrar la existencia de Dios, no pudo demostrar la relación entre los pensamientos y la realidad. Ni siquiera las leyes científicas son seguras. Si estas leyes son meras generalizaciones de la experiencia y ésta es contingente y particular, nada me asegura que siempre y en todos los casos los fenómenos naturales se vayan a comportar de la misma manera. Hume llegaba a la conclusión de que debemos admitir que la razón es incapaz de proporcionarnos una fundamentación del saber, por lo que, en lugar de buscar una certeza absoluta o metafísica para el conocimiento, debemos conformarnos con una certeza moral que nos baste para conducirnos en nuestra vida cotidiana. Para Kant solo aquello que contenga necesidad (que sea necesariamente así y no pueda ser de otra manera) y universalidad (que siempre ocurra o actúe del mismo modo) puede garantizar un conocimiento fiable. Las leyes científicas o tienen validez universal y expresan la existencia de una relación necesaria en la naturaleza o no son leyes científicas. Los racionalistas decían que la experiencia no servía para nada y los empiristas decían que todo provenía de la experiencia, pero para Kant los dos tenían parte de razón, ya que la experiencia es necesaria para el conocimiento, pero no suficiente. Esta experiencia viene de condiciones independientes de ella, que son las que dan al conocimiento las notas de universalidad y necesidad. Según Kant en todo tipo de conocimiento se dan dos condiciones: unas son exteriores o materiales, asociadas a los sentidos; y otras son propias del individuo o formales, que son las que la mente humana impone a la información que procede del exterior. Las primeras son de fuera de la mente humana (intuiciones) y las segundas son elementos totalmente a priori. La tesis de Kant supone una síntesis entre el racionalismo y el empirismo. Afirma que todo conocimiento humano tiene su punto de partida en la experiencia, pero, por otro lado niega que todo el conocimiento proceda de ella, puesto que existen una serie de elementos innatos a la razón humana que no proceden de la experiencia. El objetivo de Kant era encontrar y definir estos elementos, es decir, averiguar lo que de a priori hay en el conocimiento. La importancia de estos elementos a priori estriba en que la universalidad y la necesidad del conocimiento solamente pueden provenir de ellos. La crítica de la razón pura se pregunta. ¿Qué puedo conocer? Se pregunta por los principios desde los cuales es posible un conocimiento científico, y en segundo lugar se pregunta también por los límites dentro de los cuales ese conocimiento es posible. 1º) ¿Es posible la metafísica como ciencia? 2º) ¿Cómo es posible la ciencia?, Es decir, la ciencia es posible bajo ciertas condiciones por eso se pregunta ¿Cuáles son las condiciones trascendentales que hacen posible el conocimiento científico? 3º) Si la ciencia es un conjunto de juicios. ¿Cómo son posibles los juicios de las ciencias?, Es decir, ¿Cuáles son las condiciones trascendentales que hacen posibles los juicios científicos? Analizar como se producen, causas y consecuencias, en los dos estadios del conocimiento (entendimiento y sensibilidad), pues aportan el grado de universalidad y necesidad que tiene la ciencia. 4º) ¿Cuáles son las condiciones trascendentales que hacen los juicios sintéticos a priori? 5º) ¿Se dan esas condiciones en los juicios de la metafísica? No, luego la metafísica no es posible como ciencia. La ciencia es trascendental, es indudable, y por ello es universal, válida, objetiva y necesaria. “Juicios sintéticos a priori” = para hacer que el objeto le exprese lo que le conviene a la razón, o a sus exigencias, es lo mismo que decir, que el conocimiento parte de la experiencia más elementos a priori que incorpora el sujeto cognoscente” La metafísica se ocupará del mundo moral trascendente, la metafísica de la moral, pues es lo que va más allá de la experiencia, y se encarga de la ética y los valores. Está constituido por ideales. Esto lo establece Kant después de la crítica a la metafísica.I.2. Clasificación de los tipos de juicios Puesto que la ciencia es un conjunto de juicios, la pregunta anterior se puede expresar más exactamente de la siguiente forma: ¿cuáles son las condiciones que hacen posibles los juicios de la ciencia? Lo que exige establecer los tipos fundamentales de juicios, para lo cual Kant nos presenta dos clasificaciones: Los divide en juicios analíticos y juicios sintéticos y atiende a si el concepto predicado se incluye en el concepto sujeto: juicios analíticos si el predicado se incluye en el sujeto son juicios a priori si su verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia, son juicios universales y necesarios; para establecer el juicio basta analizar el concepto del sujeto para atribuirles un predicado., por lo que no nos dan información nueva alguna, “El triángulo tiene tres lados” y juicios sintéticos cuando el predicado no se incluye en el sujeto: son juicios informativos que amplían nuestro conocimiento. Son a posteriori y no son juicios universales y necesarios. La segunda los clasifica en a priori ya a posteriori y atiende al modo de conocer su verdad: y juicios a posteriori si su verdad es conocida a partir de la experiencia; son particulares y contingentes. Los juicios más importantes de la ciencia no pueden ser ni analíticos ni sintéticos a posteriori sino juicios sintéticos a priori: por ser sintéticos, dan información, amplían nuestro conocimiento; por ser a priori, son universales y necesarios y el conocimiento de su verdad no procede de la experiencia. Precisamente los principios fundamentales de la ciencia (Matemáticas y Física) son de este tipo. I.1. La posibilidad de la metafísica como ciencia. Las condiciones del conocimiento científico La metafísica en la que Kant se formó (la metafísica racionalista wolffiana) tomaba la matemática como ideal de ciencia y consideraba que la filosofía debía ser una actividad deductiva, basada en la pura razón. Kant defendió en un primer momento este tipo de filosofía pero pronto quiso encontrar una nueva fundamentación a la metafísica: se ha pretendido, dogmáticamente (mediante el uso de la pura razón) elaborar sistemas filosóficos pero todos han fracasado pues no han conseguido ni progreso ni acuerdo entre los investigadores, fracaso que parecía conducir al escepticismo. Kant creyó necesario para la filosofía y para los intereses y fines últimos del hombre una Crítica de la propia Razón sobre sí misma, sobre su alcance y sus límites, una «crítica del órgano» del conocimiento. Urge plantearse pues el problema de si es posible la Metafísica como ciencia. La tarea crítica consistirá en aclarar los principios y limites de la Razón. Kant creyó que los errores provenían de una «extralimitación» de la Razón: no respetar sus propios límites y pretender alcanzar un conocimiento más allá de toda experiencia (uso dogmático de la razón que da lugar a la filosofía dogmática). Por contra, de la fijación de límites que la Crítica establezca, Kant espera obtener dos ventajas: evitar nuevos fracasos mostrando la incapacidad humana para alcanzar un conocimiento metafísico por la pura razón, y poner a buen recaudo el ámbito de lo inteligible, arruinar las pretensiones del ateísmo, el materialismo y el determinismo (este uso de la razón es un uso crítico y trae consigo una filosofía crítica). 1.2. Concepción trascendental del a priori La «Estética trascendental». Las formas a priori de la Sensibilidad La Sensibilidad es la capacidad o facultad de las sensaciones. La Estética explica el modo de tener sensaciones y al ser «trascendental» tratará del conocimiento de las condiciones transcendentales (universales y necesarias) que permiten el conocimiento sensible, paso previo para todo conocimiento. Kant distingue dos momentos en la percepción: la materia y la forma. La materia está formada por las intuiciones, que se nos presentan ordenadas al sujeto cognoscente gracias a la forma, o como llama Kant “intuición pura” y se encuentran a priori en el espíritu. La unión de sensaciones o datos empíricos (materia) y la forma a priori se llama Fenómeno. Las formas puras o principios del a priori de la sensibilidad, son las condiciones de Espacio y tiempo (que se encuentran en las matemáticas y física) El espacio y tiempo son condiciones a priori de la sensibilidad. La «Analítica trascendental»: la espontaneidad del entendimiento Comprender lo percibido es la función propia del Entendimiento. Kant estudia esta facultad en la Analítica Trascendental. Nuestro conocimiento incluye conceptos además de percepciones, pues comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto; cuando no podemos referir las impresiones sensibles a un concepto, nuestra comprensión de aquéllas resulta imposible. Esta actividad de referir los conceptos a los fenómenos se realizan a través de juicios. El entendimiento puede ser considerado, pues, como la facultad de los conceptos, o bien como la facultad de los juicios, la facultad de juzgar. Concepto: Ideas que formamos en nuestro pensamiento o marco que reconoce y determina el fenómeno. En último término son “conceptos puros” o “categorías”. Reglas con las que elaboramos, relacionamos y pensamos los datos percibidos por la sensibilidad, sin ellos no podríamos conocer. “Los pensamiento sin contenido son vacíos, las intuiciones sin conceptos son ciegas” Kant distingue dos tipos de conceptos, los empíricos, que proceden de la experiencia y son a posteriori, y los conceptos puros o categorías, que no proceden de la experiencia y son a priori: las categorías (sustancia, causalidad, unidad, necesidad,…); son nociones que no se refieren a datos empíricos pero tampoco son construidas, «inventadas» empíricamente por el hombre, pues pertenecen a la estructura del entendimiento (son a priori). Sin ellos no sería posible el conocimiento, los juicios ni conceptos empíricos. (cantidad. Relación, cualidad y modalidad) El conocimiento es posible porque aplicamos las categorías a la multiplicidad dada en la sensación. Los conceptos puros son condiciones trascendentales, necesarias, de nuestro conocimiento de los fenómenos ya que el entendimiento no puede pensarlos si no es aplicándoles estas categorías. Las categorías solamente son fuente de conocimiento aplicadas a los fenómenos. El error de la filosofía dogmática (basada en el uso puro de la razón) consiste en usar las categorías para referirse a realidades transempíricas o trascendentes (Dios y el alma, p. ej.). La Física es posible como un saber a priori porque el mundo tiene una estructura matemática (al estar sometido al tiempo y al espacio) y porque las categorías tienen una validez empírica; porque todo fenómeno está estructurado en función de las categorías. Con ello Kant está legitimando filosóficamente el Universo Newtoniano. II.3. La «Dialéctica trascendental»: la Razón y su exigencia de Lo incondicionado La «Dialéctica Trascendental» estudia la Razón y el problema de si la metafísica puede ser un saber a priori, y concluye que la Metafísica como disciplina científica es imposible. La Metafísica quiere alcanzar las cosas tal y como son en sí mismas, sus objetos son transcendentes (no empíricos): el alma, su libertad e inmortalidad, Dios y el mundo como totalidad; pero la ciencia usa necesariamente las categorías y éstas sólo pueden emplearse legítimamente aplicadas a los fenómenos, a lo dado en la experiencia. La Razón teórica, en sentido laxo, es lo que permite el conocimiento del mundo, y en sentido estricto la facultad de las argumentaciones. El conocimiento intelectual formula juicios y conecta unos juicios con otros formando razonamientos. Pero hay una tendencia peculiar en el uso de la Razón: la Razón busca encontrar juicios cada vez más generales, capaces de abarcar una multiplicidad de juicios particulares sirviendo a éstos de fundamento. La Razón aspira a lo incondicionado, al fundamento de los fundamentos. Cuando la Razón, en esa búsqueda de las condiciones de lo condicionado, de leyes más generales y profundas, se mantiene en los límites de la experiencia, su uso es correcto y no da lugar a contradicciones; la ciencia avanza precisamente a partir de esa tendencia de la Razón; pero esa tendencia lleva inevitablemente a traspasar los límites de la experiencia empírica en busca de lo incondicionado: así, todos los fenómenos físicos se pretenden unificar y explicar por medio de teorías metafísicas acerca del mundo, como todos los fenómenos psíquicos por medio de teorías metafísicas acerca del alma, y, finalmente, unos fenómenos y otros se intentan explicar y unificar por medio de teorías metafísicas acerca de una causa suprema de ambos tipos de fenómenos, físicos y psíquicos: Dios. «Dios», «alma» y «mundo», son pues tres ideas de la Razón; ideas que no tienen una referencia objetiva, –no tienen un uso constitutivo– en el sentido de que no podemos conocer los objetos a los que se refieren (Dios, alma y mundo como totalidad); pero sí un uso regulativo pues permiten la orientación de la investigación y dirigen el uso de la razón en la aspiración a una explicación cada vez más profunda de la realidad. 1.3. El giro copernicano La ciencia ha encontrado claridad, certeza en el conocimiento y posibilidad de progresar mediante un método.En cambio, la metafísica discute siempre sobre lo mismo, (si el mundo es finito o infinito, si dios existe o no, cuestiones sobre la libertad…) La metafísica no progresa y se encuentra en el mismo punto donde empezó, es decir, “no ha encontrado el camino seguro de la ciencia” pero, el ser humano debe conocer la respuesta a estas preguntas. El logro de las ciencias consiste en que el científico no espere a que la naturaleza le diga las cosas, sino que le obliga a responder las preguntas que plantea. La metafísica deberá seguir el mismo proceder si quiere ser una ciencia y progresar, para encontrar el camino seguro de la ciencia.Kant propone un método nuevo en lo relativo a lo epistemológico, donde propone invertir el sentido de la relación establecida entre objetos del mundo y el sujeto, a esto lo llama: “El giro o revolución copernicana”, pues hasta entonces el sujeto se sometía al objeto. La metafísica debía tomar como modelo el método de la ciencia para progresar. Con este método pretende justificar que el conocimiento y ciencia, teniendo que ser experimental no puede evitar ser universal y necesario, es decir, constante en el tiempo y fijo. Kant expone una nueva metodología donde los objetos se sometieran a la racionalidad humana. El conocimiento está constituido por dos componentes: Uno ajeno al sujeto y que le llega de la sensibilidad: intuición Otro independiente del objeto percibido, que aporta el sujeto que conoce y que permite conocer el objeto: A priori. Por medio del A priori, se superará la contingencia de lo sensible y experimental a lo universal y necesario, características que precisa el conocimiento. Premisas: La experiencia no puede ser universal ni necesaria pues, nos presentan intuiciones sensibles particulares. La ciencia es universal y necesaria. Hay dos elementos en la elaboración del conocimiento: objeto y mente. La universalidad y necesidad lo pone el sujeto en su modo de conocer, es lo a priori, lo independiente a la experiencia. El sujeto aporta conocimientos ajenos a la experiencia, y convierte a la ciencia en un conocimiento universal y necesario. El sujeto impone una serie de condiciones de percepción del ser humano al objeto. El giro copernicano concuerda con la “filosofía crítica” (someter a juicio las posibilidades del conocimiento) y “trascendental” (parte del conocimiento ajeno a la experiencia) Significado de la palabra metafísica: Metafísica Tradicional: ciencia de lo suprasensible (alma, Dios) Es una ciencia de los objetos que pretende demostrar que es el alma “en sí” (libre, indivisible, inmaterial…) La nueva metafísica crítica: teoría de la racionalidad, o metafísica del sujeto, que demuestra (en forma trascendental) como y porque pensamos las nociones citadas, son conocer nada correspondientes a ellas. Contiene: Metafísica de la naturaleza: explicación de nuestro modo de conocer el mundo y sus limitaciones (concebir el mundo como si fuera obra de un ser racional). *Metafísica de las costumbres: como nos conocemos racionalmente en el terreno moral (seres libres y autónomos) *Metafísica racionalista de la historia *Explicación de la “Disposición Natural” de la razón humana en los problemas metafísicos, que nos planteamos y pensamos, aunque no los podamos ni sepamos resolverlos. 2) Crítica trascendental de la metafísica 2.1.) Distinción entre fenómeno y noúmeno Fenómeno: Objeto de los sentidos. Aquello dado a la sensibilidad. Objeto indeterminado de una intuición empírica. Aquello que por ser empírico se ofrece al sujeto humano afectándole. Sólo de los fenómenos tenemos conocimiento. Cuando el objeto del mundo exterior es ordenado bajo las condiciones estructurales, de espacio y tiempo como condicionantes a priori del objeto y sin los cuales no podemos conocer nada, así el objeto se nos revela como algo inteligible, ordenado y con sentido.Noúmeno: Noción que designa una cosa que ha de ser pensada (mediante el entendimiento puro) como cosa en sí misma y no como objeto de de los sentidos. Noúmeno es la cosa en sí, aquello que no conocemos sensiblemente, pero suponemos que existe. No puede ser objeto de ciencia, y no es objeto de la experiencia. Esta es la concepción negativa del noúmeno: aquello que no es objeto de la intuición sensible. La Concepción positiva es: el noúmeno puede ser objeto de la intuición no-sensible o intuición inteligible o intelectual, es decir una captación directa e inmediata de las cosas que genera un conocimiento diferente al científico. De esta concepción no se obtiene el verdadero conocimiento pero abarca el tema de la moralidad humana bajo una metodología hermenéutica.La intuición inteligible o intelectual es aquella que no es propia de la subjetividad humana, sino del entendimiento intuitivo y divino (Dios), que para conocer no necesita que las cosas sean dadas a través de la sensibilidad. Su objeto es el objeto inteligible, el objeto no sensible. 2.2) Sentido negativo de la crítica: limitación del uso teórico de la razón a los fenómenos La crítica delimita positiva y negativamente, el territorio de la razón trazando fronteras que puede conocer y pensar. Más allá de esas fronteras la razón caerá en contradicciones (antinomias), que pierden el conocimiento válido, la experiencia. Si queremos conocer solo puede ser a través de fenómenos, la metafísica no puede ser una ciencia de lo suprasensible. La razón nos obliga a buscar leyes dentro de los límites de la experiencia. Pero, la razón aspira a conocer las cosas en sí mismas, lo incondicionado, pero deberá pensarlo, pues no puede conocerlo sin condiciones. Esta pretensión de conocimiento es natural o legítimo (siempre la ha tenido). Todo intento de conocer cualquier cosa que no esté apoyada en la experiencia es un fracaso. La metafísica es una disposición natural de la razón. El fracaso de la metafísica se debe a hacer un uso constitutivo de las ideas, que conduce al error. Dios, el alma y el mundo existen y sirven para conocer el resto de cosas existentes. La metafísica avanzará si hace un uso regulativo de las ideas, las ideas buscarán los ideales del conocimiento. “Dios, alma y mundo”. Esta metafísica se llama la “metafísica del como sí”2.3.) Sentido positivo de la crítica: defensa del uso práctico de la razón La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas, en cambio, la razón práctica se ocupa sobre cómo ha de ser la conducta humana – La razón teórica (científica) formula juicios. – La razón práctica formula imperativos. La ética de Kant representa una auténtica novedad dentro de la historia de la ética; hasta el él, todas las éticas eran denominadas éticas materiales, a la suya se la llama ética formal. Crítica de Kant a las éticas materiales. Las éticas materiales son empíricas, a posteriori, es decir, su contenido es extraído de la experiencia. Los preceptos de las éticas materiales son condicionales o hipotéticos, pues parten de la hipótesis de que realizando determinadas acciones o decisiones conseguirán su objetivo, no valen de un modo absoluto para conseguir un fin, pues no tenemos seguridad para conseguir nuestro objetivo. Las éticas materiales son heterónomas (lo contrario de autónomas). Si la autonomía consiste en que el sujeto se da a si mismo la ley, la heteronimia consiste en recibir la ley desde fuera de la propia razón, imponen cual ha de ser nuestra conducta, nuestro objetivo y cómo vamos a conseguirlo pues aceptamos las normas morales que han establecido otros (cristianos). Las éticas materiales persiguen la felicidad, es decir nos dicen el objetivo que hay que conseguir y cómo, con que conductas, conseguirlo. Características de la ética formal de Kant. 1.- Una ética que sea estrictamente universal y racional, no ha de ser empírica, sino que ha de ser a priori. 2.- Sus imperativos no han de ser hipotéticos sino categóricos. (Voluntad Segura, firme, no venida de fuera) 3.- No ha de ser heterónoma sino autónoma. Se impone a sí misma la razón, las normas de conducta, y no le vienen de fuera, no son externas. 4.- Una ética formal es una ética vacía de contenido. Esto significa dos cosas: · Que no establece ningún bien o fin. · Que no nos dice lo que hemos de hacer sino la forma en la que debemos obrar, como deberíamos comportarnos. 5. Es coherente pues llevamos a la práctica nuestras decisiones de voluntad. Conceptos fundamentales de la ética formal de Kant. – BUENA VOLUNTAD: Es imposible imaginar nada en el mundo o fuera de el que pueda ser llamado absolutamente bueno excepto la buena voluntad. Ejemplo: La riqueza puede ser objeto de abuso, por lo tanto no es un bien puro o absoluto, lo mismo se puede decir de la inteligencia, porque un criminal puede poseer y utilizar mal su gran talento. Lo mismo se puede decir de rasgos naturales del carácter, por ejemplo, la valentía, porque se puede utilizar o manifestar en la persecución de un fin malo. En cambio, una voluntad buena no puede ser mala en ningún caso. Para aclarar el significado del término “bueno” aplicado a la voluntad, recurre a otro concepto, que el de “deber”: es el rasgo más destacado de la conciencia moral, una voluntad que obre por el deber, es una voluntad buena y es auténtica. -EL DEBER Y LA INCLINACIÓN: Distingue Kant tipos de acciones:· Inclinaciones naturales de las personas: “conservar la vida” · Acciones hechas conforme a un deber por interés: “ir al instituto para aprobar” Esto son obligaciones sociales para obtener una rentabilidad, es hipocresía.· Acciones respecto al deber: se realiza por que hay necesidad de cumplirlo, sino nos traicionaríamos a nosotros mismos.- PRINCIPIOS DE LA VOLUNTAD PURA: Distingue dos tipos de principios: 1) Ha de cumplirse de manera incondicionada, sin esperar nada a cambio sino solo porque se corresponde con nuestra buena voluntad. Solo así seremos realmente libres.2) Para que además de libres sean morales han de ser racionales.El imperativo categórico es el principio universal y necesario de la razón práctica y se expresa según estas máximas: a) Obra de tal manera que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley de la naturaleza o universal Comportarnos de la misma forma que quisiéramos que se comportaran los demás en nuestra situación. “¿Queremos que a nosotros nos robaran?” b) Obra de tal manera que trates a la humanidad, tanto a tu persona como a cualquier otra, siempre como un fin en sí misma y no como un medio. Tratar a una persona como humana, y no como un simple medio o herramientas. Por ejemplo: le da un ataque al corazón al vendedor, debo ayudarle, y no irme a otra tienda. No solo tengo un trato comercial. 2) Objetivos o leyes morales: Que a su vez pueden ser Hipotéticos o categóricos. Los dos indican cómo se debe obrar. Los hipotéticos ordenan la acción como medio para conseguir algo. Los imperativos categóricos obligan a la voluntad de un modo absoluto. “Obra de modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de legislación universal”. La actitud de la voluntad ante el imperativo categórico puede darse de tres maneras: · Santa o de buena voluntad: aquella que actúa por respeto a la ley, por amor al deber. Las acciones de esta voluntad son denominadas “acciones por deber. · De las buenas costumbres o voluntad legal: Obra conforme a la ley, es decir, que cumple la ley moral pero no por respeto a ella sino por otras inclinaciones. Estas acciones se llaman “acciones conforme al deber”. · La voluntad moralmente mala: Es la que viola la ley moral. De estos tres tipos de modos de actuar la voluntad, sólo el primero tiene verdadero valor moral. -POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA: Garantías para saber si la razón es libre · Postuladas: Proposiciones que no son evidentes por sí mismas, que no pueden demostrarse, pero que se aceptan. Según Kant hay tres: La obligación de obrar por deber, supone la libertad.+ Que la voluntad humana sea libre. + Que exista un alma espiritual e inmortal. (La aspiración a la perfección es el cumplimiento del deber)(virtud) + Que exista Dios. (Garantía que la virtud será premiada con la felicidad) Son proposiciones que no son ni evidentes ni demostrables, pero que hay que creer en ellas y admitirlas como verdaderas si no queremos que se hunda el orden moral.La voluntad racional, debe regirse por sí misma con autonomía, darnos a nosotros mismos normas Libertad: La libertad es la ausencia de causas. Ser libres es no dejarse llevar por los impulsos, poder obrar bien. Esto solo se producirá si pensamos que la libertad es una cosa en sí que no podemos conocer y que no está sometida al concepto de causalidad de las ciencias. Entonces pues, no se puede conocer científicamente. 2.4. Metafísica, crítica e ilustración Desde el s. XVII hasta XVIII “El siglo de las luces”. Quieren iluminar con la razón a la sociedad, sumergida en tinieblas de la ignorancia. Pero aunque la Metafísica es imposible en el ámbito de la razón, ésta es posible y apodíctica (necesaria) en el ámbito práctico –la pregunta ¿qué puedo conocer? no es la única–. Las ideas de la razón tienen como utilidad ordenar los pensamientos, regular los principios del entendimiento y, por tanto, del conocimiento, aunque no puedan producirlo por ellas mismas ni ampliar su campo de objetos. La Metafísica entra en el campo de la fe racional, de este modo, aunque se le ha quitado su pretendido carácter de ciencia, ésta ha quedado fundamentada de un modo intachable para cualquier proceso científico ulterior. Ya para acabar, podemos decir que Kant considera a la Metafísica como una disposición natural. Bajo esta denominación, entendemos la Metafísica como un peculiar saber, tan arraigado en la estructura racional del ser humano, que le resulta casi imposible prescindir de él. Los objetos de ese saber son los eternos interrogantes que han agobiado al hombre desde su origen: Dios, libertad e inmortalidad. De ahí las continuas tentativas para solucionar tan intrincados problemas, aunque para ello la razón haya tenido muchas veces que alejarse de la experiencia y perderse en sus propias falacias. Jamás, pues, podrá el hombre escaparse a su hechizo, y aunque muchas veces intente apartarse, «volverá siempre a ella como a una amada con la que ha tenido una desavenencia».
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