15 Nov
Crónica de una Muerte Anunciada: Análisis Literario
Gabriel García Márquez y su Obra
Gabriel García Márquez, autor de Crónica de una Muerte Anunciada, nació en 1927 en Colombia. Residió en diversos lugares, incluyendo Barcelona durante 8 años y México hasta su muerte en 2014. Fue un escritor prolífico, autor de cuentos, novelas y artículos periodísticos. Entre sus obras más destacadas se encuentran: Cien Años de Soledad, El Otoño del Patriarca, El Amor en los Tiempos del Cólera. Su impresionante obra, que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1982, es una fusión de recuerdos familiares, la historia de su patria y una desbordante imaginación.
Crónica Literaria y Perspectivismo
Crónica de una Muerte Anunciada se publicó en 1981. García Márquez la describió como una unión perfecta entre literatura y periodismo. Es una novela con características de crónica, es decir, una mezcla de realidad y ficción.
Características de Crónica Periodística
Por un lado, se presenta como una verdadera crónica periodística que se relata con detalle; se recogen entrevistas y declaraciones, y el narrador viaja al lugar de los hechos. La obra presenta un estilo lingüístico propio del periodismo.
Elaboración Literaria
Por otro lado, hay una cuidada elaboración literaria que se observa en los siguientes rasgos:
- Realismo mágico: Aparición de elementos mágicos en un entorno o narración realista. La crónica se convierte en literatura porque los hechos se mitifican, se vuelven maravillosos. Se presentan exageraciones o hiperbolizaciones propias de ese mundo, como la de una bala que atraviesa la plaza del pueblo y se convierte en polvo.
- Aunque el argumento se basa en un hecho real, el autor le otorga un espíritu de grandiosidad que lo acerca al ámbito de la tragedia. Por ejemplo, la forma de matar a Santiago Nasar es tan atroz que el autor ha hecho que los asesinos sean matarifes de cerdos.
- Al final de la obra, los esposos separados la misma noche de bodas se reconcilian en Manaure tras dos mil cartas escritas por Ángela Vicario. Esto convierte la historia trágica en una historia de amor con un final más propio del drama que de la tragedia.
- Técnicas de estructuración: La novela se estructura en distintos planos temporales con un enfoque multiperspectivo (memoria del narrador, las cartas de su madre, el informe del juez, etc.).
En definitiva, es una novela, pero algunas páginas conservan descripciones periodísticas. En la Crónica coinciden el periodista y el novelista; se funden la narración objetiva y la ficción narrativa.
El Perspectivismo en la Obra
Desde el punto de vista de la perspectiva, desde el principio aparece un narrador en primera persona que domina el relato. Pronto se presenta al lector la «situación básica» del narrador: es un cronista que ha vuelto al pueblo para reconstruir los hechos sucedidos años atrás, en los que también participó y de los que fue testigo. Esta doble condición de narrador y personaje lleva al empleo de la forma autobiográfica.
El narrador, en su afán por reconstruir el pasado, además de su memoria personal como testigo, se sirve de varias fuentes, dándole un enfoque multiperspectivo (sumario del juez, informe de la autopsia, las cartas de su madre, etc.).
En general, en los pasajes narrativos, que suelen ser breves, el punto de vista del narrador se manifiesta con cierta objetividad; en cambio, en las descripciones está mucho más impregnado de subjetividad y fantasía.
La Fatalidad como Resultado de las Torpezas Humanas
Crónica de una Muerte Anunciada se publicó en 1981. El título contiene todos los elementos básicos de la fatalidad. El inicio de la novela arranca con la anunciación de la muerte del personaje, que está condenado de antemano.
El destino domina la historia hasta convertirla en una tragedia en sentido fatal. El destino es labrado por las persistentes torpezas humanas que llevan a un mismo resultado trágico. Estas torpezas son variadas:
- Primera contradicción: Todo el pueblo sabe que los Vicario van a matar a Santiago Nasar, menos él, que no se entera hasta el final. La contradicción se presenta como una realidad de la trama, la torpeza humana. Por eso resulta convincente y contribuye a crear la atmósfera trágica.
- Segunda contradicción: En una sociedad cerrada y puritana donde todos se enteran de todo, Ángela Vicario había perdido la virginidad con un joven del pueblo y tal hecho no se supo. También aparece como pura fatalidad del destino.
A estas contradicciones se suman fatídicamente el resultado de ciertas ambigüedades. La obra está organizada en la ambigüedad esencial acerca de quién cometió el crimen del que es víctima Ángela Vicario. La sensación que se le da al lector es que Santiago Nasar fue asesinado por algo que probablemente no cometió. Pero cuando Ángela, años después, revela la verdad al narrador, nadie le cree.
Las contradicciones y ambigüedades despojan a los personajes del control de las acciones, se les escapan fatalmente de las manos.
El narrador comenta sobre las numerosas casualidades que se observan en el relato de los hechos. Las casualidades son muchas: Santiago, que casi nunca salía de casa por la puerta de enfrente, ese día lo hizo… Allí lo esperaban los Vicario para matarlo.
Todas estas casualidades no son otra cosa que auténticas torpezas humanas que causan la tragedia. Los habitantes del pueblo son especialmente torpes a la hora de interpretar los hechos que les rodean. Se equivocan tanto que posibilitan la tragedia.
En conclusión, los personajes de esta novela son esclavos indefensos del destino, que se realiza a través de las múltiples torpezas que cometen los figurantes de la tragedia. Tanta equivocación, tanta casualidad, conducen inexorablemente al mal.
El Honor como Factor Desencadenante de la Tragedia
Crónica de una Muerte Anunciada se publicó en 1981. En ella se refleja una moral conservadora, determinados tabúes, el deseo de venganza y el apego a ciertas tradiciones. Esta moral es la causante de que el honor sea una cuestión de suma importancia, una norma de vida por la que se debe incluso matar. En este sentido, la obra se puede relacionar con muchos dramas del Siglo de Oro español, donde esta temática está presente: El Castigo sin Venganza (Lope de Vega), El Alcalde de Zalamea (Calderón de la Barca). El honor, en esta y en otras obras dramáticas barrocas, gira en torno a tres figuras: el ofensor, el agraviado y la mujer.
Los personajes femeninos exigen a sus padres, maridos o hermanos la reparación a la que están obligados para restablecer el orden de la moral colectiva. Mientras la venganza no se cumpla sobre el ofensor, la víctima es rechazada por la comunidad. Esta venganza se produce por obediencia de la razón a este código. La venganza se convierte en un deber inexcusable para no caer en el deshonor.
Cuando la misma noche de bodas Bayardo San Román devuelve a su novia a sus padres por no ser virgen, se le va a aplicar el código del honor vigente en el pueblo: la honra solo se restaura con la muerte. Aun así, el pueblo no censura la prostitución. Incluso la educación recibida prepara el comportamiento posterior ante «un crimen de honor».
Los hermanos Vicario, señalados por las circunstancias para ejecutar al ofensor, a pesar de no ser hombres sedientos de venganza, mataron a Santiago Nasar por cumplir con la educación que habían recibido. Si lo asesinan es por cumplir un deber que no parece gustarles mucho.
No se arrepintieron nunca porque sabían que habían obrado de acuerdo con el código de honor reinante en su pueblo. Este código es aceptado también por las mujeres.
El código del honor está tan absolutamente aceptado que nadie en el pueblo se pregunta por qué carece de importancia que María Alejandrina hubiera arrasado con la virginidad de toda una generación masculina, mientras que sí la tiene, y de modo trágico, que Ángela Vicario la hubiera perdido con quien fuera.
Se combina en esta muerte una venganza particular y una ejecución pública. Los Vicario aguardan a Santiago Nasar en la tienda de Clotilde Armenta, el principal centro de reunión del pueblo. Al pueblo le corresponde castigar al ofensor para restaurar el orden social. La sentencia del juez avala el sentimiento colectivo.
En conclusión, García Márquez ha expresado una crítica irónica al código del honor imperante en el pueblo de los Vicario, el verdadero desencadenante de la tragedia a la que el lector ha asistido.
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