26 May

TEMA 5

1. ¿Qué es una cosmovisión?

El término cosmovisión proviene de la palabra griega cosmos, cuyo significado es belleza, armónía, orden.
Se empleaba en la Antigüedad para referirse al universo, entendido como una totalidad ordenada. Por lo tanto, cosmovisión, como sugiere la palabra, significa simplemente “visión del universo”, que puede cambiar según la cultura o la época. Así, este término alude al conjunto sistemático de creencias y concepciones que influyen en la manera de percibir la realidad de un grupo de personas.
Las primeras cosmovisiones que aparecieron tenían un fundamento mítico.

– Cosmovisiones míticas:


En la prehistoria, los moradores de las cavernas sabían cómo comunicarse por medio de imágenes (arte rupestre encontrado en las cuevas de Altamira por ejemplo). Tal vez ese arte rupestre tenía un significado astronómico (asombro ante el universo). Otra prueba, es la que ofrecen los enormes conjuntos de piedras -megalitos- El más famoso es Stonehenge, en el sur de Inglaterra (servía para fines astronómicos). Los antiguos egipcios concebían el mundo dividido en tres partes: la Tierra plana, en el centro, dividida por el Nilo y rodeada por un gran océano; encima de la Tierra se encontraba el cielo, sostenido por cuatro soportes. Debajo de la Tierra estaba el submundo, llamado Duat, donde estaban las cosas ausentes del mundo visible.
La cosmología mesopotámica fue esencialmente una historia mitológica, la cual guarda similitudes con la contada en Egipto: el universo estaba gobernado por tres dioses. El cielo era gobernado por Anu; la Tierra y las aguas estaban gobernadas por Ea; y Enlil era el gobernante del aire que había entre ambos. 

– Cosmovisiones científicas:


Los historiadores suelen hablar del período comprendido entre el 600 a. De C. Y el 450 a. C. Como “la primera revolución científica”.
Así, suele de este modo referirse a la aparición de un grupo de pensadores jonios que iniciaron un cambio en la comprensión del mundo natural por parte de la humanidad.


Estos primeros filósofos (pre socráticos)
pensaban el mundo como un cosmos, una estructura de materia y fuerzas unidas en un todo armonioso. Aunque seguían existiendo los dioses, se comienza a dejar de considerarlos responsables de los fenómenos naturales.

Con la aparición del pensamiento científico:
La ciencia dio lugar a las cosmovisiones científicas, caracterizadas por aspirar a la objetividad y a describir la naturaleza sin recurrir a personajes fantásticos, dejando en parte al margen la esfera espiritual y simbólica.

Las cosmovisiones científicas aspiran a dar explicaciones del mundo y hacerlo más comprensible, pero en lugar de recurrir a seres poderosos y fuerzas sobrenaturales buscan explicaciones racionales, basadas en la observación y la experimentación, por lo que pueden ser sometidas a crítica y revisión. Las explicaciones científicas dan forma al mundo.

> Las cosmovisiones científicas presentan las siguientes carácterísticas:


a) Las ideas que constituyen una cosmovisión científica se caracterizan por estar interconectadas, es decir, dependen unas de otras formando un sistema.

b) Estas ideas no son aleatorias, ni están tomadas al azar, sino que se caracterizan por sustentarse en argumentos sólidos:
La observación, la experimentación, el razonamiento… y por la aplicación de un método considerado científico.

c) Hay ideas que se aceptan como verdaderas sin haber sido experimentadas o comprobadas, porque sobre ellas se sustentan otras creencias que se consideran verdaderas.
Así, la verdad de algunas ideas dependen de que otras sean también ciertas. 

d) Para que un conjunto de ideas así descrito pueda ser definido como cosmovisión debe existir cierto consenso general, es decir, tiene que ser compartido por gran parte de la sociedad (revolución científica).


-Tres cosmovisiones más importantes:

● La cosmovisión antigua, vigente desde la antigua Grecia (s. IV a. C.) hasta la primera mitad del Siglo XVI.

● La cosmovisión moderna, forjada a partir de las ideas nacidas de la revolución científica, y desarrollada entre siglos XVI- XIX.

● La cosmovisión contemporánea, cuyas ideas principales surgen a principios del Siglo XX y continúan desarrollándose. 

2. El cosmos aristotélico

Los primeros filósofos llegaron a pensar que la Tierra y los cielos eran mundos diferentes, con carácterísticas también diferentes. 

> Por un lado, la Tierra:


Los primeros filósofos de la naturaleza estaban en parte convencidos de que la diversidad de sustancias oculta una explicación sencilla:

todas ellas deben proceder de la transformación de uno o de varios elementos, que pueden ser considerados los principios de la realidad

Así, fueron surgiendo diversas teorías.
Los filósofos de Mileto, por ejemplo, coincidieron en considerar que las sustancias derivaban de un único principio natural, denominado arché.
Tales, considerado el primero filósofo, afirmó que era el agua, mientras que AnaxíMenes señaló el aire como arché.
Empédocles, por otro lado, afirmó que todas las cosas se forman a partir de la mezcla de cuatro elementos:
tierra, agua, aire y fuego.

Con respecto a la forma de la Tierra, la información que nos aportan los sentidos hizo creer a los primeros filósofos que ésta era plana y que se encontraba rodeada por el océano. Pero no tardaron en aparecer escuelas y comunidades, como la pitagórica, que ya en el siglo V a. C., aproximadamente, habían deducido que la Tierra era esférica gracias a una serie de observaciones.


> Por otro lado, los cielos:


Una explicación de los cielos acorde con las concepciones culturales y religiosas de los griegos debía cumplir estas carácterísticas: 


El movimiento de los cuerpos celestes debe ser circular, pues este es el movimiento más perfecto y, por lo tanto, el que corresponde a seres divinos como los astros.


Se ha de considerar que la Tierra está inmóvil en el centro del universo, pues es lo que la observación cotidiana parece mostrar (parece que nosotros permanecemos estáticos y que el universo está organizado en torno a nosotros)


El universo se entiende como limitado, en el extremo más alejado de la Tierra, por la esfera de las estrellas fijas (como una bóveda o cúpula en la que se encuentran incrustadas las estrellas.

—> “Problema de Platón”:
Las estrellas, consideradas como eternas, divinas e inmutables, se mueven alrededor de la Tierra dando una vuelta por día como puede verse, y según la trayectoria de mayor perfección, el círculo.

Discípulo de Platón llamado Eudoxo (408-355 a. C.) buscó una solución a este problema:

La teoría de las esferas homocéntricas

Se trataba de un complejo sistema de 27 esferas con un centro común que coincidía con el centro de la Tierra. Estas esferas eran cristalinas y transparentes, se encontraban concatenadas unas dentro de otras y, cada una de ellas se movía sobre sí misma con un eje de rotación diferente. 

Aristóteles (384-322 a. C.) concibió el cosmos como un todo organizado en dos mundos de distinta naturaleza: el mundo sublunar o terrestre y el mundo supralunar o celeste.

Mundo sublunar o terrestre:


El mundo sublunar está constituido por cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
Cada uno de ellos tiene un lugar que le es propio en el universo.  A estos cuatro elementos les caracteriza un movimiento natural de carácter rectilíneo, el cual se da en sentido descendente y ascendente. 


Mundo supralunar o celeste

Es el mundo que está más allá de la esfera de la Luna y que tiene su límite en la esfera de las estrellas fijas.
Más allá de esta no hay nada. El mundo supralunar se compone de un quinto elemento:

El éter

Se trata de un elemento de naturaleza divina:

Es perfecto, inalterable y sin peso

El mundo supralunar es perfecto e inmutable y su estructura sigue el modelo de las esferas homocéntricas de Eudoxo.
Cada esfera se mueve con un movimiento circular uniforme, que se transmite por rozamiento de unas esferas a otras.

– Las aportaciones de la astronomía: Ptolomeo

El más importante astrónomo de la antigüedad fue Ptolomeo, que escribíó una obra titulada Sintaxis matemática (Almagesto)
. Problemas a los que se enfrentaba la teoría geocéntrica aristotélica era el de la órbita de Marte.
Su trayectoria dibuja una especie de bucle.
Este movimiento no se podía explicar desde el modelo aristotélico. Por esa razón, Ptolomeo afirma que la órbita de Marte y, por extensión, la del resto de los planetas, es el resultado de la combinación de dos movimientos:
Uno a través de una línea circular imaginaria alrededor de la Tierra llamada deferente; otro, en un círculo más pequeño, llamado epiciclo, cuyo centro sería la deferente. 

3. La visión moderna del universo

A partir del Siglo XVI comienza a gestarse la cosmovisión moderna, revolución científica: en ese momento se van sentando las bases de la física clásica, caracterizada por servirse tanto de la experimentación como del formalismo matemático. 

Surge una nueva física y una nueva visión del mundo va tomando forma: se produce la “destrucción del cosmos” griego, superando la distinción entre un mundo supralunar y un mundo sublunar, sustituyéndola por un mundo sin jerarquías.


– Copérnico y el heliocentrismo

 Nícolás Copérnico (1473-1543), en su obra sobre las revoluciones de las esferas celestes someterá el paradigma aristotélico-ptolemaico a una profunda crítica.

Afirmó que el Sol se encontraba en el centro del universo y que el resto de los planetas, incluida la Tierra, giraba a su alrededor. Esto es lo que se conoce como heliocentrismo

– Las observaciones de Bruno, Brahe y Kepler

Giordano Bruno (1548-1600), filósofo y astrónomo renacentista italiano, defendíó el heliocentrismo de Copérnico. Defendía la infinitud del universo.

Tycho Brahe (1546-1601) fue un matemático y astrónomo danés que, entre otros logros, consiguió detallar la aparición de una supernova, es decir, de una explosión estelar, lo que invalidaba la creencia en la inmutabilidad de los cielos. Brahe no aceptó totalmente el sistema propuesto por Copérnico e ideó un modelo intermedio entre este y el de Ptolomeo (geo-heliocéntrico), en el que el Sol y la Luna giraban en torno a la Tierra, y el resto de planetas lo hacían alrededor del Sol.

Johannes Kepler (1571-1630), astrónomo y matemático alemán, aceptó el heliocentrismo pero aportó un apoyo matemático más firme que el de las tesis copernicanas.

Concluyó que las órbitas de los planetas no eran perfectamente circulares, sino que su trayectoria era elíptica, y que el Sol se encontraba en uno de los focos de la elipse.

Las tres leyes de Kepler acabaron con la creencia de que el movimiento de los planetas era circular, por considerar este el movimiento perfecto. Por otro lado, la fuerza que impulsaba a los astros en el cosmos ya no era anímica, sino una fuerza puramente motriz proveniente del Sol.


– La nueva física: Galileo y Newton

Galileo Galilei (1564-1642), sabio renacentista nacido en Pisa, dedicó sus observaciones empíricas -uso del telescopio- y su formalización matemática a demostrar las tesis sostenidas por Copérnico.
Galileo establecíó el principio de inercia, según el cual los cuerpos tienden a permanecer en reposo o bien a velocidad uniforme a no ser que actúe sobre ellos una fuerza (invarianza). 

El principio de inercia también justificaba que los planetas no se movieran por el impulso de un supuesto primer motor, sino porque no había ninguna fuerza que los frenara. 

La obra del filósofo y matemático inglés Isaac Newton (1642-1727), Principios matemáticos de la Filosofía Natural, establecíó que todos los cuerpos del universo son el origen de la fuerza de la gravedad, y a su vez se ven afectados por ella.
La definíó como una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que separa sus centros de gravedad (mismas leyes regían en todo el universo).

4. La cosmovisión actual

– Einstein y la teoría de la relatividad

Einstein publicó la teoría de la relatividad especial en 1905:
Afirmaba que no existen un espacio y un tiempo absolutos e independientes del sujeto que los experimenta.
En 1915, Einstein generalizó esta teoría y publicó la teoría general de la relatividad, de la que se derivan consecuencias revolucionarias para la cosmología y la comprensión del universo. Lo más importante de la teoría de Einstein es que la masa de un cuerpo deforma el espacio tiempo a su alrededor. 


– La física cuántica

Si la teoría de la relatividad revoluciona nuestra visión del mundo a gran escala, la teoría cuántica hace lo propio con el mundo de lo infinitamente pequeño. 

El impacto filosófico que se produjo fue el denominado principio de indeterminación o incertidumbre de Heisenberg. Según este principio, existen determinadas magnitudes micro físicas, entre las que se dan lo que se llama relaciones de indeterminación o incertidumbre;
Es decir: si tratamos de conocer (de medir) de modo preciso una de ellas, necesariamente la otra magnitud se nos va a “escapar”. Con respecto a este problema se han propuesto dos interpretaciones:

> Se habla de principio de incertidumbresi se quiere hacer hincapié en el componente subjetivo de la imprecisión


Los humanos, al medir interaccionamos con eso que estamos midiendo y lo perturbamos y, por ello, parte de los resultados que obtenemos son inciertos, probables… pero la realidad misma es precisa. 

> Se habla de principio de indeterminación y lo que se quiere señalar es que es la propia realidad la que es indeterminada (y no nuestro conocimiento de ella): nos encontramos ante un límite de las cosas mismas. 

– Implicaciones filosóficas:


A) Imposibilidad de separación sujeto-objeto:


para observar algo hay que interaccionar con ello. Cuando lo observado es suficientemente pequeño, esta interacción condiciona el resultado del experimento.

B) Indeterminismo e imprevisibilidad:


la física cuántica cuestiona la imagen determinista del mundo: solo podríamos establecer leyes estadísticas que no predicen con exactitud el resultado de una observación, sino tan sólo calculan sus probabilidades.

C) Alejamiento respecto al sentido común:


la nueva cosmovisión científica se distancia de nuestras intuiciones y percepciones habituales, por lo que resulta poco comprensible para los que no son expertos. 

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