14 May
El Espiritu de las Vanguardias. Principales corrientes vanguardistas en España:
Las corrientes vanguardistas afectan a España de manera más superficial que en los países de origen. Así, el Futurismo, que nació en Italia en 1909, y el Dadaísmo, el más radical de todos los movimientos, fundado por Tristan Tzara en 1916, apenas tuvieron eco profundo entre los escritores españoles. Más fortuna tuvo el Surrealismo, movimiento impulsado en Francia por Breton, que encuentra eco en el cine (Buñuel), la pintura (Dalí) y la poesía de autores del 27 como Lorca (Poeta en Nueva York), Aleixandre y Alberti (Sobre los ángeles). Mejor acogida en la España de principios de siglo tuvieron tendencias poéticas como el Ultraísmo y el Creacionismo, netamente españoles, menos radicales que las otras vanguardias. Ha de hablarse del gran Ramón Gómez de la Serna como precursor de las Vanguardias en España. Tradujo manifiestos europeos vanguardistas y los dio a conocer entre nosotros; es autor de las Greguerías, libro donde se exalta la función de la imagen en la lengua. Fue, desde luego, el gran difusor de las corrientes estéticas europeas. //
-El espíritu de las vanguardias en España:
Ya desde 1914 se detecta un cambio en la sensibilidad europea que muestra nuevas orientaciones estéticas. Este cambio de valores podría sintetizarse en algunos rasgos de la nueva mentalidad, que en España se acusan así: 1- alejamiento progresivo de la Naturaleza, ante la irrupción de la técnica en todos los ámbitos de la vida. Hay una exaltación de la ciudad y del progreso (Lorca escribirá Poeta en Nueva York y Dalí denunciará la necesidad de renunciar «al color local»). 2- menosprecio de lo romántico y de lo trascendente. Hay una inmersión en el optimismo (París, los locos años veinte, el charleston, la frivolidad…). Este entusiasmo tiene mucho que ver con la fascinación por las máquinas, tan presentes ya en la vida cotidiana. El cine,por ejemplo, es el emblema de una nueva generación («Yo nací, respetadme, con el cine», dice un verso de Alberti). Asimismo, los deportes como exaltación vital y los espectáculos de masas, con la mujer incorporándose tímidamente a las nuevas formas de vida social, cumplen también una función interesante en la nueva sensibilidad. 3- deshumanización, alejamiento del sentimentalismo. En España fue Ortega y Gasset quien diagnosticó este nuevo espíritu de época que podría resumirse en los postulados de La deshumanización del arte (1925): -1- El arte está deshumanizado: no trata asuntos necesariamente anclados en lo humano. -2- Se evitan las formas vivas y se procura reflejar lo no natural. -3- La obra de arte no intentará imitar a la vida. Sólo aspirará a ser arte. -4- Carácter lúdico y humorístico. Aparecerá la ironía como eje del poema. -5- Intrascendencia de los temas. Y, desde luego, impopularidad del arte nuevo, que se aleja de la fácil comprensión de la gente que a él se acerca.Estos factores provocan en los artistas una reacción estética cuyos caracteres principales serían el desinterés por el pasado (es la conquista del futuro lo que apasionará a los vanguardistas), el gusto por la sugerencia de las cosas, el culto a la imagen y a la metáfora, la eliminación de todo sentimentalismo (y, por tanto, el culto a la inteligencia o a la ironía en la expresión artística), el humory la trivialidad en las obras artísticas modernas. El Arte, pues, se concibe como provocación (en ocasiones, esta actitud toma posiciones radicales con consecuencias que trascienden la aparente superficialidad de la obra de arte; así, el Futurismo de Marinetti, por ejemplo, acabó sirviendo de soporte al ambiente prefascista de los primeros años treinta con su exaltación de lo joven o lo hermoso). //
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