12 Nov

Introducción

Immanuel Kant, filósofo clave del siglo XVIII, nació en Königsberg en 1724 y falleció en 1804. Educado en el pietismo, defendió una moral estricta y un misticismo, distanciándose de la Iglesia luterana. Influenciado por la Ilustración, Kant simpatizó con la independencia de los Estados Unidos. En el ámbito filosófico, el racionalismo dogmático de Wolff, centrado en la metafísica, prevalecía en las universidades alemanas. Kant introdujo el empirismo británico y una visión crítica de la metafísica. Su obra, enmarcada en la Ilustración, busca fundamentar los temas centrales de la experiencia humana. Se divide en dos periodos:

Periodo Precrítico (1746-1781)

Combina el interés por la física matemática de Newton con la metafísica racionalista de Leibniz y Wolff. Se subdivide en dos etapas: una centrada en temas físicos y otra en metafísicos.

Periodo Crítico (1781-1798)

Marca el inicio de su pensamiento más original. Kant plantea cuatro preguntas fundamentales:

  • ¿Qué puedo conocer? (Origen, alcance y límites del conocimiento)
  • ¿Qué debo hacer? (Sentido y orientación de la conducta, condiciones de la libertad)
  • ¿Qué me cabe esperar? (Problema religioso y destino del hombre)

Crítica de la Razón Práctica

En la Crítica de la Razón Práctica, Kant busca fundamentar el uso práctico de la razón, respondiendo a la pregunta: ¿Qué debo hacer? Parte de la moralidad humana como un hecho. Estudia dos concepciones:

  • Éticas materiales del bien: Un bien es cualquier fin moralmente bueno.
  • Ética formal del deber: Éticas materiales que conducen al pluralismo ético, donde cada bien supremo corresponde a un sistema ético.

La pluralidad de bienes se convierte en el reino de la subjetividad, con:

  • Éticas empíricas: La voluntad actúa según un fin con motivos basados en la experiencia.
  • Éticas heterónomas: Se decide por motivos externos, no por un acuerdo interno.
  • Éticas condicionales: Se basan en principios hipotéticos, no universales ni necesarios.

Kant afirma: “Así, pues, la ley moral no expresa nada más que la autonomía de la razón pura práctica, es decir, la libertad, y ésta es incluso la condición formal de todas las máximas, bajo cuya condición solamente pueden éstas coincidir con la ley práctica suprema”. La libertad de la razón determina lo correcto, permitiéndonos actuar según principios éticos universales. La ley moral refleja nuestra capacidad de determinar lo correcto, lo que permite que nuestras acciones coincidan con la ley práctica suprema.

Imperativos Hipotéticos vs. Categórico

El texto diferencia los imperativos hipotéticos (condicionales) de las éticas materiales y el imperativo categórico de la ética formal kantiana, basada en la buena voluntad que actúa por deber. Se distinguen tres tipos de acciones:

  • Contra el deber: Acciones que van en contra del deber.
  • Conformes al deber: Se actúa en consonancia con el deber, pero por interés, no convicción.
  • Por sentido del deber: Se actúa por convicción, la auténtica acción moral.

La buena voluntad se guía por el deber, sin importar las consecuencias. Lo importante es la forma de actuar. Según Kant, la voluntad que sigue el imperativo categórico busca que su máxima se convierta en ley universal. Esta forma universal da lugar a leyes morales específicas, sintéticas a priori.

Autonomía y Ética de Fines

La voluntad autónoma se autoimpone normas a través del deber, lo que la hace libre. Mientras que en las éticas materiales la voluntad se determina por motivos empíricos, en la ética formal kantiana los seres humanos son fines en sí mismos, no medios. Los principios racionales implican una ética de fines, donde solo el ser humano racional es un fin en sí mismo.

Conclusión

En la Crítica de la Razón Práctica, Kant argumenta que las ideas metafísicas son aceptables para el ejercicio práctico de la razón, no como afirmaciones científicas, sino como exigencias de la razón práctica. Kant, figura central de la Ilustración alemana e iniciador del idealismo alemán, se centró en la razón teórica (conocimientos) y práctica (ética). Su ética formal, la primera en la historia de la filosofía, influyó en corrientes posteriores como el neokantismo. Kant dejó una profunda huella en la filosofía, especialmente en la alemana.

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