03 Dic
San Agustín
Dios
Para San Agustín, Dios es salvador, necesario y perfecto. No basta con demostrar su existencia, sino que es crucial comprender la idea de Dios. Para demostrar su existencia, utiliza la conciencia universal, la conciencia individual y el orden cósmico. Dios creó el mundo a partir de las ideas presentes en su mente divina, ex nihilo (de la nada), y no por necesidad. Para San Agustín, solo existen Dios y el mundo, pero Dios, siendo trascendente, no forma parte del mundo. Las especies surgen por la gracia de Dios, y la creación es temporal, ya que el tiempo se crea con el mundo. En la mente de Dios se encuentran las ideas de todas las cosas existentes.
Ética
Su ética es una síntesis de estoicismo, platonismo y cristianismo. El fin de los seres es alcanzar la felicidad, la cual se encuentra en Dios. Para lograr la felicidad, es necesario seguir la ley eterna y llevar una vida virtuosa. La vida consiste en buscar la felicidad y el amor, lo que plantea el problema del mal. San Agustín argumenta que Dios no pudo crear el mal, ya que si hubiera creado al hombre a su imagen y semejanza, y Dios fuera malo, entonces el hombre también lo sería. El mal, por lo tanto, es el uso inadecuado de la libertad que Dios le ha dado al hombre.
Política
Sus teorías políticas se encuentran en su obra La Ciudad de Dios. Basándose en el planteamiento bíblico, presenta la historia política como una lucha constante entre dos elementos: la ciudad celestial (Dios) y la ciudad terrenal (el hombre). La primera lucha por el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, mientras que la segunda busca lo contrario. Estas ciudades, mezcladas en la sociedad, se separarán en el Juicio Final. San Agustín defiende la supremacía de la Iglesia sobre el Estado, ya que la Iglesia posee los principios del cristianismo y debe guiar al Estado. El Estado, para San Agustín, debe ser un simple organizador, y el gobernante debe actuar como Dios. La paz es el elemento más importante de la sociedad. La sociedad y la familia derivan de la naturaleza humana, y a través de su unión se logrará la unión con Dios.
Aristóteles
Hombre
Para Aristóteles, el hombre está compuesto de cuerpo y alma. El alma es el principio de vida, y la unión de ambos es sustancial. El alma es mortal, pero al llegar a su etapa final, la parte racional se vuelve inmortal. Todos los seres tienen alma, pero no todos desarrollan sus tres facultades: vegetativa, sensitiva y racional. El hombre, único ser capaz de desarrollarlas, se define como un ser racional. Aristóteles distingue dos tipos de seres: ser como acto y potencia, y ser como sustancia y accidente.
Conocimiento
El origen del conocimiento, para Aristóteles, reside en el conocimiento sensible. Conocer es adquirir formas, ya que al conocer, solo se adquieren formas, pues la forma no está dentro del cuerpo. Conocemos el mundo a través de las sensaciones que nos proporcionan los sentidos. La imaginación es la capacidad de obtener datos sensoriales almacenados en la memoria. Existen dos tipos de entendimiento: el agente, que abstrae datos de la imaginación para obtener la esencia, y el paciente, que capta la forma esencial por inducción. Aristóteles distingue cuatro grados de conocimiento: técnico, sabiduría, ciencia y prudencia.
Ética
Aristóteles reconoce la libertad y la responsabilidad moral. Toda acción humana está dirigida a un fin: la felicidad. Si el hombre actualiza sus potencialidades, incluyendo la razón, será feliz. El hombre debe vivir conforme a la razón. Una acción es buena o mala dependiendo de si nos acerca o nos aleja de la felicidad. El placer no es un bien ni un mal, sino la consecuencia de haber alcanzado un fin. La virtud es clave para ser bueno. Existen dos tipos de virtudes: dianoéticas (adquiridas mediante el aprendizaje) y éticas (regulan la parte irracional del alma). Alcanzar la felicidad requiere esfuerzo y es un hábito voluntario. La virtud está siempre guiada por la razón y la experiencia.
Política
La política es un espacio para el desarrollo moral. El hombre es un animal social por naturaleza, por lo que el Estado también lo es y está por encima de los individuos. Sin embargo, no es un fin en sí mismo, sino el medio para que los ciudadanos alcancen sus fines. El Estado debe satisfacer las necesidades: su causa material son los individuos, su causa formal son las formas de gobierno, y su causa final es el bien común. La familia se crea por el instinto de reproducción. La casa satisface las necesidades básicas. La aldea surge de la asociación de familias, y la unión de aldeas forma la ciudad-estado (polis), que permite el desarrollo moral de los ciudadanos. La necesidad de comunicación da origen al diálogo, demostrando que el hombre está dotado de palabra. El fin de la comunidad es vivir bien. Hay dos sistemas políticos: el positivo (busca el bien común) y el negativo (busca el beneficio de los gobernantes). La república es la forma de gobierno ideal para Aristóteles.
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