20 Dic

La Crisis de la Monarquía Borbónica y la Guerra de la Independencia

Reinado de Carlos IV (1788-1808)

El reinado de Carlos IV (1788-1808) estuvo marcado por la influencia de la Revolución Francesa (1789). Inicialmente, España se unió a las monarquías europeas contra los revolucionarios franceses entre 1793 y 1795, pero fue derrotada. Posteriormente, con la moderación del régimen republicano francés, la monarquía española retomó su alianza tradicional con Francia, enfrentándose a Inglaterra y sufriendo la derrota naval en Trafalgar.

La oposición política al gobierno de Godoy, primer ministro de Carlos IV, creció considerablemente, alimentada por su acumulación de poder y riquezas. Las epidemias, hambrunas y el descontento popular generaron un fuerte malestar social, manifestado en motines y revueltas.

Conspiraciones y el Motín de Aranjuez

Las conspiraciones en la Corte, apoyadas por Fernando VII, culminaron en el Motín de Aranjuez (1808). Este levantamiento popular, organizado por los partidarios del heredero, forzó a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo, Fernando VII. La inestabilidad política llevó a Carlos IV a solicitar la ayuda de Napoleón para recuperar el trono, lo que resultó en las Abdicaciones de Bayona. Napoleón entregó el trono español a su hermano, José Bonaparte.

El Reinado de José I y la Guerra de la Independencia

José I implementó un programa de reformas basado en el Estatuto de Bayona, que incluía la igualdad ante la ley, la abolición de la Inquisición, la desamortización de tierras del clero y el fin del régimen señorial. La resistencia popular a estas reformas provocó los sucesos del 2 de Mayo en Madrid, dando inicio a la Guerra de la Independencia. Se formaron Juntas de Armamento y Defensa en las principales ciudades, coordinadas por la Junta Suprema Central. El conflicto contó con la intervención de Portugal e Inglaterra contra los franceses. Aunque la mayoría de la sociedad española se opuso a la ocupación, una parte de la élite, los afrancesados, colaboró con José I.

Fases de la Guerra de la Independencia

  • 1ª FASE (1808-1809): Despliegue de las tropas napoleónicas. Ciudades como Zaragoza y Gerona resistieron largos asedios. Destaca la victoria española en la Batalla de Bailén.
  • 2ª FASE (1809-1812): Napoleón lideró personalmente a sus tropas, expulsando a los británicos y tomando Madrid. La guerrilla se convirtió en el principal medio de lucha contra los franceses.
  • 3ª FASE (1812-1813): La retirada de tropas napoleónicas hacia Rusia permitió a los ingleses, bajo el mando de Wellington, tomar la iniciativa. La victoria en Los Arapiles (1812) marcó el inicio de la derrota francesa y su expulsión definitiva. El Tratado de Valençay (diciembre de 1813) reconoció a Fernando VII como rey de España, finalizando la guerra.

Las consecuencias de la guerra incluyeron pérdidas económicas, demográficas e intelectuales, el fortalecimiento del sentimiento patriótico, la influencia de los militares y la formación de juntas en América. Para Napoleón, significó el principio de su fin.

Los Comienzos de la Revolución Liberal: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Las Juntas de Defensa locales enviaron representantes para formar la Junta Central Suprema, que en 1810 se disolvió, traspasando sus poderes a un Consejo de Regencia. Este convocó a las Cortes en Cádiz. La elección de diputados fue compleja debido a la guerra, con una notable influencia liberal. La asamblea fue única, con cerca de 300 representantes, predominando la burguesía liberal. En la primera sesión (1810), se planteó la división de poderes y el objetivo de elaborar una Constitución, reconociendo a Fernando VII como rey.

Corrientes Ideológicas

  • Absolutistas: Defendían el mantenimiento del sistema tradicional sin reformas.
  • Liberales: Propugnaban cambios radicales basados en los principios de igualdad, libertad y propiedad.

Constitución de Cádiz (1812)

Promulgada en marzo de 1812, fue la primera constitución en la historia de España, recogiendo los principios del liberalismo. Establecía la soberanía nacional, la separación de poderes, una monarquía parlamentaria, el reconocimiento de los derechos individuales, la confesión católica del Estado, la educación generalizada y la creación de la Milicia Nacional.

Medidas Liberalizadoras

Se implementaron medidas como la igualdad ante la ley, la supresión de los señoríos jurisdiccionales (sin afectar la propiedad de la tierra), la desamortización de propiedades eclesiásticas, la supresión de la Inquisición, la eliminación de aduanas internas y gremios, y la proclamación de derechos y libertades ciudadanas.

La obra de Cádiz eliminó las estructuras del Antiguo Régimen, iniciando una sociedad clasista basada en principios liberales. Sin embargo, las clases populares permanecieron al margen. El regreso de Fernando VII en 1814 supuso la vuelta al absolutismo.

El Reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo

Fernando VII (1814-1833) regresó a España tras ser reconocido por Napoleón como rey. A su llegada, suprimió la obra de Cádiz y restauró el absolutismo.

1ª ETAPA: Retorno del Absolutismo (1814-1820)

Los absolutistas publicaron el Manifiesto de los Persas, y Fernando VII emitió el Real Decreto de Valencia, restaurando el absolutismo y persiguiendo a liberales y afrancesados. Se anularon las reformas de las Cortes de Cádiz y se restablecieron las instituciones del Antiguo Régimen: cortes estamentales, consejos, Inquisición, jurisdicciones señoriales y privilegios.

La situación internacional era favorable al absolutismo tras la derrota de Napoleón y la restauración del viejo orden en el Congreso de Viena. Se creó la Santa Alianza para defender el absolutismo. La oposición liberal, formada por sectores del ejército, intelectuales y burgueses, recurrió a la conspiración a través de sociedades secretas como la masonería y a la rebelión militar mediante pronunciamientos.

2ª ETAPA: Trienio Liberal (1820-1823)

El pronunciamiento del comandante Rafael Riego en Cabezas de San Juan tuvo éxito gracias al apoyo de la burguesía y las clases medias gaditanas. Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución de 1812. Los gobiernos liberales restablecieron la legislación de las Cortes de Cádiz. Los liberales se dividieron en doceañistas o moderados y exaltados. Se suprimieron la Inquisición, el régimen señorial y los mayorazgos, se redujeron los diezmos, se eliminaron las aduanas interiores y se proclamó la libertad de establecimientos industriales. Fernando VII, la nobleza y la Iglesia se opusieron a estas reformas.

Las potencias absolutistas europeas acordaron que Francia restableciera a Fernando VII como monarca absoluto. La expedición de los Cien Mil Hijos de San Luis (1823) logró este objetivo sin apenas resistencia.

3ª ETAPA: La Década Ominosa (1823-1833)

Hubo una fuerte represión contra los liberales. Se suprimió la legislación del Trienio Liberal y se restauraron las instituciones de la monarquía absoluta, excepto la Inquisición. El gobierno se apoyó en los realistas más moderados.

Carlos María Isidro, hermano del rey, fue apoyado por el sector reaccionario. En 1830, nació Isabel, la primera hija de Fernando VII. Al no tener hijos varones, Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, aboliendo la Ley Sálica, lo que fue rechazado por los carlistas. A la muerte de Fernando VII en 1833, el país se dividió entre isabelinos (liberales) y carlistas (absolutistas), dando lugar a la Primera Guerra Carlista.

La Emancipación de la América Española

La emancipación fue protagonizada por las minorías criollas y blancas, que aspiraban al poder político y a una economía independiente. Entre las causas político-ideológicas se encuentran la difusión de las ideas de la Ilustración y el rechazo al absolutismo de Fernando VII. Las causas internacionales incluyen los enfrentamientos entre España y Gran Bretaña y el apoyo de ingleses y estadounidenses a la independencia americana.

Las juntas, inicialmente fieles a la metrópoli, en 1810 no reconocieron la autoridad de la Junta Central y formaron gobiernos independientes.

1ª ETAPA (1810-1814)

Se produjeron rebeliones en México, Venezuela y Argentina. Se establecieron cabildos formados por indígenas, de los cuales emanaron nuevas Juntas Supremas que destituyeron a las autoridades metropolitanas. El fin de la guerra en la península permitió a las fuerzas españolas acabar con el movimiento americano, excepto en Argentina.

2ª ETAPA (1814-1824)

La insurrección armada, liderada por San Martín, Bolívar y Sucre, y apoyada por EE. UU. y Gran Bretaña, tuvo éxito. En 1820, un pronunciamiento en España impidió el envío de tropas a América. El Congreso de Tucumán proclamó la independencia de Argentina (1816). San Martín marchó sobre Chile, logrando la victoria en Maipú y la independencia chilena. Bolívar aspiraba a crear la Gran Colombia, un proyecto que fracasó.

El general Iturbide proclamó la independencia de México, y el general Sucre logró la independencia de Perú, Bolivia y Ecuador tras la victoria en Ayacucho. La gran América española se dividió en pequeñas repúblicas independientes, mientras que Cuba, Puerto Rico y Filipinas permanecieron bajo la Corona española.

Las consecuencias incluyeron el alejamiento de España de las grandes potencias, conflictos en América y el fraccionamiento en múltiples repúblicas. El poder de los caudillos militares y el dominio criollo generaron problemas sociales y políticos. La independencia política llevó al dominio de EE. UU. y Gran Bretaña sobre América.

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