12 May
Las vanguardias son un conjunto de movimientos artísticos de carácter internacional de principios del Siglo XX caracterizados por el afán de ruptura con la tradición previa y el compromiso social y político.
Los principales movimientos vanguardistas son Futurismo, Cubismo, dadaísmo, Surrealismo, expresionismo, ultraísmo y creacionismo.
El Futurismo reivindica un arte dinámico, vitalista e iconoclasta, que busca nuevas formas de belleza en la acción, el movimiento y la velocidad. Sus principales valedores son Marinetti y Maiakovski.
El Cubismo se refiere al movimiento pictórico integrado por Picasso, Braque y Juan Gris, entre otros, que buscaban descomponer la realidad y recomponerla en figuras geométricas.
El dadaísmo nace en el seno del Cabaret Voltaire de Zúrich durante la Primera Guerra Mundial, de aquí su antirracionalismo y su rechazo al progreso burgués que había conducido a la guerra.
El Surrealismo es la vanguardia histórica de mayor trascendencia y duración, y abarcó tanto la poesía, como el cine o la pintura. Sus principales propuestas son la liberación del hombre y sus impulsos y la defensa de la autonomía del arte, independiente de razón y de moral.
El expresionismo surge en la Alemania anterior a la Primera Guerra Mundial y es uno de los movimientos de vanguardia de mayor difusión internacional. Sus principales carácterísticas son el rechazo al arte realista, la crítica de la sociedad burguesa, la expresión cruda y sin adornos y, en novela, la experimentación a través de la narración simultánea, etc.
Las vanguardias hispánicas
La influencia de las vanguardias europeas generó dos movimientos propios del ámbito hispánico: el ultraísmo y el creacionismo.
El ultraísmo surge de la mano de Rafael Caninos Assens y Guillermo de Torre y se identifica por su rechazo a la tradición literaria y el uso de un estilo antisentimental y amoral.
El creacionismo muestra su rechazo al Modernismo y busca una poesía pura. Sus principales autores son Vicente Huidobro y Gerardo Diego.
NARRATIVA 98
Se instala una visión pesimista de España como país enfermo, a la que tratarán de hacer frente los planteamientos regeneracionistas. Generación del 98
La generación del 98 está formada por el denominado Grupo de los Tres (Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín), al que se añaden posteriormente Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet y, puntualmente, Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán.
Los principales rasgos comunes a los autores de la generación del 98 son: contaban con una edad aproximada, compartían ideas políticas liberales, manténían una postura crítica frente al retraso de España y participaron activamente en revistas y publicaciones que promovieron las nuevas ideas.
Los temas son: la regeneración de España, asociada a valores espirituales y éticos y a la búsqueda en la tradición y la historia españolas; el existencialismo, presente en el enfrentamiento entre fe y razón, la búsqueda de sentido y el vacío vital; y la influencia determinista del paisaje en el carácter.
Las principales carácterísticas son: la sobriedad y la escasa ornamentación, el tono reflexivo, la escasez de acción y la ausencia de sensualismo.
El género esencial para transmitir las ideas noventayochistas es el ensayo.
La narrativa noventayochista se caracteriza por el uso de un protagonista único y la importancia del diálogo.
Azorín modificó su ideología desde el anarquismo juvenil hasta el conservadurismo de su madurez.
Los temas de su obra son la necesidad de regeneración, la reflexión sobre personajes clásicos de la literatura española, la preocupación por el paso del tiempo, la lucha entre voluntad y abulia y la contemplación del paisaje
Los rasgos principales de su estilo son: el uso de elementos autobiográficos, la abundancia de descripciones minuciosas y evocadoras, el lenguaje claro y sencillo y la escasez de trama narrativa.
Obras son: La Voluntat y Antonio Azorín. Sus principales ensayos son: El alma castellana
Miguel de Unamuno fue uno de los intelectuales más prestigiosos de su época cuya ideología cercana al socialismo quedó eclipsada por una profunda crisis espiritual que lo llevó al existencialismo.
Los temas fundamentales de su obra son la decadencia de España, el sentimiento trágico de la vida, es decir, la lucha tiempo-muerte, y la concepción de la vida como agonía.
En la obra narrativa de Unamuno destaca el género de la nivola, que son narraciones caracterizadas por la escasez de descripciones, la importancia del diálogo y la presencia de personajes agonistas. Sus principales nivolas son: El sentimiento trágico de la vida.
Pío Baroja fue un prolífico autor de novelas, ensayos, obras de teatro y una gran obra memorialística.
Los principales temas de la obra y el pensamiento de Baroja son: la importancia de la filosofía moderna, la idea de resignación y ataraxia, el escepticismo, el vacío vital y la situación de España.
El estilo literario se caracteriza por la sencillez y naturalidad y la importancia de los diálogos.
Ramón María del Valle-Inclán experimentó una evolución literaria desde el Modernismo hasta planteamientos revolucionarios e innovadores
Las principales carácterísticas de la obra de Valle-Inclán son la preocupación por temas como amor, religión y muerte, la recreación del mundo rural, la presencia de la violencia y los instintos y la crítica sociopolítica de España.
El estilo se caracteriza por el amplio registro lingüístico, y el uso de innovadoras metáforas y neologismos.
Antonio Machado
Por sus ideas republicanas y de izquierdas, se vio obligado a emprender el exilio tras la Guerra Civil
Las principales carácterísticas de la obra de Antonio Machado son la diversidad de influencia, la actitud crítica ante el problema de España y el simbolismo.
Los temas principales de su obra son el inevitable paso del tiempo, el paisaje de Castilla, el amor y los sueños.
Los principales rasgos del estilo de Antonio Machado son el uso de un lenguaje depurado, la preferencia por el “adjetivo definidor” frente a la metáfora y la variedad métrica.
Poesía Modernismo
La visión del mundo de la época pasó del positivismo al irracionalismo y el pesimismo, que dieron lugar a estilos de vida caracterizados por el decadentismo, como la bohemia.
Modernismo literario surgíó en Hispanoamérica de la mano de autores como José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera o Rubén Darío.
Sus principales influencias son: el parnasianismo, que aporta el gusto por la perfección formal y el desprecio del sentimentalismo, además de la incorporación de elementos clásicos, exóticos e históricos; y el simbolismo, por el que incorporan el análisis del mundo a través de un conjunto de símbolos.
Características-
El rechazo a la realidad histórica que sentían los modernistas se reflejó en aspectos como: un espíritu anticolonialista y antiburgués, crítico con los valores religiosos y morales tradicionales, y contrario a las corrientes artísticas del momento.
Se puede dividir en dos etapas
La primera, con influencia del parnasianismo, Azul… (1888) y Prosas profanas (1896); y la segunda, más simbolista y atenta a la exploración del alma, Poesía modernista
Los temas son siguientes: la evasión mediante escenarios ideales y la incorporación de personajes mitológicos y religiosos; la crisis espiritual, que exaltan lo irracional mediante elementos fantásticos o misteriosos; el realce de la sensualidad y el erotismo, a menudo con la presencia de la mujer fatal; y el reflejo del cosmopolitismo y de actitudes antiburguesas, como el dandismo y la bohemia.
El estilo se caracteriza por reflejar el irracionalismo (que se manifiesta mediante la sintaxis impresionista o el empleo de símbolos), la exaltación de lo sensorial y el deseo de evasión
Rubén Darío es una figura clave del Modernismo literario, pues no solo consiguió una obra paradigmática del estilo modernista, sino que también fue su principal difusor por Europa.
Obras
Azul y Prosas Profanas
Manuel Machado
Manuel Machado fue uno de los principales modernistas españoles
Su poesía es muy sensual, alterna distintos tonos poéticos y se caracteriza por fundir los rasgos típicamente modernistas con el sentir andaluz. Como la mayoría de modernistas españoles, evoluciónó de una poesía muy sensorial a otra más evocadora, contenida y espiritual.
Sus principales obras son las siguientes: Alma, El mal poema
La poesía del Grupo del 98
La poesía de la Generación del 98 pertenece a la misma época que el Modernismo, aunque la poesía es un género menos utilizado por sus componentes que preferían la prosa.
Las carácterísticas de estas obras se centran en las mismas inquietudes y en los mismos temas: la expresión de sentimientos de melancolía y nostalgia, el paso del tiempo, recuerdos y muerte. Sin embargo, la poesía del Grupo del 98, que además se desarrolla principalmente en España, muestra la insatisfacción ante la realidad que les evocaba la situación del país y se centra en temas patrióticos, preocupación religiosa y críticas sociales. En cuanto al estilo de estos autores, destaca por su naturalidad y sobriedad, que evita en todo lo posible los elementos meramente ornamentales, bajo la influencia de autores como Bécquer o Rosalía de Castro. Los noventayochistas se alejan de la literatura de su época por su tono reflexivo, por la pérdida del sensualismo y por emplear la literatura para la expresión de ideas. También apuestan por un lenguaje más sencillo y personal dando más importancia al contenido. Los autores de este grupo se caracterizan por estar marcados por la decadencia de España y el desastre del 98, situación que ha llevado a la población a caer en la apatía y el desinterés. Por tanto, analizarán los males que hay en España y propondrán soluciones en sus obras, rebelándose así contra el atraso del país. Destaca Miguel de Unamuno con una notable producción lírica de gran carga filosófica y personal en títulos como El Cristo de Velázquez y Romance del desierto. Pero la lírica noventayochista encuentra en la obra Campos de Castilla, de Antonio Machado, su mayor y más célebre expresión. Allí, Machado desarrolla su visión del paisaje castellano, el tema del amor y la muerte y finalmente reflexiones y opiniones sobre temas universales el mito bíblico
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