15 Dic
¿Por qué el juego es un excelente componente para la intervención educativa?
–Por medio del juego cada niño/a puede demostrar lo que es capaz de hacer (subir, bajar, trepar, agarrar, expresarse de manera adecuada, interaccionar, …)
—Independientemente de la diversidad funcional que tengan, los niños/as van a experimentar y responder de manera diferente ante el mismo juego. Pero todos ellos/as van a aprender en mayor o menor medida, ya que el juego está abierto a toda adaptación, variación, aportación, etc
—Intervenir educativamente supone aceptar la diversidad: no todos los niños/as son iguales ni tienen las mismas necesidades, ni los mismos ritmos de aprendizaje, y, por tanto, es importante ofrecer una gran variedad de actividades de juego para que cada uno/a consolide sus aprendizajes.
Los recursos lúdicos (juegos, juguetes, material lúdico,…) suelen ser diseñados, en la mayoría de las ocasiones, sin tener en cuenta la gran diversidad de población infantil y su necesidades.Si tenemos en cuenta que en nuestras aulas vamos a tener niños y niñas con diversidad de capacidades e intereses, a la hora del juego es necesaria la presencia de juegos y juguetes que den respuesta todos y todas. Es importante facilitar las adaptaciones necesarias en los juguetes y materiales lúdicos para que todo nuestro alumnado pueda disfrutar al máximo de sus capacidades de acción.
El juego y juguete para TODOS/AS cumple un “diseño universal”, para que así niños y niñas sin y con diversidad funcional puedan utilizar los mismos juegos en similares condiciones. De esta manera conseguimos la participación en el juego de todos los niños/as, reduciendo así la diferenciación.
EL JUEGO Y JUGUETE ADAPTADOS son juguetes estándar que están específicamente diseñados para facilitar el uso y el juego a niños con discapacidad o con deficiencia sensorial, física o intelectual.
Fundamentalmente, será el de dinamizador/a y de observación del proceso de juego. Además, del resumen de la siguiente tabla:
En el caso de tener en el aula niños o niñas con alguna diversidad funcional como educador/a infantil tienes un papel importante la hora de asegurar las situaciones de diversión y desarrollo
Uno de los objetivos de nuestra intervención en el modelo lúdico es formar a los niños y niñas para que sean autónomos e independientes y que sean capaces de incluirse de forma efectiva en su entorno, previniendo, de esta manera, la exclusión social.
Otro de los retos que nos planteamos en el juego es la búsqueda y creación de mejores relaciones entre compañeros y compañeras del aula. Es necesario ser conscientes de la importancia que tiene el trabajo de la convivencia y los valores desde las primeras edades, desde la etapa de Educación
Infantil
Medidador entre el juguete y juego que desarrolla el niño. Actitud positiva ante el juego del niño con discapacidad. Potenciar la iniciativa. Evitar actitudes sobreprotectoras.
se trabaja en la idea de la promoción de la igualdad, iniciando a los niños y niñas en valores igualitarios, cooperativos y no sexistas que fomenten la igualdad entre hombres y mujeres. Es decir, se trabaja a través del juego la coeducación.
Pero sobre todo, tenemos que generar ENTORNOS SEGUROS, que significa tener en cuenta los siguientes criterios:
1. La seguridad del juguete: Es aquel que cumple la normativa de uso y no pone en peligro la seguridad y salud de los niños/as ni de otros/as cuando se hace un uso normal. Por ejemplo, un juguete de madera no debe tener astillas o un muñeco no debe tener sustancias tóxicas que puedan poner en peligro la salud.
2. Las buenas posturas para jugar: Tanto si los niños/as juegan sentados en el suelo, en la mesa, etc, debemos cuidar que su postura sea adecuada y evitar peligros innecesarios (que se caigan, se lesionen, etc). Por ejemplo, en el caso de niños/as con discapacidad motora utilizaremos reposacabezas o sillas adaptadas con cinturón para sostenerles sentados mientras juegan.
3. La organización física del entorno donde se lleva a cabo el juego: es decir, que permita al niño/a explorar libremente el espacio y tener acceso a sus juguetes cuando lo desee, ofrecíéndole garantías de seguridad: por ejemplo, que el espacio de juego sea higiénico, amplio, de fácil acceso, con buena ventilación e iluminación, …
Los niños y niñas con factores de diversidad tienen las mismas carácterísticas, intereses y necesidades que los demás niños y niñas de su edad, y además algunas necesidades específicas derivadas de estos factores.
Como educadores/as infantiles a la hora de planificar actividades lúdicas tendremos que tener en cuenta a la hora de intervenir educativamente la amplia gama de situaciones con las que nos podemos encontrar. El objetivo es que todos los niños/as tengan las mismas posibilidades de desarrollo, aunque tengan que realizar tareas diferentes.
Es importante destacar que, en estas edades de la educación formal de 0 a 3, el niño/a que presenta una dificultad todavía no es plenamente consciente de su déficit, ni tampoco lo son los compañeros/as de su clase. Los niños/as aprenden que en su entorno hay también niños/as que no oyen o no pueden moverse como ellos/as, y que esto no es un impedimento para poder relacionarse y jugar. Así pues juntos tienen la oportunidad de aprender a convivir, a relacionarse y a aceptarse.
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