08 Ago
Factores políticos, sociales y culturales que en el s. XVII conducen a la Ilustración:
La confianza ilustrada en la autonomía de la razón va a la par de un posicionamiento crítico frente a las formas de autoridad establecidas por el «Antiguo Régimen», es decir, por las monarquías absolutas. En ellas había una organización estamental en la que la nobleza y el claro ocupaban posiciones privilegiadas mientras que el estamento popular sufría crisis económicas. -Hasta el s. XVIII Europa todavía presentaba un carácter agrícola y respondía al modelo de la sociedad estamental. Sin embargo, el desarrollo del comercio y de una burguésía, conducirá a un nuevo orden social muy diferente al del Antiguo Régimen. La demanda burguesa de un mayor protagonismo político se convirtió en un motor de los procesos revolucionarios que recorrerán Europa y América, entre los que cabe destacar la Revolución francesa de 1789.-Locke en Inglaterra, Montesquieu en Francia y otros tantos son ejemplo del impulso que las nuevas formas de pensar dieron a la democratización política. La tradición ha de ser sometida a la crítica con el fin de depurarla de prejuicios y supersticiones que dificultan el libre ejercicio de la razón. La Enciclopedia fue una prestigiosa referencia del pensamiento ilustrado concebida para construir un pensamiento libre de prejuicios. El empeño que hubo en disipar toda sombra que oscureciera la luz de la razón, hizo que el s. XVIII fuese denominado como el Siglo de las Luces.
Las nuevas ideas: progreso, educación, iluminación, humanidad, civilización, naturaleza
El optimismo ilustrado confía en que la vía de liberación de los males está en el progreso de la humanidad y en la educación. La Enciclopedia fue una prestigiosa referencia del pensamiento ilustrado concebida para construir un pensamiento libre de prejuicios mediante la difusión del conocimiento científico, que revela el verdadero orden de la naturaleza y sienta las bases para la construcción de un orden social racional. Por este empeño de disipar toda sombra que oscureciera la luz de la razón, el s. XVIII fue denominado como el Siglo de las Luces. -La secularización afecta al fundamento del poder político, rechazándose la concepción teocrática según la cual el poder soberano procede directamente de Dios, y buscándose la fundamentación del poder político en un acuerdo estrictamente humano. Se elaboran así, desde el inicio de la modernidad y a lo largo de la Ilustración, diversas teorías de contrato como origen de la sociedad y poder político. Destacan las de Hobbes, Locke y Rousseau. – Rousseau denunció las insuficiencias de la civilización de su época y su efecto corruptor sobre la inocencia original del hombre. Dado que el modelo imperante de organización social ahogaba la libertad natural, abogaba por un nuevo orden político y un nuevo modelo educativo como vías para el progreso de la libertad racional.
Carácterísticas de la razón ilustrada:
La confianza absoluta en la razón podía resolver todos los problemas humanos y potenciar el progreso científico. Esta confianza en la razón tenía sus orígenes en la filosofía racionalista pero los Ilustrados manténían un concepto ligeramente distinto. Las carácterísticas de esta nueva razón ilustrada son: No se identifica con la razón racionalista, sino con la capacidad de la razón ara enfrentarse al saber. Es además, una razón autónoma sin más límites que los que marca su naturaleza. Por último, es una razón con las siguientes capacidades: capacidad crítica, contra prejuicios y la tradición; capacidad analítica sobre toda la realidad; capacidad de autocrítica para analizar sus propias limitaciones; capacidad secularizadora para interpretar racionalmente la religión. Además, es una razón autónoma, pues se vale de sí misma sin necesidad de ayudas externas, porque es autosuficiente para conocer la realidad y guiar el comportamiento humano. Es limitada, pues el conocimiento racional tiene límites que vienen dados por la propia naturaleza de la razón. Es una razón ahistórica al tener una esencia o naturaleza fija. Se considera universal, pues es una y la misma para todos los pueblos, hombres, culturas y épocas. Por último, es tolerante, pues no es absoluta, y por ello se reconoce la necesidad de que el individuo considere las creencias contrarias a las suyas como muestra de libertad y diversidad.
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