Comprensión de las emociones

La expresión y comprensión de las emociones, tanto las propias como las de los demás, juega un papel importante en la vida de las personas y resulta crucial para dar sentido al contexto social.

Desarrollo

• Primero, la comprensión de las emociones depende de la experiencia directa y de la situación en la que se halla el niño.
• A partir de los 3 ó 4 años, los niños recurren a los deseos para explicar las emociones de las demás personas.
• Entre los 5 y 6 años, son capaces de entender la relación que existe entre creencias y deseos con las emociones avanzadas.

Reconocimiento de emociones contradictorias o de valencia opuesta que aparecen o se presentan simultáneamente en la misma persona:

• Entre los 3 y 6 años, los niños son incapaces de comprender que dos emociones se puedan presentar al mismo tiempo en un mismo personaje.
• A los 6 y 8 años, comprenden que se pueden dar dos emociones en la misma persona, pero una de ellas precede a la otra, no existe la comprensión de la simultaneidad de las emociones.
• A los 7 y 8 años, entienden que dos emociones pueden suceder de forma simultánea, aunque de la misma valencia emocional.
• A los 10 y 11 años, son capaces de concebir en una misma persona, y al mismo tiempo, dos emociones con valencias opuestas.

Finalmente, la regulación emocional se refiere a cuando un niño oculta una determinada emoción y finge otra. El hecho de distinguir entre las emociones fingidas y las reales y aprender que ambas emociones no tienen que coincidir constituye un gran paso en el desarrollo social y cognitivo del niño.

Comprensión del engaño

El engaño se relaciona con las creencias falsas. En el engaño se manipula información con el objetivo de crear una creencia falsa sobre la realidad en la otra persona. La relación con los deseos y las emociones implica que la persona que pretende engañar debe ocultar y substituir sus deseos y emociones reales para crear pistas falsas y así despistar a la otra persona. El engaño requiere dos habilidades cognitivas: darse cuenta de que se pueden crear creencias falsas en las demás personas y ocultar la información verdadera acerca de la realidad y dar una información falsa. El engaño resulta complejo a los 4 ó 5 años de edad, es más complejo atribuir creencias falsas a las demás personas que crear creencias falsas a los demás para engañar.

Interacción comunicativa verbal

Los actos de habla indirectos se producen en sentidos no literales y consecuentemente su comprensión requiere ir más allá del lenguaje literal y acceder a la intención del hablante. Los aspectos más estudiados son: la comprensión de las mentiras, las ironías, la distinción entre falsedades, mentiras, bromas e ironías, así como en relación con otras figuras no literales, como por ejemplo las metáforas y frases hechas. Happé (1994) diseñó la Tarea de las historias extrañas para evaluar la comprensión del lenguaje figurado en niños autistas: evalúa la comprensión de los pensamientos y sentimientos de los personajes a través de distintas historias cotidianas.

En el estudio se utilizaron 12 historias mentalistas distintas, con 2 historias de cada tipo, que incluyen las siguientes comprensiones: mentira, mentira piadosa, chiste, ficción, malentendido, persuasión, apariencia vs. realidad, metáfora, sarcasmo, olvido, doble engaño y emociones opuestas. También se incluyeron 6 situaciones físicas que no involucran ningún tipo de estado mental. Se encontró que las personas con autismo interpretaron las historias de forma incorrecta y, además, esta pobre comprensión se halló estrechamente relacionada con el desempeño en tareas de la creencia falsa de segundo orden.

En el desarrollo típico, entre los 5 y los 6 años, la mayoría de los niños resolvieron con éxito un tercio del conjunto de historias. A los 12 años aún no se había alcanzado la puntuación máxima de la tarea, pero sí una puntuación media cercana a la máxima. En conclusión, la comprensión de las intenciones comunicativas se daría después de los 6 ó 7 años, y a los 11 años esta habilidad mentalista ya se ha desarrollado casi por completo.

Habilidades sociales

Las habilidades sociales en niños autistas suelen ser limitadas. Presentan dificultades para relacionarse con sus iguales, no perciben sutilezas, tienen dificultad para tomar la iniciativa y compartir sentimientos socialmente relevantes. También muestran intolerancia con sus hermanos y tienen problemas de lenguaje y comunicación, como un vocabulario pedante y preguntas repetitivas. Además, presentan rigidez y estereotipias, dificultad para entender normas de manera flexible, problemas de conducta y rabietas desproporcionadas, intereses y juegos limitados, dificultad para moverse con agilidad y coordinación, hipersensibilidad a algunos estímulos y trastornos del sueño y de la alimentación.

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