17 Oct
Cambios estructurales
Por lo tanto, la revolución industrial modificó profundamente la estructura social de los XVIII y XIX; sin embargo los beneficios y perjuicios que ella ocasionó no se distribuyeron por igual entre las distintas clases sociales.
De esta manera se condujo al empobrecimiento de algunos sectores y el sobreenriquecimiento de otros; es un error considerar que la revolución industrial mejoró el nivel de vida general de la población sólo por haber beneficiado claramente en ciertos aspectos a determinados sectores sociales, puesto que también contrajo ciertos perjuicios para todos los sectores sociales.Por la complejidad y duración del proceso existen distintas etapas, donde las diferentes clases sociales perciben diferentes beneficios y perjuicios.Durante los primeros años de la revolución industrial la nobleza poseía todo el poder político, e influía fuertemente en lo económico. Fue poco afectada por este proceso, sufriendo menos transformaciones que las clases bajas y medias, pero manteniendo muchos beneficios materiales. La nueva burguesía industrial buscaron fusionarse por casamiento, con la baja aristocracia, lo que en definitiva les proporcionó mayor participación política puesto que adquirían títulos y por consiguiente la capacidad de trabajar para el Estado o en el Parlamento. Esto significó una clara mejora para los burgueses, que intentaron imponer definitivamente sus ideales y su doctrina económica, y que además encontraron en la expresión política un espacio donde cambiar situaciones económicas o sociales en su beneficio.Esta consolidación no sólo fue apoyada por una hegemonía en el comercio, sino también por una serie de reformas constitucionales, que beneficiarían sus intereses; y que fueron posibles puesto que cada vez iban adquiriendo una mayor importancia en el Parlamento,. Sin embargo lo más importante es que, dada la sociedad burguesa que ellos mismos habían impuesto, la movilidad social era casi imposible para todos aquellos que no tuvieran una base económica estable.Los comerciantes constituían un sector social muy respetado, y su éxito significaba un rápido ascenso social, formando parte de la alta burguesía. De todos, el más beneficiado fue el comerciante ocupado en el comercio colonial.El resto de la clase media fue adquiriendo cada vez una mayor identidad de clase a partir del nacimiento del proletariado y la consiguiente diferenciación de éste, y fue generalizada a partir de 1830. Ellos exigían derechos y poder, y no mantenían ningún vínculo emocional con el Antiguo régimen por lo que constituyeron la clase primordial en la lucha contra la nobleza y alta aristocracia.Es importante agregar, además, que la industrialización absorbió a todos aquellos que pudieron adaptarse a ella; sin embargo hubo un mediano grupo de trabajadores manuales y artesanos que quedaron excluidos del sistema económico industrial, o cuyas condiciones de vida eran realmente ínfimas: los jornaleros agrícolas en general, los pequeños propietarios, los empleados en industrias y ocupaciones en decadencia, desplazados por el progreso tecnológico “..se fueron empobreciendo progresivamente en un vano intento de competir con las nuevas máquinas a costa de trabajar más barato”Todas estas condiciones favorecían un medio insalubre, que a la vez aumentaba socialmente las diferencias entre las clases medias y las bajas. Hasta 1830, distintas epidemias azotaron las zonas pobres de los núcleos industriales ingleses, de hecho surgieron enfermedades respiratorias e intestinales a partir de la polución atmosférica y del agua. Además, los obreros carecían de recursos a los que acudir en caso de enfermedad y generalmente tampoco tenían protección médica: era muy difícil afrontar un problema de salud.En 1848 comenzaron a crearse espacios verdes dentro de las ciudades, pero estos sólo eran aprovechados por las clases medias y la aristocracia, ya que el proletariado no podía aprovecharlos pues carecía de tiempo libre. Además, seguramente, pronto se transformaron en indicadores sociales, sumándose a los lujos que eran exclusivos de las clases con mayor nivel económico.Con respecto al cambio de estructura social y cultural que debieron sufrir al adaptarse a una sociedad burguesa industrial urbana; es importante resaltar que el trabajador preindustrial a menudo rechazaba inconscientemente las posibilidades de ascender socialmente, básicamente por cuestiones culturales. El se quedaba `igualmente pobre’ pero las clases rica y media iban aumentando su capital, convirtiendo a los obreros en relativamente más pobres de lo que eran.un ritmo con horarios estrictos, constante, mecanizado que no guarda relación con el trabajo antes realizado en las actividades agrícolas o artesanales. La racionalización del tiempo en el trabajo empeoró la situación para los obreros tornándola casi inhumana. Más allá del salario (por el cual los historiadores discuten si era alto o bajo), la cantidad de horas de trabajo impuesta por la industrialización empeoró la calidad de vida de todo el proletariado.A partir 1850, la situación entera de los obreros comenzó a mejorar económica, social y políticamente, no a causa de la caridad o bondad burguesa; sino por darse cuenta de la potencialidad de consumo que tenían los obreros, sumado a las recurrentes movilizaciones y descontentos sociales (que encarnaban el fantasma de la Revolución Francesa), prefirieron ceder un poco, para mantenerse en el poder.A medida que fueron pasando los años, y sobre todo a partir de la lucha política establecida alrededor de 1830, los obreros pudieron reclamar por sus derechos y sus intereses. Igualmente, no fue hasta después de mitad de siglo que tuvieron una representación directa en el gobierno.En definitiva, los cambios en la estructura social a partir de la Revolución Industrial fueron los siguientes : beneficios económicos principalmente para la alta burguesía y nobleza., por lo que mantuvieron su posición dominante en la sociedad. A nivel político la burguesía logró obtener un gran predominio hacia mediados del S XIX -quitándole hegemonía a la nobleza y constituyendo la mayor parte de las clases dirigentes. El proletariado por su parte logró, gracias a la organización que implicaba el sistema fabril, defender sus derechos y mejorar las condiciones de trabajo, que en un principio eran miserables; se constituyó como el sector popular por excelencia, con una creciente participación política en los partidos socialistas.
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