21 Ago

Hume: Crítica al Empirismo

Crítica a la Metafísica

La crítica de Hume se extiende a toda la metafísica tradicional, empezando por la idea misma de sustancia. Hume rechaza la metafísica porque el objeto de estudio de ella traspasa los límites de la experiencia y siempre ha sido fuente de errores.

Mundo

No podemos saber si existen objetos fuera de nosotros, puesto que solo conocemos nuestras propias impresiones y no una realidad distinta de ellas. La realidad es, por tanto, una suposición que no se puede comprobar y que no tiene justificación racional.

Dios

Hume analiza los argumentos para demostrar la existencia de Dios. El argumento ontológico queda invalidado porque la existencia es una cuestión de hecho y lo contrario no implica contradicción. El resto de los argumentos tradicionales eran argumentos a posteriori, se basaban en alguna inferencia causal, al considerar la naturaleza y el hombre como efectos de la causa divina. Si la inferencia causal es aceptable únicamente entre dos impresiones, no es válida en estos casos, puesto que de Dios no tenemos impresión alguna. Dios, para Hume, es una hipótesis inútil, ya que no podemos probar su existencia.

Yo

Hume no puede aplicar a la existencia del Yo el mismo esquema basado en la inferencia causal. Hume argumenta que solo tenemos intuiciones de nuestras impresiones, y ninguna de ellas es permanente. Si el Yo no puede justificarse racionalmente, se plantea la cuestión de cómo es posible que tengamos conciencia de nuestra identidad personal, y es que nuestra identidad se basa en la memoria, que hace posible que reconozcamos la conexión entre las impresiones que se suceden. Nuestro error consiste en confundir sucesión con identidad.

Crítica al Principio de Causalidad

Nuestro conocimiento de hechos está limitado a nuestras impresiones y solo tenemos impresiones actuales o recuerdos de las que ya hemos vivido. No puede haber conocimiento de hechos futuros, puesto que no poseemos impresiones de lo que aún no ha sucedido. Según Hume, nuestra certeza se basa en la experiencia y no en una deducción racional, pero no hay nada en la experiencia que nos garantice que los hechos pasados se repitan en el futuro, salvo que dos fenómenos que siempre se han producido de manera contigua tienen entre sí una relación de causa-efecto. Nos basamos en una inferencia causal y concebimos la relación causa-efecto como una conexión necesaria, según la cual el efecto se producirá necesariamente. En este punto, Hume aplica el criterio de verdad a la idea de “conexión necesaria”, se pregunta si podemos señalar la impresión que corresponde a la idea de conexión necesaria; lo cierto es que eso no es posible, solo podemos percibir dos hechos contiguos y la experiencia del pasado. La costumbre genera en nosotros una creencia en la existencia de esa conexión; entonces, la creencia producida por el hábito es imprescindible para la vida cotidiana, pero no es conocimiento científico. La relación causa-efecto es una ficción de la mente, aunque una ficción útil para la vida. Para Hume, la creencia es imprescindible y la admite; también para él la inferencia causal solo tiene validez aplicada a la experiencia. Estas conclusiones lo llevan a la crítica de los conceptos metafísicos.

Fenomenismo y Escepticismo

Las tres sustancias cartesianas (mundo, yo y Dios) no podemos conocerlas; la realidad queda reducida a impresiones, a meros fenómenos. Hume acepta que sus conclusiones sobre los conceptos metafísicos se llevan también a un escepticismo. Su intención, sin embargo, no es tanto negar la existencia de estas sustancias como su justificación racional (no es lo mismo negar que Dios exista que negar que podamos demostrar que existe). En cualquier caso, sus conclusiones desembocan en escepticismo y fenomenismo total. En el fenomenismo, no conocemos la realidad exterior, sino únicamente nuestras propias percepciones, que son fenómenos aislados. En el escepticismo, no es posible un conocimiento cierto a través de la experiencia. No es un escepticismo metodológico, como en Descartes, sino un escepticismo consecuente con el análisis de nuestras facultades, es moderado (porque acepta la creencia como guía para la vida) y únicamente filosófico, cuando la vida se impone a las conclusiones escépticas de la razón. Por eso, Hume sostiene que “la naturaleza mantendrá siempre sus derechos y prevalecerá sobre cualquier razonamiento abstracto”.

Emotivismo Moral. Moral del Sentimiento

Hume critica el racionalismo moral (que afirma que el origen de la moral está en la razón). Considera que la razón no es, ni puede ser, el fundamento de nuestros juicios morales puesto que es esclava de las pasiones y no tiene otra opción que obedecerlas. La moralidad tiene su origen en los sentimientos. Su moral es:

  • Emotivista: la lección moral se da en el terreno de las emociones y no en el de la razón.

Descartes: El Racionalismo Cartesiano

El Método Cartesiano

Descartes defiende que la vía de los sentidos es la vía de la razón, antepone la razón a todo (racionalista), el modelo de la ciencia que sigue es la matemática como modelo de saber, es de la etapa posterior al medievo, defensor de la revolución científica y de la primacía de la razón sobre la fe; su filosofía fue polémica. Su objetivo era hallar la verdad incuestionable, deducir nuevas verdades, aplicar las reglas del método y las dudas sistemáticas: no hay nada fiable.

La respuesta de Descartes es que, para hallar la verdad, es necesario un método que no permita ninguna duda, porque la capacidad de la mente no alcanza. Las matemáticas pueden ser un método, mediante el uso del proceso deductivo, a partir de axiomas, porque el método matemático garantiza los resultados y no puede haber errores. La visión de la realidad del racionalismo es mecanicista: las cosas se componen de partes y, para conocerlas, basta con descubrir sus principios mecánicos. Este modo de interpretar la realidad separa al hombre de la naturaleza y acentúa el abismo entre él y el mundo. Descartes desarrolla un método único para encontrar la verdad universal para todas las ciencias: el método de la duda. Dudar de todo lo que no tenga evidencia científica, porque no puede confiar en lo que le dicen los sentidos, ya que de lo único que puede estar seguro es de que está pensando. Para Descartes, la filosofía es la búsqueda de los principios y abarca todo lo que el hombre puede saber; y la base es la metafísica. El método cartesiano se inspira en las matemáticas y consta de cuatro reglas principales:

  1. Regla de la evidencia: no admitir nada como verdadero sin evidencia. La condición de lo evidente son las ideas claras y distintas que solo se pueden conocer por intuición, que es la que suministra los principios fundamentales, mientras que por medio de la deducción se infieren las conclusiones ciertas a partir de esos principios.
  2. Regla del análisis: una vez que tenemos las ideas claras y distintas, se analizan para encontrar los elementos básicos, como la figura, la extensión y el movimiento.
  3. Regla de la síntesis: la necesidad de ir de lo más simple a lo más complejo.
  4. Regla de la enumeración: exige revisiones generales que aseguran no haber omitido nada.

Duda Metódica

El objetivo de Descartes es encontrar verdades absolutamente ciertas sobre las cuales no sea posible dudar, verdades evidentes que permitan fundamentar el edificio del conocimiento con absoluta garantía. El primer problema planteado es cómo encontrarlas y, para resolverlo, elabora el método. Una vez obtenido, se cuestiona por dónde empezar la búsqueda. La respuesta y el primer momento de este proceso de búsqueda del conocimiento verdadero es la llamada duda metódica.

Características de la duda:

  • Es universal, radical y sistemática.

Y los motivos para dudar son:

Los sentidos nos ponen en contacto con el mundo material y nos proporcionan un conocimiento de cosas que solemos aceptar como verdadero.Pero también sabemos que,a veces,los sentidos nos engañan.La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño,y soñar lo que creemos estar viviendo y confundir sueño y realidad.La hipotesis d un genio maligno,q nos engaña y nos hace equivocarnos en nuestros propios razonamientos,incluso los matematicos q parecen evidentes,tanto si estamos dormidos como despiertos.En conclusion la duda cartesiana se encuentra con una 1ª certeza,la de que no es posible dudar y q tiene su origen en la misma duda:la propia existencia del sujeto q piensa y duda.

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