24 Dic

Conceptos Clave de la Filosofía de Nietzsche

Nihilismo

El nihilismo, término que proviene del latín nihil (nada), representa una situación que se produce en la sociedad occidental cuando en ella dominan el pesimismo y la angustia. El motivo de este estado hay que buscarlo en la pérdida de fe en aquellos valores que hasta ese momento se consideraban importantes. Nos referimos a los valores de la moral tradicional que tenían su germen en Sócrates y en Platón, y a los que posteriormente, se les unieron los de la tradición judeocristiana. Son valores como el sacrificio, la compasión, la obediencia que han perdido ya su vigencia, pero fundamentalmente el desarraigo y el sentimiento de desamparo vienen motivados por lo que Nietzsche llama la muerte de Dios. Esta expresión muestra el abandono de la creencia en Dios y, más en general, como la pérdida de vigencia de los valores tradicionales que unificaban y daban sentido a la cultura occidental. Esta situación se produce por un doble motivo: por un lado, la propia evolución de la sociedad, que se desembaraza de unas creencias ficticias elaboradas por los individuos débiles (nihilismo pasivo) y, por otro, la fuerza activa, impulsora de la voluntad de poder, que contribuye a ese desmantelamiento de valores descendientes y a la creación de nuevos valores (nihilismo activo). El sentido es recobrado precisamente con el nuevo espíritu creativo que significa el advenimiento del superhombre y el inicio de una nueva era.

Mundo Aparente

La expresión mundo aparente va asociada con la de mundo verdadero. Con ambas, Nietzsche critica la división antológica de la realidad en dos mundos establecida tanto por los filósofos metafísicos como por la religión cristiana. Desde Platón se instauró una separación entre un mundo que se consideraba inferior (sensible) y otro que se consideraba superior (ideas). El mundo sensible era el mundo de las apariencias, de los sentidos, el mundo en el que habitamos, pero que por ser cambiante era menospreciado. En él, sólo cabía un conocimiento empírico o sensible. El mundo de las ideas o inteligible era eterno e inmutable, por lo que era susceptible de conocimiento científico. Esta división, que en la era cristiana se asimiló a la separación entre el cielo y la tierra, es criticada por Nietzsche ya que él piensa que proviene del odio y del resentimiento contra la vida que provoca en los hombres débiles su miedo a los sentidos, las pasiones, lo incontrolable, lo cambiante. Ante esta situación, Nietzsche propone una inversión en la consideración de dichos mundos: el mundo hasta ahora considerado aparente (el mundo sensible de Platón), es el mundo verdadero, el único que existe, mientras que el mundo que hasta ahora era considerado verdadero o superior (mundo de las ideas de Platón o el cielo cristiano) es el mundo falso e ilusorio, pues sencillamente no existe, es mera invención.

Dionisíaco y Apolíneo

Dionisíaco es, junto con apolíneo, uno de los conceptos mediante los que Nietzsche expresa las dos maneras que tiene el individuo de interpretar el mundo. Provienen de los dioses griegos Apolo y Dioniso. Apolo (Dios de la belleza y de la luz) representa la racionalidad, la armonía, el equilibrio, la mesura. Dioniso (Dios del vino y de la embriaguez) representa la oscuridad, la pasión, el desenfreno y lo irracional. Nietzsche considera que solo en la antigua Grecia se combinaban ambas concepciones y que el gran error de la civilización occidental fue suprimir la parte dionisíaca a favor exclusivamente de la apolínea. Nietzsche reivindica la recuperación de la parte instintiva e irracional (vitalista) del ser humano frente a los excesos del racionalismo.

Inocencia del Devenir

Con la expresión inocencia del devenir, Nietzsche pretende hacer una defensa del cambio y del movimiento frente a los intentos racionalistas y metafísicos de darle una connotación absolutamente negativa. De ahí que Nietzsche hable de inocencia, de no culpabilidad. El devenir, tan calumniado por los racionalistas porque lo consideran fuera del alcance de la ciencia, es, según Nietzsche, intrínseco al mundo, a la vida. El cambio y la apariencia son lo único verdadero y cualquier intento de buscarle como contraposición un mundo superior e inmutable es disparatado.

Moral Contranatural

La moral contranatural, también llamada por Nietzsche moral de esclavos o moral tradicional, se refiere a la moral que ha imperado desde Sócrates y Platón en adelante, que se funda en valores descendentes, pues van en contra de la vida. Esta moral ha suprimido las manifestaciones ascendentes de la vida, como son el valor, la gallardía, la creatividad; en suma, la voluntad de poder. Así, instintos primordiales de la vida como la sexualidad, el orgullo y la fortaleza, fueron considerados valores negativos. Esto se explica porque individuos débiles, cobardes y resignados hicieron creer que sus valores eran ascendentes, cuando realmente eran fruto del resentimiento. Es una moral contranatural porque se opone a la biología, a la naturaleza, que son la base de la moral de los señores.

Transmutación de Valores

La transmutación de valores es la situación que propugna Nietzsche dado el escenario moral que ha vivido la civilización occidental desde la Grecia clásica. Es una vuelta a los valores que estaban impregnados en la época de la tragedia griega, tiempo en el que convivían las dos fuerzas vitales que constituyen el espíritu humano: por un lado, lo apolíneo, la racionalidad, la belleza, la mesura, el orden, etc.; y por otro, lo dionisíaco, la pasión, el desenfreno, la irracionalidad, etc. Esta armonía fue truncada porque se instauró la moral de esclavos, que preconizaba valores descendentes como la sumisión, la humildad, el altruismo o la debilidad que nacen del resentimiento de los débiles, que miran con recelo la vida, pues son incapaces de asumirla con valentía. Y Nietzsche pone nombre a esos culpables: Sócrates, Platón y la religión judeocristiana. Esa moral debe sustituirse por la moral de los señores haciendo así que triunfen valores hasta ahora no tomados en cuenta, aquellos que suponen una afirmación de la vida: el coraje, la fortaleza, el ansia de superación, la creatividad, etc.

Deja un comentario