03 Dic

Relación de Autores: Descartes vs. Hume

Hume era empirista. El empirismo, al igual que el racionalismo, se centra en el conocimiento, en el modo en que conocemos y en los materiales de que está hecho. Los principales representantes del empirismo fueron Locke, en el Barroco, y J. Berkeley y David Hume en la Ilustración inglesa. Los principales representantes del racionalismo fueron Descartes, Leibnitz, Spinoza y Malebranche.

Hume distingue dos tipos de percepciones: impresiones e ideas. Las impresiones son los datos inmediatos de una experiencia sensible, mientras que las ideas son las copias debilitadas que quedan en nuestra mente después de una experiencia sensible. También distingue entre percepciones simples y complejas. Las simples son indivisibles y las complejas son divisibles.

Critica la metafísica y niega la existencia de la idea de sustancia, ya que no se corresponde con ninguna experiencia sensible.

Para Descartes, el método de conocimiento eran las matemáticas, más en concreto la geometría de Euclides; mientras que para Hume era la física de Newton. Descartes utilizaba el método hipotético-deductivo, que va de lo universal a lo particular. Hume utilizaba el método inductivo, que va de lo particular a lo universal.

Hume cree que el conocimiento es probable. Descartes cree en la existencia de ideas innatas en el ser humano, verdades innegables y seguras; pero Hume las niega, pues para él la mente humana al nacer es como un libro en blanco en el que se va escribiendo a través de la experiencia.

Para Descartes, el criterio de verdad era la evidencia: algo existe cuando la razón lo ve como evidente, claro y distinto. Para Hume, el criterio de verdad era el criterio de la correspondencia: algo existe cuando se corresponde con una experiencia sensible. Para ambos filósofos, el conocimiento es el conocimiento de ideas, pero tienen distintos conceptos de ideas. Descartes piensa que una idea es una especie de lente a través de la cual vemos lo realmente existente; para Hume es una copia debilitada que queda en nuestra mente después de una experiencia sensible.

La postura de Hume lleva al escepticismo y al fenomenismo.

Términos de Descartes

Alma:
Sustancia pensante (res cogitans). Es una de las partes que compone al ser humano, junto con el cuerpo, pero totalmente diferente y más importante que éste. Su propiedad esencial o atributo es el pensamiento, que se concreta en dos modos generales: la percepción y la determinación. Lo propio de la percepción es concebir, imaginar o sentir. Lo propio de la determinación es desear, odiar, afirmar, negar o dudar.
Análisis:
En Descartes se puede entender de dos maneras: como proceso del pensamiento y como parte de las matemáticas. Como proceso del pensamiento consiste en la descomposición de un problema o una cuestión en sus partes más simples. Constituye la segunda regla del método. En cuanto parte de las matemáticas o análisis de los geómetras, se refiere al método que usaron los matemáticos griegos para estudiar las diversas relaciones geométricas. «Análisis» y «álgebra» son dos nombres (griego el primero y árabe el segundo) que designan el mismo campo de las matemáticas. Por su mala notación numérica, los griegos no pudieron desarrollar el lenguaje algebraico y se fijaron en las figuras geométricas.
Certeza, cierto:
La certeza es el estado firme de la mente que me asegura el conocimiento de la verdad. Se diferencia de «verdad» en que la certeza es un estado subjetivo. En Descartes, la certeza se caracteriza por la claridad y la distinción. En el texto se distinguen dos clases de certeza: certeza metafísica y certeza moral. La certeza metafísica es una certeza absoluta; la certeza moral es una certeza probable.
Ciencia:
Modo de conocimiento que, mediante un lenguaje y unas reglas rigurosas, es capaz de formular principios, leyes y teorías verdaderas. Descartes toma a las matemáticas como modelo de ciencia y de ella coge su ideal deductivo.
Claridad, claro:
Según Descartes, «entiendo que es claro aquel conocimiento que es presente y manifiesto a un espíritu atento, tal y como decimos que vemos claramente los objetos cuando, estando ante nosotros, actúan con bastante fuerza y nuestros ojos están dispuestos a mirarlos» (Los principios de la filosofía).
Confusión, confuso:
Es lo contrario de distinto. Se aplica a todo conocimiento que no está perfectamente definido o delimitado.
Conocimiento, conocer:
Conocer es averiguar por medio del entendimiento la naturaleza de las cosas, lo que son las cosas.
Cosa (res):
Todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual. En Descartes, cosa (res) se identifica con sustancia.
Cosa alguna material:
Lo material en Descartes se reduce a extensión, es decir, a aquello que puede ser medido y expresado geométricamente. La materia en Descartes está llena, no existe el vacío.
Creencia, creer:
Creer es tener por cierta una cosa que no está comprobada o demostrada. Creencia es el asentimiento o conformidad con algo.
Cuerpo:
Objeto material que se caracteriza por poseer las tres dimensiones principales: longitud, altura y profundidad. Descartes lo define así: «entiendo por cuerpo todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar situado en un lugar y llenar un espacio de suerte que todo otro cuerpo quede excluido» (Meditaciones Metafísicas). El cuerpo es sustancia extensa (res extensa). El cuerpo es una de las partes que componen al hombre, junto con el alma, aunque totalmente distinto de ésta.
Deducir, deducción:
La deducción es un tipo de razonamiento que parte de premisas, que, si son verdaderas, la conclusión obtenida tiene que ser también verdadera. Está concebida como la segunda operación de la razón en el proceso del conocimiento.
Demostración:
Es una argumentación mediante la cual se obtiene una conclusión a partir de premisas ciertas. En Descartes y el racionalismo en general, la demostración se entiende como relación principio-consecuencia, o sea, como deducción.
Dios:
Sustancia infinita. Según Descartes, «llamamos Dios a la sustancia que entendemos supremamente perfecta, y en la cual nada concebimos que incluya defecto alguno, o limitación de la perfección» (Segundas Respuestas. Def. VIII). El Dios cartesiano es un Dios filosófico, visto desde una perspectiva puramente racional; de ahí que describa su naturaleza con los atributos de infinitud, eternidad, inmutabilidad, omnisciencia y omnipotencia. En Descartes, Dios cumple dos funciones: garantiza tanto la existencia real del mundo como la verdad de nuestros conocimientos, de nuestras ideas.
Duda, dudar:
La duda es vacilación, irresolución. La duda es la indecisión ante una creencia o conjunto de creencias. La duda puede ser de tres tipos: duda vital, duda escéptica y duda metódica. La duda escéptica es una duda como actitud, que es la de aquellos que consideran que no puede alcanzarse la verdad. La duda vital es una duda concreta, que se nos plantea con frecuencia ante las diversas alternativas entre las que tenemos que elegir. La duda metódica es sólo un procedimiento para llegar a la verdad. La duda cartesiana es una duda metódica y se constituye en el fundamento del método.
Entendimiento:
Facultad de conocimiento, cuya función es la percepción clara y distinta. El entendimiento humano es pasivo y finito. Es pasivo, porque se limita a percibir los objetos que se le presentan. Es finito porque no puede ir más allá de esos objetos.
Error:
Concepto equivocado o juicio falso. Desacuerdo entre el juicio y la cosa juzgada. Para Descartes, el error no se encuentra en el mismo juicio, sino en el acto de la voluntad, que, en cuanto afirma o niega, se pronuncia sobre el juicio. La voluntad es la responsable del error, que se produce cuando ésta transgrede los límites del entendimiento.
Espíritu:
Se entiende como opuesto a materia. El espíritu designa una realidad que no es material, ni orgánica, ni corporal. Está relacionado con el término «alma», pero tiene un significado más dinámico, porque se refiere al conjunto de actividades mentales, en cuanto diferentes de las actividades corporales.
Evidencia:
Criterio de verdad de la filosofía cartesiana. Lo evidente es lo indudable, aquella verdad cierta y segura. Captación de la verdad a través de una «simple» (directa) inspección de la mente. Esta «simple inspección» de la mente equivale a una intuición. La evidencia cartesiana es una evidencia intelectual, no empírica.
Existir, existencia:
Se refiere a aquello que está ahí, en la realidad, a aquello que es real. Existencia se contrapone a esencia. Mientras que la esencia es universal y puede expresarse en una definición, la existencia es algo concreto.
Extensión, extenso:
La extensión es la capacidad para ocupar una parte del espacio. Y dado que el espacio es cualitativamente neutro, decimos que algo es extenso cuando puede dividirse en partes cualitativamente iguales. La extensión es el atributo de la sustancia extensa (res extensa).
Idea:
Aquello en lo que pensamos, el resultado de la actividad de pensar. Cuando la mente piensa, lo que piensa son ideas. Según Descartes, «la idea es la misma cosa concebida, o pensada, en cuanto está objetivamente en el entendimiento» (Primeras Respuestas). Las ideas pueden considerarse desde dos aspectos: como actos mentales y como contenidos objetivos de la mente. Como actos mentales, todas tienen la misma importancia. Como contenidos de la mente, las ideas se dividen en adventicias, facticias e innatas. Estas últimas son las más importantes, porque sólo ellas son claras y distintas.
Ilusión:
Imagen o representación que carece de base real. La ilusión viene producida por la imaginación o por un engaño de los sentidos.
Imaginación, imaginar, imaginable:
La imaginación es una facultad mental que se caracteriza por la producción de imágenes conscientes. El imaginar es un modo del pensamiento, junto con sentir o concebir.
Infinito:
Aquello que no tiene límites. La noción de infinito se puede entender de dos maneras: como infinito potencial y como infinito actual. El infinito en potencia se aplica a aquello que se extiende ilimitadamente, siendo cada una de sus partes limitadas, finitas. El infinito en acto es un infinito absoluto, en el sentido de que no contiene límites en sus perfecciones. Según Descartes, sólo a Dios es aplicable esta noción de infinito, porque ni observamos límites en sus perfecciones ni puede tenerlos. Al mundo sólo es aplicable la noción de infinito en potencia o indefinido.
Método:
Etimológicamente, modo de hacer el camino, y, más generalmente, modo de decir o hacer algo con orden. Según Descartes, conjunto de «reglas ciertas y fáciles, cuya exacta observancia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso, y que, sin gastar inútilmente ningún esfuerzo de inteligencia, llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia, al verdadero conocimiento de todo lo que sea capaz de conocer» (Reglas para dirección de la mente. Regla IV). Todo método debe contener un conjunto de reglas o procedimientos que permitan descubrir la verdad. Por un lado, el método se opone al azar, que carece de orden, y, por el otro, a la demostración, que no busca descubrir la verdad, sino sólo la razón de por qué algo es verdadero. El método se entiende como descubrimiento y no como mera exposición.
Naturaleza:
Es lo que hace que una cosa sea, aquello por lo cual una cosa posee una índole propia suya. Se asemeja a «esencia».
Pasiones:
Son afecciones del alma, algo por lo que el alma se ve afectada y, por tanto, alterada. Se diferencian de las acciones en que las pasiones son involuntarias y las acciones son voluntarias. Las pasiones proceden de la relación que el alma tiene con el cuerpo. Las dos pasiones más importantes son la alegría y la tristeza.
Pensar, pienso, pensamiento:
Según Descartes, por pensar «entiendo todo aquello que acontece en nosotros de tal forma que nos damos cuenta inmediatamente de ello; así pues, no sólo entender, querer, imaginar, sino también sentir es considerado aquí lo mismo que pensar» (Los principios de la filosofía). Y en las Meditaciones Metafísicas dice: «¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente». Con el pensamiento, Descartes se refiere a toda la actividad mental consciente del sujeto. El pensamiento es el atributo de la sustancia pensante (res cogitans).
Perfección, perfecto:
Se entiende por perfecto lo que está acabado y completado, de tal manera que no le falta nada, pero tampoco le sobra para ser lo que es. Como consecuencia de lo anterior, lo perfecto será lo mejor en su género, porque no hay nada que lo pueda superar. El concepto griego de perfección implica limitación y, por tanto, finitud. Sólo está acabado lo que está limitado, lo finito. La infinitud se considera imperfección. Con el pensamiento cristiano, el concepto de infinitud pierde su carácter negativo y se hace positivo. La infinitud es afirmación de ser.

La perfección puede ser de dos tipos: absoluta y relativa. Sólo Dios es perfección absoluta. Todo lo demás tiene una perfección relativa.

Principio:
Tiene dos significados: origen y fundamento. Principio se puede entender como «aquello de donde derivan todas las demás cosas» y también como «aquello que da razón de las demás cosas». Esos dos significados pueden darse unidos o separados. El primer significado entiende «principio» como realidad. Es principio del ser. El segundo significado entiende «principio» como razón. Es principio del conocer. El pensamiento de Descartes se acerca más al segundo significado.
Razón, razonar:
La razón no es una simple facultad de conocimiento, sino una estructura innata a la mente humana, que se caracteriza por la intuición y la deducción. Por la intuición, la razón capta las «naturalezas» u objetos simples sin posibilidad de duda o error. Por la deducción se obtienen los objetos más complejos.
Razonamiento, razones:
El razonamiento es un proceso mental por el que se formulan nuevos juicios a partir de otros anteriores. El proceso puede ser deductivo o inductivo. Descartes sólo contempla el primero. Las razones son los juicios que se aducen para justificar un conocimiento o una acción.
Real:
Aquello que no es meramente aparente o ilusorio, o que no es sólo posible. También se puede entender como aquello que existe. En este caso, realidad equivale a existencia.
Regla:
Las reglas se refieren a los preceptos que componen un método; y, en ese sentido, regla y precepto son sinónimos. También se puede entender por reglas las instrucciones para la aplicación de los preceptos de un método. Estos dos sentidos están presentes en Descartes.
Sentidos:
Hay que distinguir entre «sentir» y «sentidos». Los sentidos, como la vista, el oído, el olfato, etc., son órganos corporales y, como tales, pertenecen a la sustancia extensa. Pero el sentir, que es la consciencia de esas sensaciones que nos transmiten los sentidos, es una facultad del alma, un modo de pensar, que nos da una percepción confusa. Esa confusión viene dada por su relación con el cuerpo. Corporal es lo que es sentido; lo mental es sentir.
Ser:
Cada una de las cosas que existen. Hay dos clases de seres: el Ser Perfecto (Dios) y los seres creados.
Sustancia:
Según Descartes, es «una cosa que existe en forma tal que no tiene necesidad sino de sí misma para existir» (Los principios de la filosofía). Esta definición difiere bastante de la aristotélica, según la cual la sustancia es aquello que ni se da en otro ni se predica de otro.
Verdad, verdadero:
Por verdad se entiende en Descartes todo conocimiento que se ajuste a las leyes de la mente. La verdad consiste en la percepción clara y distinta por parte del entendimiento. Un conocimiento verdadero es un conocimiento claro y distinto.

Términos de Hume

Asociación, Principios de:
Principios mediante los cuales las ideas se relacionan unas con otras y se unen para formar conjuntos que determinan el curso del pensamiento. La mente tiende a realizar ciertas asociaciones mediante tres principios: semejanza, contigüidad en el espacio y el tiempo, y causalidad. El hecho de que estos tres principios de asociación se produzcan en la mente y que la génesis de nuestros pensamientos no tenga un carácter necesario, sino simplemente probabilístico, fundamenta la teoría escéptica de Hume.
Causalidad:
Relación que vincula dos ideas a través de una conexión supuestamente necesaria. Es uno de los tres principios de asociación. La causalidad no tiene carácter necesario cuando se aplica a las cuestiones de hecho, sino que se funda en la costumbre. La repetición no es más que una creencia, es algo que esperamos que suceda, no algo que deba suceder necesariamente, sino que debe ser evaluado en términos de posibilidad.
Conexión necesaria:
Es la contigüidad repetida en la memoria de dos impresiones. La mente pasa ilegítimamente de una conexión constante entre A y B a una conexión necesaria y yerra al creerla causal, inevitable y eterna, cuando no se funda más que en una creencia por efecto de la repetición.
Cuestiones de hecho:
Uno de los dos tipos de proposiciones con sentido. Se refieren a las acciones de la vida diaria y se caracterizan porque su verdad es meramente probable y sólo puede determinarse a posteriori. El predominio de las cuestiones de hecho en la vida diaria fundamenta el escepticismo.
Conocimiento:
En sentido estricto, hay conocimiento cuando poseemos seguridad tras una comparación entre ideas. Existen tres grados en el conocimiento: el demostrativo o cierto, propio de las matemáticas; el conocimiento causal o por pruebas; y el conocimiento incierto o probable en sentido estricto. La idea de conexión necesaria no existe en el conocimiento empírico y Hume la sustituye por la de conjunción constante.
Contigüidad:
Uno de los tres principios de asociación, que vincula las ideas según la proximidad temporal o espacial de las conexiones correspondientes.
Costumbre:
Tendencia o propensión de la mente que la conduce a asociar dos ideas por una relación de necesidad bajo la influencia de la conjunción constante de las impresiones correspondientes. El hábito expresa la fuerza de la repetición constante. Conviene no confundir experiencia y costumbre, ya que la primera instruye sobre diversas conjunciones de objetos en el pasado, mientras la segunda determina a esperar que suceda lo mismo en el porvenir.
Creencia:
Idea viva vinculada o asociada a una impresión presente. Es lo único a lo que puede aspirar la mente humana. La creencia que podemos tener en una idea se basa en la vivacidad de las impresiones que la sustentan. Se puede vincular la creencia al hecho de que determinadas impresiones son experimentadas de una manera diferente a las demás.
Escepticismo:
Teoría filosófica de origen helenístico. La palabra proviene del griego skeptis (observar atentamente) y, en su origen, el escepticismo proponía la suspensión de cualquier juicio hasta poder dar cuenta de la relación entre lo que parece y lo que es. Hume fue el renovador en la medida en que considera que la función de la filosofía debiera ser la de justificar nuestras certidumbres, cosa que no resulta posible en su totalidad si el filósofo continúa vinculado a conceptos que no tienen ninguna fundamentación posible ni en la razón ni en la experiencia sensible.
Existencia:
Hume considera que no se puede afirmar que exista una realidad distinta de nuestras impresiones. La existencia es una creencia, es decir, una posibilidad, pero no de tipo demostrativo.
Idea:
Segundo tipo de percepción. Siempre deriva de una impresión. Una idea simple es copia de una impresión. Una idea compleja es un agregado de ideas simples. La idea es una copia o imagen de una impresión. Con esto, Hume cree haber resuelto el problema cartesiano de la oposición entre cuerpo y alma. Las ideas (mente) derivan de la sensibilidad (corporal), luego no hay contradicción entre ambos niveles. La diferencia entre impresiones e ideas no deriva de la materia de que están compuestas, sino de la manera como se representan, pues las ideas son más débiles y las impresiones más vivaces.
Identidad:
La identidad puede ser atribuida a objetos constantes e inmutables, de manera que Hume la entiende como una relación filosófica que la imaginación establece entre dos existencias diferentes. La identidad personal no es una identidad real porque nada hay de inmutable en la experiencia humana. El yo es un haz de impresiones e ideas cambiantes y no una entidad sustancial.
Impresión:
Percepción primaria, siempre simple y singular. No podemos afirmar que exista algo en el mundo exterior que dé origen a nuestras percepciones. Las impresiones, ya sean de sensación o de reflexión, constituyen el ser mismo y no podemos ir más allá de ellas.
Naturaleza humana:
Hume dice que el concepto de naturaleza es una palabra vaga e indeterminada a la cual el vulgo vincula todas las cosas. No hay ningún tipo de conexión necesaria en el concepto de naturaleza humana. No hay ninguna causa final en ésta. El yo, como naturaleza humana, no es ninguna idea innata, sino un haz de impresiones e ideas; por lo tanto, la naturaleza humana es una ficción.
Razón:
El concepto de razón que Descartes había vinculado básicamente a la existencia de ideas innatas tiene en Hume un componente negativo. La razón no es la guía de la vida y no debe ser más que la esclava de las pasiones. La razón se forma a través de los principios psicológicos de la asociación de ideas. La razón nos lleva al escepticismo, pero Hume la reivindica como un instinto maravilloso e ininteligible que nace de la observación y de las experiencias pasadas. En tal sentido, la razón es una pasión tranquila.
Relaciones de ideas:
En Hume, todo el pensamiento es siempre relacional: semejanza, contigüidad o causalidad son tanto cualidades de las ideas cuanto relaciones. Las relaciones de ideas son las que se establecen en el mundo lógico-matemático, donde lo contrario a una verdad A debe ser necesariamente No-A, es decir, falso. Son a priori universales y necesarias.
Semejanza:
Uno de los tres principios de la asociación, que vincula las ideas particulares sin relacionarlas a un principio de unidad. Hay semejanza entre impresiones e ideas, pero la identidad es una ficción de la mente.

Deja un comentario