13 Dic

La filosofía de Platón y la de Sócrates serán duramente criticada en el Siglo XIX por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
/El dualismo platónico basado en la existencia de dos mundos (el de la pistis, material y cambiante del cual no se puede obtener ninguna verdad innegable y el mundo perfecto de la episteme, el único que importa formado por ideas) no es aceptado por el alemán, que defenderá que el único mundo verdaderamente real es el mundo físico que captamos por los sentidos, con todo lo que esto conlleva de sinsentido y cambio. Al igual que para Heráclito, para Nietzsche el mundo es eterno cambio, eterno devenir. / El mundo perfecto y atemporal que Sócrates y Platón inventaron no es más que una monumental mentira aumentada por el resto de filósofos anteriores; fruto de una voluntad débil incapaz de aceptar la vida tal y como es. Nietzsche destruirá todas las ideas que venían dando sustento a la filosofía y a la religión durante los siglos anteriores. Estas ideas son el Bien, la Verdad, la Belleza, etc. Para él no son más que un vano intento de negación de esta vida, a la cual tememos, en pos de otra vida ficticia perfecta donde seremos felices. Para Nietzsche, el hombre “bueno” en el terreno moral es el superhombre. / En lo concerniente a la moral, Nietzsche y Hume coinciden en algunos supuestos, entre los que destacan la crítica a las morales racionalistas, la negativa a considerar los valores morales como verdaderos o falsos (no existe la objetividad moral) y la defensa de las emociones y los sentimientos como origen de la moralidad. / Para Hume, lo que nos lleva a enjuiciar una acción es en sentimiento de aprobación o desaprobación que provoca (emotivismo moral). No hay un conocimiento (sabiduría) que permita dictaminar. Por tanto, la razón y el entendimiento son insuficientes para explicar la moral. / De manera coincidente, pero con mucha más contundencia, Nietzsche se muestra contrario a una moral basada en la razón, aunque alude a la necesidad de buscar en la biología, en el instinto y en la pasión los valores que él llama “ascendentes”. Se trata de una propuesta moral individualista. / Nietzsche crítica cualquier sentimiento que signifique compasión o piedad, pues los califica de valores inferiores. Los que él propone son los de la fuerza, el dominio, el coraje. / Tanto Marx como Nietzsche reclaman una superación de la alienación, pero lo hacen por caminos muy diferentes e incluso contrarios entre sí: si la aspiración de Marx era el logro de la igualdad social en la sociedad comunista, Nietzsche aspiraba a superar todos los que él consideraba igualitarismos, caracterizados por vivir «la moral del rebaño”, y entre los que incluía el comunismo, el cristianismo y la bandera del mundo burgués, es decir, la ciencia, la ilustración, el Racionalismo en general. Si la postura de Marx todavía es en cierto modo racionalista (no en vano el proyecto filosófico de Marx aspira a hacer ciencia: ciencia social), la filosofía de Nietzsche vive sumida en el irracionalismo. Pero, ambos reaccionarían también frente al positivismo de finales del s.XIX, que centraba la posibilidad de un discurso verdadero únicamente en el seno del cientificismo. Marx y Nietzsche se apostarían de manera diferente frente al modelo epistemológico de la ciencia natural: mientras Marx defendía la posibilidad de una ciencia de la sociedad, lo que se conoce como el materialismo histórico, al que sumaba la utopía comunista, Nietzsche reaccionaría acostando la filosofía con la literatura y alejándola absolutamente de la ciencia.


La filosofía de Platón y la de Sócrates serán duramente criticada en el Siglo XIX por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. /El dualismo platónico basado en la existencia de dos mundos (el de la pistis, material y cambiante del cual no se puede obtener ninguna verdad innegable y el mundo perfecto de la episteme, el único que importa formado por ideas) no es aceptado por el alemán, que defenderá que el único mundo verdaderamente real es el mundo físico que captamos por los sentidos, con todo lo que esto conlleva de sinsentido y cambio. Al igual que para Heráclito, para Nietzsche el mundo es eterno cambio, eterno devenir. / El mundo perfecto y atemporal que Sócrates y Platón inventaron no es más que una monumental mentira aumentada por el resto de filósofos anteriores; fruto de una voluntad débil incapaz de aceptar la vida tal y como es. Nietzsche destruirá todas las ideas que venían dando sustento a la filosofía y a la religión durante los siglos anteriores. Estas ideas son el Bien, la Verdad, la Belleza, etc. Para él no son más que un vano intento de negación de esta vida, a la cual tememos, en pos de otra vida ficticia perfecta donde seremos felices. Para Nietzsche, el hombre “bueno” en el terreno moral es el superhombre. / En lo concerniente a la moral, Nietzsche y Hume coinciden en algunos supuestos, entre los que destacan la crítica a las morales racionalistas, la negativa a considerar los valores morales como verdaderos o falsos (no existe la objetividad moral) y la defensa de las emociones y los sentimientos como origen de la moralidad. / Para Hume, lo que nos lleva a enjuiciar una acción es en sentimiento de aprobación o desaprobación que provoca (emotivismo moral). No hay un conocimiento (sabiduría) que permita dictaminar. Por tanto, la razón y el entendimiento son insuficientes para explicar la moral. / De manera coincidente, pero con mucha más contundencia, Nietzsche se muestra contrario a una moral basada en la razón, aunque alude a la necesidad de buscar en la biología, en el instinto y en la pasión los valores que él llama “ascendentes”. Se trata de una propuesta moral individualista. / Nietzsche crítica cualquier sentimiento que signifique compasión o piedad, pues los califica de valores inferiores. Los que él propone son los de la fuerza, el dominio, el coraje. / Tanto Marx como Nietzsche reclaman una superación de la alienación, pero lo hacen por caminos muy diferentes e incluso contrarios entre sí: si la aspiración de Marx era el logro de la igualdad social en la sociedad comunista, Nietzsche aspiraba a superar todos los que él consideraba igualitarismos, caracterizados por vivir «la moral del rebaño”, y entre los que incluía el comunismo, el cristianismo y la bandera del mundo burgués, es decir, la ciencia, la ilustración, el Racionalismo en general. Si la postura de Marx todavía es en cierto modo racionalista (no en vano el proyecto filosófico de Marx aspira a hacer ciencia: ciencia social), la filosofía de Nietzsche vive sumida en el irracionalismo. Pero, ambos reaccionarían también frente al positivismo de finales del s.XIX, que centraba la posibilidad de un discurso verdadero únicamente en el seno del cientificismo. Marx y Nietzsche se apostarían de manera diferente frente al modelo epistemológico de la ciencia natural: mientras Marx defendía la posibilidad de una ciencia de la sociedad, lo que se conoce como el materialismo histórico, al que sumaba la utopía comunista, Nietzsche reaccionaría acostando la filosofía con la literatura y alejándola absolutamente de la ciencia.


La filosofía de Platón y la de Sócrates serán duramente criticada en el Siglo XIX por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. /El dualismo platónico basado en la existencia de dos mundos (el de la pistis, material y cambiante del cual no se puede obtener ninguna verdad innegable y el mundo perfecto de la episteme, el único que importa formado por ideas) no es aceptado por el alemán, que defenderá que el único mundo verdaderamente real es el mundo físico que captamos por los sentidos, con todo lo que esto conlleva de sinsentido y cambio. Al igual que para Heráclito, para Nietzsche el mundo es eterno cambio, eterno devenir. / El mundo perfecto y atemporal que Sócrates y Platón inventaron no es más que una monumental mentira aumentada por el resto de filósofos anteriores; fruto de una voluntad débil incapaz de aceptar la vida tal y como es. Nietzsche destruirá todas las ideas que venían dando sustento a la filosofía y a la religión durante los siglos anteriores. Estas ideas son el Bien, la Verdad, la Belleza, etc. Para él no son más que un vano intento de negación de esta vida, a la cual tememos, en pos de otra vida ficticia perfecta donde seremos felices. Para Nietzsche, el hombre “bueno” en el terreno moral es el superhombre. / En lo concerniente a la moral, Nietzsche y Hume coinciden en algunos supuestos, entre los que destacan la crítica a las morales racionalistas, la negativa a considerar los valores morales como verdaderos o falsos (no existe la objetividad moral) y la defensa de las emociones y los sentimientos como origen de la moralidad. / Para Hume, lo que nos lleva a enjuiciar una acción es en sentimiento de aprobación o desaprobación que provoca (emotivismo moral). No hay un conocimiento (sabiduría) que permita dictaminar. Por tanto, la razón y el entendimiento son insuficientes para explicar la moral. / De manera coincidente, pero con mucha más contundencia, Nietzsche se muestra contrario a una moral basada en la razón, aunque alude a la necesidad de buscar en la biología, en el instinto y en la pasión los valores que él llama “ascendentes”. Se trata de una propuesta moral individualista. / Nietzsche crítica cualquier sentimiento que signifique compasión o piedad, pues los califica de valores inferiores. Los que él propone son los de la fuerza, el dominio, el coraje. / Tanto Marx como Nietzsche reclaman una superación de la alienación, pero lo hacen por caminos muy diferentes e incluso contrarios entre sí: si la aspiración de Marx era el logro de la igualdad social en la sociedad comunista, Nietzsche aspiraba a superar todos los que él consideraba igualitarismos, caracterizados por vivir «la moral del rebaño”, y entre los que incluía el comunismo, el cristianismo y la bandera del mundo burgués, es decir, la ciencia, la ilustración, el Racionalismo en general. Si la postura de Marx todavía es en cierto modo racionalista (no en vano el proyecto filosófico de Marx aspira a hacer ciencia: ciencia social), la filosofía de Nietzsche vive sumida en el irracionalismo. Pero, ambos reaccionarían también frente al positivismo de finales del s.XIX, que centraba la posibilidad de un discurso verdadero únicamente en el seno del cientificismo. Marx y Nietzsche se apostarían de manera diferente frente al modelo epistemológico de la ciencia natural: mientras Marx defendía la posibilidad de una ciencia de la sociedad, lo que se conoce como el materialismo histórico, al que sumaba la utopía comunista, Nietzsche reaccionaría acostando la filosofía con la literatura y alejándola absolutamente de la ciencia.

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