05 Ene

CarácterÍSTICAS DE LOS FACISMOS

Rasgos Políticos.

El principal aspecto fue un nacionalismo exacerbado de corte agresivo y militarismo que consideraba al resto de los países como potenciales enemigos de los interese nacionales. La defensa de la nacíón se convierte en la prioridad. Otro rasgo es el rechazo del parlamentarismo y la democracia liberal. El facismo fue profundamente antimarxista. El nacionalismo extremo deriva en supremacía del Estado, entendida como la obligación ciudadana de anteponer los intereses de la nacíón a los propios, y en el reconocimiento de un líder carismático tenido como la personificación de los valores supremos de la nacíón.

Rasgos Económicos.

-Control estatal de la economía. El Estado dirige la política económica y planifica las líneas de actuación básicas. El modelo se basa en la autarquía como medio para lograr la autosuficiencia y eliminar así la dependencia exterior. Por otro lado, la necesidad de reducir el desempleo inspiró la creación de obras públicas que además otorgaban al Estado un prestigio monumental.

-Políticas económicas agresivas. Imperialista y militarista basada en la expansión territorial y que derivó en la fabricación de armamentos y en la militarización de la ciudadanía.

-Rasgos sociales y culturales. La supremacía del Estado sobre el individuo deriva en un control exhautivo de la sociedad, obligada a encuadrarse en asociaciones ( en el mundo estudiantil y laboral) vinculadas al partido único. Esa supervisión es ejercida por los miembros del partido, dentro de una sociedad jerarquizada y dominada por una élite. Pese al control, sigue existiendo desidencia, contra la que se utiliza una violencia extrema, legitimada por ser aplicada contra víctimas expiatorias, enemigos considerados responsables de los males de la nacíón (judíos, comunistas etc)


LOS APOYOS SOCIALES DE LOS FACISMOS.  Los facismos lograron un respaldo social masivo en numerosos países durante el período de entreguerras. La crisis de posguerra, la depresión económica, el miedo a la expansión comunista fue utilizado como una efectiva arma de propaganda. En los años siguientes, algunos miembros de las clases medias se adhirieron al facismo víctimas de la crisis económica y movidos por el miedo que suscitaba la expansión del comunismo. El discurso ultranacionalista del facismo también encontró acomodo en el ejército y entre las fuerzas del orden, que terminaron convirtiéndose en colaboradores en la toma del poder y en la represión de los grupos opositores.

Pese a que la propaganda fascista arremetía contra los abusos del capitalismo, en su expansión resultó trascendental el respaldo de los grandes empresarios y de los terratenientes, que encontraron en los partidos facistas una herramienta de represión del movimiento obrero. Por ello, no dudaron en financiar a los grupos paramilitares fascistas para que se enfrentaran violentamente contra el comunismo y el socialismo. El ascenso al poder de los partidos fascistas también contó con el respaldo de los grupos financieros.

EL FASCISMO ITALIANO. La crisis interna

Finalizada la Gran guerra, Italia se vio sumida en una profunda crisis, tanto en el plano social como en el político, que terminó desembocando en el ascenso del fascismo. Claves:

-Victoria mutilada. Los acuerdos de paz firmados tras la primera Guerra Mundial no atendieron las reivindicaciones territoriales italianas, lo que generó un profundo malestar y abonó el terreno a posturas nacionalistas radicales.

-Crisis económica. El esfuerzo de guerra había agotado a la economía italiana, cuya recuperación fue más débil y lenta que en otros países debido al clima revolucionario que se vivía en el ámbito laboral.

-Conflictividad social. Tras la revolución rusa, el movimiento obrero mostró un gran nivel organizativo y desencadenó una oleada de protestas. En el norte se produjo la ocupación de algunas fábricas, mientras en el sur la agitación campesina iba en aumento. El miedo a la revolución caló entre la clase media y entre la élite empresarial y los terratenientes.

-Inestabilidad política. La imposibilidad de crear Gobiernos estables llevó al sistema democrático a una profunda crisis  de ingobernabilidad.


EL RÉGIMEN FASCISTA. Un régimen autoritario que controlaba los planos político, social y económico y que desplegó una agresiva política exterior.

El control político

Mussolini organizó un gobierno de coalición. En 1924, fue asesinado el líder socialista Giacomo Matteotti. Co su desaparición, la oposición pasó a estar amenazada y sus representantes fueron encarcelados, como el líder del Partido comunista en Italia.  Se decretó el cierre del Parlamento. Se propulgaron las leyes fascistísimas, que incluían la creación de la policía política encargada de perseguir cualquier muestra de oposición. El partido Nacional Fascista se convirtió en partido único. Ese mismo año, Mussolini firmó con la Santa Sede los Pactos de Letrán, unos acuerdos que ponían fin al litigio que venía enfrentando al Papado y el Gobierno desde la ocupación de los Estados Pontificios en 1870

El modelo socioeconómico

El Estado totalitario se basó en el corporativismo, un sistema tutelado institucionalmente que se inspiraba en los gremios medievales. Se promulgó la Carta de Trabajo como texto legal que regulaba las relaciones sociales y laborales. En el plano económico se implantó una política proteccionista y autárquica. Orientó las inversiones hacia sectores estratégicos y hacia una económiá de guerra.

La política Exterior

La política exterior aspiraba a crear un  Imperio italiano en África para convertirse en potencia dominante del área mediterránea. Se anexiónó Fiume, en Croacia, reafirmó su dominio sobre Libia e intensificó su presencia en Albania, país que terminaría ocupando en 1939

En 1936 conquistó Etiopía y participó en la sublevación militar contra la Segunda República española que desembocó en la Guerra Civil. El respaldo a Franco se tradujo en apoyo financiero y el envío del CTV, un cuerpo del ejército italiano.


EL NACIMIENTO DEL NAZISMO

Proliferaban los partidos y asociaciones nacionalistas y racistas. Uno de esos partidos fue el DAP, o Partido Obrero Alemán, en el que Hitler ingresó  y sería el embrión del nacionalismo. Cambió su nombre por el de Partido Nazi. El rechazo al Tratado de Versalles, el rearme expansionista para configurar una Gran Alemania, el discurso xenófobo y racista, el antiparlamentarismo y el antimarxismo.

En Agosto de 1921, Hitler ya era jefe y comenzó el cambio de estrategia para llegar al poder mediante el control de la calle a través de la violencia; para ello, dispónía de una fuerza paramilitar, las SA, o Secciones de Asalto, que se encargaron de reprimir a comunistas y socialistas. La crisis vivida por Alemania persuadíó a Hitler de que había llegado el momento de conquistar el poder, y preparó un Golpe de Estado, conocido como Putsch de Múnich, que fracasó y que lo llevó a la cárcel. Durante su estancia en prisión, Hitler redactó su ideario en Mein Kampf (Mi lucha), y concluyó que el ascenso al poder debía llevarse a cabo por la vía democrática. Para ello, convirtió el NSDAP en un partido de masas que usó la propaganda y la estética paramilitar con gran eficacia.

EL ASCENSO AL PODER. La crisis económica provocada por la Gran Depresión permitíó a Hitler auparse al poder. Tres años después se había convertido en el principal partido nacionalista y en una organización con millones de afiliados. Los partidos parlamentarios se mostraron incapaces de frenar la crisis económica, la derecha nacionalista y antidemocrática y por la izquierda revolucionaria, que trataban de acabar con el régimen democrático. El partido nazi en esos años articuló un discurso demagógico en el que intensificó su anticapitalismo y su antisemitismo, y se acusó a los judíos de ser los culpables de la crisis económica y corresponsables con la izquierda de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Simultáneamente, las SA intensificaron la violencia callejera para intimidar a la población y acabar con sus enemigos políticos. Así, en las sucesivas elecciones ganaron respaldo social, tanto de las clases medias como de otros sectores poderosos, como el ejército, los grandes industriales o los terratenientes. Hubo dos elecciones en Julio y en Noviembre de 1932. La profunda división de la derecha parlamentaria provocó que en 1933 Hindenburg nombrase a Hitler canciller en un gobierno de coalición que pronto tomaría una deriva totalitaria.

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