30 Ene
Introducción: La Guerra Civil Española y su Impacto
La Guerra Civil Española constituye, sin duda, el acontecimiento más dramático de la historia contemporánea española. Puso un trágico fin a un proceso de apertura y modernización que quería poner al país en una situación comparable a la de las democracias occidentales. La victoria del llamado bando nacional en 1939 acabó con el proceso democrático abierto en 1931, y se resolvió con la implantación de una dictadura personal que duraría cuatro décadas. Fue también un acontecimiento mundial en torno al cual se concentró la opinión pública internacional y la actitud de las potencias. Así, la guerra de España se convirtió en un pulso internacional entre el modelo democrático y el autoritario.
Sublevación y Geografía de la Guerra
El general Mola actuó como coordinador de la conspiración. El 17 de julio se produjo la sublevación en la guarnición militar de Melilla. Entonces, Franco acudió a Marruecos para ponerse al mando del ejército de África. El golpe fracasó en las principales capitales españolas, pero en otros muchos lugares los militares se hicieron con el control, quedando España dividida en dos sociedades opuestas y enfrentadas. Así, el golpe se convirtió en una guerra civil que duró casi tres años. En las regiones en que la derecha era fuerte, el golpe contra la República triunfó sin problemas. Sin embargo, la República, una vez eliminados los focos sublevados de parte de Aragón, Andalucía, Cataluña…, consiguió mantener la parte más importante del territorio español y la fidelidad de buena parte de la Guardia Civil. Económicamente, las posibilidades de la República eran suficientes para afrontar una guerra; y militarmente, el ejército español se encontraba perfectamente equipado. Por el otro lado, la zona sublevada, desde el punto de vista militar, contaba con el ejército de África, mejor equipado y entrenado. Al inicio de la guerra, en el ejército, tanto los republicanos como los sublevados eran conglomerados de oficiales, soldados, guardias civiles, guardias de asalto y milicianos movilizados por sus organizaciones políticas y sindicales. En el bando rebelde (los carlistas), los voluntarios eran alrededor de 60.000 hombres, mientras que en el bando republicano se contaba con un total de 200.000 combatientes. Con respecto a la formación de los ejércitos, en el bando franquista la dirección militar fue estricta y todas las unidades estaban totalmente militarizadas y encuadradas en unidades regulares. En el bando republicano, el germen del nuevo ejército fue la formación del Quinto Regimiento, una unidad de milicias entusiastas pero poco operativa y preparada. En ambos bandos hubo combatientes extranjeros, con la diferencia de que en el bando franquista los combatientes italianos, marroquíes y alemanes eran unidades regulares de sus ejércitos, y en el republicano eran voluntarios a excepción de pilotos y tanquistas rusos. También en ambos bandos fue de gran violencia la represión de las primeras semanas después del golpe.
Evolución de las Operaciones Militares
La Estabilización de los Frentes y el Paso del Estrecho (julio-octubre 1936)
El gobierno republicano no supo aprovechar su ventaja inicial al no poder controlar a las milicias obreras que se lanzaron a hacer su propia revolución. De extraña manera, las fuerzas republicanas se debilitaron y perdieron un tiempo que podrían haber empleado en frenar el avance del otro bando. Mientras tanto, Franco consiguió atravesar el Estrecho de Gibraltar con la ayuda de aviaciones alemanas e italianas. Un puente aéreo transportó a la península a más de 12.000 hombres y abundante material de guerra. El ejército de África sometió con facilidad a los milicianos que pretendían frenar su avance, adueñándose de Andalucía occidental. Únicamente Badajoz encontró una resistencia que se reprimió con extrema dureza. En el norte, ante la resistencia de las milicias vascas, las tropas franquistas se dirigieron a Madrid. Entretanto, el gobierno republicano trató de controlar a las organizaciones proletarias enfrentadas entre sí por cuestiones ideológicas y de estrategia. De esta manera, cuando las tropas franquistas llegaron a Madrid, se encontraron con una defensa organizada y combativa. Finalmente, la capital de España venció el cerco con la ayuda de las primeras Brigadas Internacionales, símbolo internacional de la resistencia al fascismo. El grito de “¡No pasarán!”, recuperado por Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, será la consigna propagandística de la República. Esta estabilidad del frente llevó a los combatientes a buscar la ayuda extranjera, recibiendo ayuda de las potencias fascistas (Hitler y Mussolini), mientras que los republicanos adquirían aviones y armas en París junto al viejo material aportado por la URSS.
La Batalla de Madrid (noviembre 1936 – marzo 1937)
El intento de los nacionales de conquistar la capital y la defensa de los republicanos fue el hecho de armas más importante de los inicios de la guerra. El primer asalto se planificó desde el norte, por Mola, y después por el sur. Las tropas de Franco, en su avance hacia Madrid, se detuvieron en Toledo para liberar el Alcázar, lo que permitió a la República organizar la defensa de la capital a cargo del general Miaja, que nombró a Vicente Rojo como jefe de su Estado Mayor. De esta manera, comenzó el asalto por la Ciudad Universitaria, encontrándose con una resistencia brutal. Después de dos semanas de lucha, el frente se estabilizó en la Ciudad Universitaria. Más tarde, se efectuaron otros ataques por el este, la batalla del Jarama y la batalla de Guadalajara, quedando los nacionales derrotados en ambas. El 18 de marzo, Miaja preparó una ofensiva general que culminó con la desbandada y la derrota total de los italianos. Madrid había resistido los asaltos y los intentos de cerco. Entonces, Franco decidió dirigir la guerra hacia el norte.
La Campaña del Norte (primavera-verano 1937)
Tras no conseguir conquistar Madrid, Franco buscó la conquista de la región industrial cantábrica. Los nacionalistas vascos organizaron con otras fuerzas políticas su propio ejército, improvisado, mal armado y en desventaja con las experimentadas tropas franquistas. En marzo, el general Mola inició la ofensiva definitiva a Vizcaya haciendo uso de aviones alemanes, bombardeando y arrasando Guernica. Así, muriendo Mola el 3 de junio, el 19 cayó Bilbao en manos de las brigadas navarras (nacionales); y en octubre cayeron Gijón y Cantabria. En verano, el ejército republicano inició fuertes ofensivas en el frente del centro destinadas a debilitar los avances franquistas en el norte, atrayendo su atención al centro. En este contexto se produjo la batalla de Brunete y la de Belchite, que fracasaron.
Las Ofensivas de Aragón (1938)
Tras la caída del frente del norte, el suministro bélico de los republicanos decreció por la actitud de Francia que, como otras naciones, había suscrito el pacto de no intervención en la contienda, que finalmente no se cumplió. Por otra parte, Negrín (comunista), jefe del gobierno republicano, no quería rendirse a la espera de que se declarase la Segunda Guerra Mundial, que beneficiase a la República. Sin embargo, esta llegó tarde. A comienzos de 1938, los republicanos tomaron la iniciativa de la ofensiva en Aragón. En 1937 conquistaron Teruel, pero la contraofensiva del ejército franquista hizo que la ciudad fuera recuperada por Franco. A continuación, las tropas franquistas se dirigieron al Mediterráneo y tomaron Castellón, quedando dividido en dos el territorio republicano. En este momento, la República buscó elevar la moral de sus partidarios planeando la ofensiva del Ebro, quedando Cataluña aislada de Valencia y del centro. Después de esta batalla, es obvia la superioridad de los nacionales y el desenlace de la guerra solo es cuestión de tiempo.
La Caída de Cataluña y el Fin de la Guerra (1939)
Tras la batalla del Ebro, Franco avanzó fácilmente hasta Cataluña, defendida por un ejército maltrecho y bajo de moral, habiéndose retirado ya las Brigadas Internacionales. Así, Franco entró en Barcelona, mientras que una enorme multitud de españoles huían a Francia iniciando un dramático exilio. Conquistada Cataluña, la postura de la mayoría de los políticos republicanos era la de poner fin a los sufrimientos del pueblo y de los soldados con la rendición, pero Negrín, apoyado por los comunistas, es partidario de la resistencia. Perdida la esperanza de paz, el coronel Casado se rebeló contra su gobierno y dio un golpe de Estado en Madrid para acabar con todos los focos de resistencia. Así, instituyó una defensa cuyo cometido sería pactar una rendición con Franco. Pero este impuso la rendición sin condiciones. De esta manera, el 28 de marzo Franco entró en Madrid y el 1 de abril de 1939 firmó el último parte de guerra.
Organización y Evolución Política en Ambos Bandos
La guerra produjo una intensa transformación de la sociedad, completamente opuesta en ambas zonas, según la ideología política de cada persona.
Bando Republicano
La sublevación militar del 18 de julio provocó la inmediata dimisión del gobierno de Casares Quiroga, cuya lenta reacción impidió frenar el golpe. En este punto, Azaña encargó formar gobierno a Diego Martínez Barrio, cuya negativa de entregar armas al pueblo provocó su dimisión. Ahora Azaña confiará la formación del gobierno a José Giral, de la Izquierda Republicana. Las instituciones republicanas se mantuvieron a pesar de las limitaciones de la guerra y de los enfrentamientos entre los gobiernos republicanos y las asociaciones obreras. El 5 de septiembre de 1936, Azaña encargó la formación de gobierno al líder de la izquierda del PSOE, Largo Caballero, que formó un gabinete de amplia coalición. Durante su gobierno, creció la influencia del Partido Comunista, cuya prioridad era ganar la guerra. Este posicionamiento chocó con el de los anarquistas, que pretendían llevar a cabo la revolución y las colectivizaciones para poder contar con el apoyo popular y así ganar la guerra. La movilización popular exigió cambios en la organización política y social que fueron llevados a cabo:
- La reforma agraria se convirtió en una revolución: se legalizó la ocupación de tierras por los campesinos.
- Fueron incautadas y nacionalizadas las industrias de los partidarios de la sublevación.
- Colectivizaciones de empresas y explotaciones agrarias por los sindicatos anarquistas y socialistas.
Los sucesos de Barcelona provocaron la dimisión de Largo Caballero, siendo nombrado presidente Juan Negrín, cuyo mandato se prolongará durante el resto de la guerra. Con el respaldo de los republicanos socialistas y comunistas, centralizó la dirección militar y llevó a cabo una economía de guerra, recuperando el control del Estado.
Bando Franquista
En la llamada “España nacional” todo el poder político y militar se concentraba en la figura de Franco. En esta zona se produjo la militarización de la sociedad, todo quedaba ligado a un único fin: ganar la guerra. Al desaparecer las figuras de Sanjurjo y Mola, los militares que podían hacerle sombra, el poder cayó en manos de Franco. Más adelante, una Junta de Defensa formada en Burgos nombró a Franco jefe del Gobierno y Generalísimo de los Ejércitos en septiembre de 1936. En el orden político se produjo la unificación de tendencias entre los distintos grupos ideológicos, la Falange y los carlistas, mediante el Decreto de Unificación del 19 de abril. Franco se nombró jefe nacional del partido único, denominado Falange Española Tradicionalista y de las JONS. En enero de 1938 se constituyó el primer gobierno del nuevo Estado, estando todo el poder en manos de Franco, que empezó a diseñar la España nacional.
La Dimensión Internacional de la Guerra
El conflicto español asombró al mundo y especialmente en una época en la que Europa vivía en gran tensión por las amenazas imperialistas de Alemania e Italia en manos de Hitler y Mussolini. Por su parte, la URSS veía cómo actuaba la República, que había dado un giro a la izquierda que podía establecer una revolución marxista. Para no agravar las tensiones internacionales se creó un Comité de No Intervención, del que formarían parte Gran Bretaña, EE. UU., Francia, la URSS, Alemania, Italia y Portugal. Sin embargo, pese a esta apariencia de neutralidad internacional:
- A los militares sublevados les ayudaron Alemania, Italia y Portugal. Las potencias fascistas pensaban cobrarse su ayuda en forma de concesiones mineras.
- La República recibió la ayuda de la URSS y la de 40.000 voluntarios de todo el mundo.
Balance de la Guerra
Las consecuencias más graves del conflicto fueron:
- La pérdida de vidas humanas: Si a las muertes ocasionadas por la guerra y la posguerra, se suma el medio millón de exiliados republicanos, las pérdidas demográficas superan el millón de habitantes, a lo que habría que añadir las consecuencias de la caída de la natalidad y la abundante mortalidad de la población joven y activa.
- En el terreno económico: La guerra significó la vuelta a la estructura agraria. Buena parte de la red de comunicaciones estaba destruida. Al enorme endeudamiento causado por la guerra hay que añadir la pérdida del oro del Banco de España. Además, la caída de la producción se prolongó en todos los sectores hasta 1950.
- Efecto moral: La guerra dejó marcadas a varias generaciones por el trauma del sufrimiento durante los años del conflicto, provocando un clima de revancha, persecución y de imposición de una escala de valores unilateral: la de los vencedores.
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