30 Jul
Estándar 29
En el mapa histórico se representa el proceso de formación y expansión de la Monarquía Hispánica de los Reyes Católicos. La llamada «uníón dinástica» es un pacto matrimonial entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1469) que culminaba, como vemos, en 1479, cuando Fernando es coronado rey de Aragón, mientras que Isabel ya había sido coronada tras su victoria en la Batalla de Toro (1476). El matrimonio no supuso la uníón de las 2 coronas, se conformó un Estado plural y no unitario, que solo tenía en común una misma monarquía. Cada corona mantuvo sus leyes, monedas, instituciones y Cortes; así, en Castilla seguía existiendo un modelo diplomático, donde el rey escuchaba las opiniones de las cortes y atendía las propuestas a cambio de aportaciones económicas y respetar los fueros. En el mapa vemos la unificación del terreno hispánico con el tema de Granada (1492), la conquista de las islas de realengo de Canarias (Gran Canaria 1483, Las Palma 1493 y Tenerife 1496), conquistas en el norte de África (Melilla, Orán) y la incorporación de Navarra (1512). Este nuevo Estado se caracterizaba por ser una monarquía autoritaria (especialmente en Castilla), con los reyes intentando limitar el poder a nobles y clero. También se crearon unas nuevas instituciones: ejército propio permanente, cuerpo de embajadores y corregidores (control de las ciudades); y se reorganizan instituciones existentes: se aparta a la gran nobleza del Consejo Real, se resta protagonismo a las Cortes de Castilla y se da a las Audiencias potestad para administrar justicia. Las finanzas estuvieron pésimamente administradas, se despilfarraron riquezas y se gastaba mucho en guerras y burocracia. Los reyes tuvieron que pedir préstamos, lo que llevó al Estado en varias ocasiones a la bancarrota en el futuro. Por otro lado, los Reyes Católicos impusieron la unidad religiosa en torno al catolicismo como medio para integrar y unificar a la totalidad de los habitantes de sus reinos. Esto lo logran mediante la persecución de los que cuestionan la fe católica por medio de la creación del Tribunal de la Santa Inquisición (1478), la conversión forzosa de los moriscos (1491), la expulsión de los judíos (1492) y la creación de la Santa Hermandad (control del campo, 1476).
Estándar 45
Podemos observar en este mapa histórico la nueva estructura administrativa que impone en España el primer rey Borbón, Felipe V, a comienzos del Siglo XVIII. La primera y más trascendental reforma que llevó a cabo Felipe V fue la promulgación de los Decretos de Nueva Planta. Estos decretos suprimieron los fueros y las instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón y se fueron aplicando de forma sucesiva a aquellas zonas que no apoyaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión: en 1707 se aprobaron los de Valencia y Aragón, en 1715 los de Mallorca y en 1716 lo de Cataluña. Por medio de estos decretos se impónían en ellos las leyes e instituciones de Castilla. El desarrollo del absolutismo monárquico implicaba eliminar cualquier tipo de poder que pudieran contrarrestar el del rey. Felipe V procedíó también a eliminar las Cortes de esas zonas, dejando únicamente las de Castilla, pero incluso éstas quedaron vacías de todo contenido político, y se convocaban muy pocas veces y sólo para asuntos menores. El definitivo ascenso al trono español de Felipe V implicó profundas reformas en la organización política y territorial de España. Estas reformas tendrán dos objetivos fundamentales: reforzamiento del poder real y centralización y uniformidad administrativa. Uno de sus resultados fue que por primera vez se puede hablar con propiedad de un «Estado español». La monarquía española de los Austrias había sido una aglomeración de Estados, cada uno con sus propias leyes e instituciones. Con el nuevo enfoque absolutista y centralizador de los Borbones, todas las medidas de gobierno debían proceder del rey y de sus ministros y dichas medidas debían aplicarse a todos los súbditos por igual.
Felipe V, llevó a cabo una serie de reformas políticas y administrativas: a. Como podemos ver en el mapa, España se divide en regiones militares y demarcaciones provinciales, al frente de las cuales estaba un Capitán General. Una de esas capitánías es la de Canarias. En un primer momento, la sede de la Capitánía estuvo en la ciudad de las Palmas de Gran Canaria, aunque en el momento de la llegada al poder de Felipe V ya se había trasladado en 1656 a San Cristóbal de La Laguna (Tenerife). B. El Capitán General también estaba al frente de las reales audiencias, con competencias judiciales. De este modo, los capitanes generales representaban el poder absoluto del rey en el territorio en el que actuaban. Sin embargo, en las colonias americanas sí que continuaron los
virreinatos con sus respectivos virreyes al frente como representantes del rey. La Real Audiencia de Canarias se encontraba en la ciudad de las Palmas de Gran Canaria. C. De Francia trajo la figura del intendente: eran funcionarios dependientes del rey que tenían como misión principal recaudar impuestos. En Canarias, la sede de la Intendencia estuvo en Santa Cruz de Tenerife. D. El poder municipal recayó en los Corregidores, una institución castellana que se extiende a toda España. Estos Corregidores eran nombrados por el rey. E. En cuánto a la Administración Central, se sustituyeron los Consejos, organismos de gobierno de la época de los Austrias, por las Secretarías de Despacho, antecedente lejano de los actuales ministerios. F. La aplicación de un solo derecho común castellano para todos los súbditos, con la consiguiente anulación de usos, costumbres y de derechos particulares. G. La aplicación de una sola lengua administrativa, el castellano, excepto en la Sala de Vizcaya de la Audiencia de Valladolid, en la que se permite el uso del euskera. H. En el ámbito fiscal, se impuso un sistema de contribución única. Cada reino debía recaudar una cantidad fija, según su peso demográfico y riqueza. Sólo se respetó la tradición fiscal de las provincias vascas y Navarra.
Deja un comentario