12 Oct

1. Crítica Ontológica de la Metafísica

1.1. El Vitalismo de Nietzsche

La filosofía de Nietzsche es vitalista, considerando la vida como valor supremo. Parte del supuesto de que la cultura occidental está viciada desde su origen por ser racional y dogmática, oponiéndose a la vida y los instintos al intentar instaurar la racionalidad a toda costa.

1.2. El Nacimiento de la Tragedia

En su primera obra, «El nacimiento de la tragedia«, Nietzsche critica la decadencia occidental presentando su concepción del mundo a través de la cultura de la Grecia clásica, destacando dos principios:

  • Lo apolíneo: Representa la medida, el orden, el concepto, la armonía, la racionalidad.
  • Lo dionisíaco: Significa que la vida es una pluralidad de fuerzas irracionales que se debe afirmar y respetar. Representa el exceso, el caos, la pasión, los instintos, la vitalidad.

El problema, según Nietzsche, es que desde Sócrates la filosofía ha negado lo dionisíaco y ha valorado solo lo apolíneo. Considera a Sócrates como el “gran traidor” por iniciar la inversión de valores.

1.3. La Metafísica de Platón

En el “Crepúsculo de los ídolos”, Nietzsche encuentra la segunda parte de la traición en la metafísica de Platón. Platón afirma que existen dos mundos:

  • El mundo sensible: Aparente, cambiante.
  • El mundo inteligible: Permanente.

Al valorar negativamente el mundo sensible y considerar como realidad auténtica lo ideal, lo inmóvil, lo intemporal, Platón introduce el error de admitir un mundo aparente frente a un mundo real, cuando solo es real este mundo en que vivimos.

1.4. La Metafísica como Ciencia de los Errores

Nietzsche define la metafísica como “ciencia que trata de los errores fundamentales del hombre, pero lo hace como si fueran las verdades fundamentales (…). Hasta ahora se ha llamado verdad a la mentira.

2. Crítica Epistemológica de la Metafísica

2.1. Los Conceptos Metafísicos como Errores Dogmáticos

Para Nietzsche, los conceptos metafísicos son “errores dogmáticos”. Los conceptos son problemáticos porque son el resultado de palabras que antes de la metafísica eran imágenes, metáforas de la realidad, y ahora se han quedado vacíos de contenido: son estáticos, expresan el ser inmutable, realidades permanentes que no existen (sustancias, causas…).

La razón necesita elaborar conceptos (unidad, sustancia, causa, ser…) para simplificar y hacer más manejable la realidad y sobrevivir en un mundo en devenir. Sin embargo, a través de los conceptos no captamos la realidad, que es pluralidad de individuos en devenir constante. Los conceptos expresan algo permanente prescindiendo de las diferencias individuales. Por ejemplo, el concepto “árbol” (esencia permanente de árbol) no existe en la naturaleza, lo que hay son múltiples y variados árboles en constante devenir, por tanto, está vacío de contenido.

2.2. Los Errores de la Metafísica

En conclusión, dos son los errores principales cometidos por la “idiosincrasia” (modo peculiar de proceder) de los filósofos:

  • La minusvaloración del mundo sensible (“egipticismo”): Se superpone un mundo inmutable ficticio sobre el devenir del que el hombre forma parte, presentándolo falazmente como verdadero. Al contraponer estos mundos, los filósofos introducen el orden moral en el mundo, una moral contranatural (platónica o cristiana) que ve en los sentidos una causa de perdición e inventa otro mundo como finalidad de este.
  • La confusión entre lo “último” y lo “primero”: Lo “último” para Nietzsche son los conceptos especulativos vanos y vacíos de la metafísica, como el “Bien en sí” de Platón o Dios cristiano, que es lo más tenue y vacío, y es puesto por los filósofos como lo “primero”. “Lo primero” para Nietzsche es el devenir, que no puede expresarse a través de conceptos, sino solo a través de metáforas.

3. La Crítica a la Moral

El ataque más radical a la cultura occidental lo dirige Nietzsche contra la moral, estrechamente ligada a la crítica de la metafísica. La crítica se plasma en la moral cristiana, dominante en Occidente y surgida del resentimiento. Esta moral tradicional se caracteriza por ser “moral contranatural”, es decir, se opone a la vida e impone normas contra los instintos vitales.

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