23 Nov
LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DEL Siglo XIX.
LA AGRICULTURA Y SUS CAMBIOS.
Transformaciones en la propiedad agraria. España era un país fundamentalmente agrario con una distribución de la propiedad de la tierra muy desigual.
Eran grandes propietarios la Iglesia, los municipios o concejos y la nobleza, que disfrutaba de mayorazgos y de señoríos. Con la revolución liberal estas formas de propiedad van a cambiar y se va a implantar la propiedad privada de la tierra. Con la desamortización se ponía fin a la propiedad amortizada de la Iglesia y de los municipios. La desamortización no se concibió como una medida redistribuidora de La propiedad tendente a favorecer a los campesinos sino como una Operación destinada a allegar fondos a la Hacienda y reducir la carga de La deuda pública.
Sobre la supresión de los mayorazgos, por un decreto de 1836, sus titulares podían vender las tierras o mantener la propiedad plena. Por fin, en cuanto a la abolición de los señoríos de la nobleza, por otro decreto de 1837, los señores transformaron el señorío en propiedad privada en contra de los deseos de los campesinos. Sobre la desamortización, aunque iniciada por Godoy en 1798, el golpe mortal para los bienes de la Iglesia provino de la desamortización eclesiástica de Mendizábal y de Espartero . Más adelante, con la desamortización de Madoz en 1855 se puso en venta bienes del Estado, de la Iglesia y de los municipios , sin duda, la institución más afectada por esta nueva desamortización.
La gente adinerada pudo adquirir tierras, en cambio, los campesinos, sin recursos, no pudieron participar en las compras. Se empeoraron, por tanto, las condiciones de vida de los pequeños campesinos, acostumbrados a completar sus rentas con los bienes municipales. Ambas desamortizaciones podrían haber creado una nueva clase de pequeños propietarios agrícolas, pero no fue así. En general, no se modernizó la agricultura, ni se invirtió en nueva tecnología.
La agricultura siguió siendo tradicional y explotada por jornaleros sin tierra. Evolución de la agricultura en el siglo XIX. Los cambios analizados junto con la mejora de los transportes, El aumento de la población y la política proteccionista de los Gobiernos moderados a favor de los cereales contribuyeron a incrementar La producción agrícola. El cultivo de la patata y el maíz, sobre todo en el norte y en las zonas de regadío del interior, el trigo y otros cereales, el olivo y la vid fueron los cultivos predominantes.
A finales de siglo, la política proteccionista se acentuó para intentar frenar la crisis agraria que atravesaban los cereales del interior, para no perder los mercados de la España periférica, ya que su precio era más caro que el importado de EE. Por lo que respecta a la vid, ésta conocíó una etapa de auge excepcional al verse arrasadas las viñas Francesas por la filoxera lo que propició el incremento de las Exportaciones de vinos españoles a Francia. Sin embargo, el auge concluyó con la extensión de la filoxera por España y la caída de las exportaciones a Francia a partir de 1892. Un signo de cambio positivo fue, como se ve en el paso del Siglo XIX al XX, el aumento importante de la superficie dedicada a frutales y a cultivos de regadío.
LA INDUSTRIA Y LA MINERÍA. – La industria textil algodonera. Esta industria fue la primera en mecanizarse. La primera máquina de vapor en esta industria se instaló en 1833.
Entre 1830 y 1850 pasó a abastecerse del 20 al 75% de la demanda española. Después, la independencia de Cuba y Puerto Rico, será un duro golpe para esta industria. – La industria siderúrgica. La siderurgia se alimenta de hierro y de carbón.
España contaba con yacimientos de ambos, pero en zonas geográficas separadas. Por tanto, su localización en un lugar obligaba al transporte del otro componente necesario para la industria. En general se admite que la siderurgia española iba atrasada y que Ello fue perjudicial para el proceso industrializador global. Entre 1830 y 1860 la producción de hierro se concentró en Andalucía, en Marbella y Málaga, aprovechando sus minas de hierro.
Su nacimiento se explica por la calidad de su mineral de hierro, libre de fósforo, del que hacía uso el nuevo convertidor Bessemer para la fabricación de acero. Otra razón fue el capital acumulado por empresarios vascos con la Exportación de mineral de hierro que sirvió de base para la instalación De empresas. El desarrollo de la siderurgia vasca propicio el de otras ramas, como las navieras y las construcciones metálicas Periodo 1844–1855. Facilitó la especulación y el negocio sucio.
Se construían las líneas con capital español y con subvenciones del Estado, pero la falta de iniciativa, tanto estatal como privada, y de capitales hacia muy lenta su construcción. La ley facilitó la formación de sociedades anónimas ferroviarias, prevéía el pago de subvenciones estatales y permitía la importación de material ferroviario. También provocó una gran inversión de capitales, tanto españoles como extranjeros, destacando, con mucho, el capital francés. Entre las compañías ferroviarias, constituidas para la construcción y explotación de la red, destacan la MZA La crisis de 1866, el posterior crecimiento de la red.
La crisis de 1866 frenó el ritmo de construcción. Se unieron las repercusiones de una crisis internacional con las de una depresión interna . Con todo, la crisis fue coyuntural pues el ferrocarril tuvo efectos positivos para la economía española. Facilitó el intercambio de personas y mercancías entre las distintas regiones, contribuyendo a la articulación de un mercado interior, especialmente en cereales y tejidos.
Además, se incrementó la presencia de capital español en las compañías ferroviarias . También comenzó el ferrocarril a ejercer de arrastre de la industria siderúrgica y metalúrgica nacional .
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