17 Mar

El Cubismo

Pablo Picasso y Georges Braque procuraban llegar a su esencia formal. Para lograrlo, comenzaron a geometrizar las formas, a utilizar los colores de manera planimétrica y a crear una nueva realidad: no como se ve, sino como se piensa.

A la representación espacial de la perspectiva renacentista, el cubismo opuso un espacio donde el objeto se percibe desde múltiples puntos de vista.

Visión simultánea, es decir, la fusión de las distintas vistas de una figura o de un objeto en una sola imagen.

Autonomía del cuadro. Frente al objetivo de la pintura tradicional de imitar la naturaleza respetando su organización, el cubismo propuso que el cuadro se rigiera por sus propias leyes.

Las Fases del Cubismo

El cubismo no fue un movimiento homogéneo, sino que se desarrolló en etapas. La división más tradicional la realizó el propio Juan Gris, quien distinguió:

Cubismo Analítico

Los cuadros de este periodo se organizan en complejos entramados de líneas sobre los que se descompone la figura hasta llegar a confundirse con el fondo.

La compleja apariencia de estos cuadros propone una visión personal para que el espectador pueda reconstruir, en su mente, una imagen global del objeto pintado. Con el fin de ayudar a la interpretación de líneas y de planos, se pintaba una serie de detalles realistas y se agregaba un título que colaboraba en la asociación de los elementos. En estos cuadros prevalece el uso de la línea recta y de los colores pardo siena, gris y azul.

Cubismo Sintético

Fue la segunda fase del cubismo, la cual se llamó sintética porque los artistas reconstruyeron las formas por medio de los planos esenciales de sus lados, con lo cual lograron una síntesis del objeto que debían representar. No se buscaba representar el objeto según la imitación de la naturaleza, sino sobre todo mostrar una idea de ese objeto. Fue el momento de construir una nueva realidad de colores vivos y alegres y de poner fin a la austeridad monocromática del cubismo analítico.

Surrealismo

Los orígenes del surrealismo se encuentran en la revista Littérature, fundada en 1919 por los poetas André Breton y Philippe Soupault. En el proyecto, además, participaron otros poetas que habían formado parte del dadaísmo.

En París, Breton manifestó: «El surrealismo es automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento».

Los surrealistas afirmaron la autonomía de la imaginación y concibieron el arte como una representación de la psiquis humana. Su estilo se refleja precisamente como el movimiento y que significa por encima del realismo.

En 1925 se realizó la primera exposición surrealista de pintura, de la cual participaron:

  • Salvador Dalí
  • Yves Tanguy
  • René Magritte

Artistas que alcanzaron una importante proyección internacional.

A pesar de las grandes diferencias en cuanto a los tipos de imágenes y las técnicas empleadas, los surrealistas estaban unidos por la idea de reivindicar la autonomía de la imaginación y la creencia en la capacidad expresiva del subconsciente. Así, las imágenes tomadas de la realidad y presentadas en un contexto absurdo fueron el medio más adecuado para representar el mundo de los sueños y para mostrar su falta de lógica.

El Lenguaje Surrealista

Debido a la libertad que defendía, el surrealismo presentó un lenguaje heterogéneo que se manifestó en dos vertientes: por un lado, el automatismo psíquico de Ernst, Miró y André Masson, quienes optaron por utilizar diversas técnicas como el frottage, el grattage o la calcomanía para dejar que el inconsciente fluya. Así, crearon estructuras abstractas que en un principio no representaban nada, pero inducían al espectador a ver cosas en ellas.

El Cine Surrealista

El cine también le ofreció al surrealismo la posibilidad de transmitir sus visiones fantásticas al público.

El film nació después de tres días de conversaciones sobre sus sueños y fantasías. La trama es inconexa y parece un sueño: en un momento del film, por ejemplo, de un agujero negro en la palma de una mano, sale un batallón de hormigas; luego, esta imagen se une con otra que muestra el vello de la axila de una chica tirada en la playa.

Argentina a principios del siglo XX

El nuevo siglo encontró a la Argentina en una etapa de modernización. Se incorporaron de manera definitiva nuevos inventos científicos y destacados adelantos técnicos, cifrados en el automóvil, el aeroplano, el agua corriente, el cine y el gramófono. Por otra parte, hubo un crecimiento notable en la producción de carnes y de cereales. Se sumó una gran inmigración europea que hizo que, entre 1870 y 1914, la población del país creciera cuatro veces y medio. Como consecuencia del cambio demográfico, aumentó la construcción de viviendas, paseos, avenidas, monumentos, escuelas y hospitales. Como en muchas partes del mundo, la modernización urbana trajo sus consecuencias en el plano social: explotación laboral, hacinamiento, exclusión.

En el campo cultural surgieron asociaciones e instituciones mientras crecía el número de artistas y aumentaba el público, ávido de consumir las nuevas producciones. Asimismo, se afianzaron las instituciones artísticas que se habían creado en el siglo anterior, como el Museo Nacional de Bellas Artes y la Academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. El premio Europa permitió a los pintores completar sus estudios en el viejo continente, donde tenían la oportunidad de conectarse con los movimientos más modernos.

En 1902, Martín Malharro presentó cuadros en los que se advertía la influencia que había dejado en él el impresionismo durante su estadía en París. En su obra se observa el abandono de la imagen como un hecho narrativo y su interés por el motivo pictórico.

El nuevo siglo encontró a la Argentina en una etapa de modernización, se incorporaron inventos científicos, adelantos técnicos como el automóvil, el aeroplano, el agua corriente, el cine y el gramófono. La modernización urbana trajo sus consecuencias en el plano social: explotación laboral, hacinamiento, exclusión. En el campo cultural surgieron asociaciones e instituciones como el Museo Nacional de Bellas Artes y la Academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.

Se considera que Xul Solar y Emilio Pettoruti son los mayores exponentes de las vanguardias porque fueron quienes sentaron las bases de transformación que se generó en las primeras décadas del siglo XX.

Pettoruti nació en La Plata en 1892. Juan Gris le abrió las puertas del cubismo.

En 1924 expuso sus cuadros junto con Xul Solar, exponiendo sus cuadros por primera vez en Buenos Aires. Así, ambos artistas demostraron que habían traído a la Argentina las nuevas estéticas y técnicas de las vanguardias extranjeras.

En su obra Sol Argentino, la luz toma un papel central. En esta pintura, Xul Solar, en cambio, utilizaba la transparencia y símbolos en su obra Jefa. En esta pintura, el naranja es el protagonista. Juan Gris, en su pintura Frutero y botella de agua, superpuso las formas y da la impresión de objetos en movimiento.

La similitud que tienen las obras de Pettoruti con las de Juan Gris es que ambos pintaban naturaleza muerta y usaban colores puros. En cambio, Xul Solar fundía lo real con lo imaginario; sus colores eran vivos y para pintar utilizaba acuarelas.

Xul Solar

Xul Solar, cuyo nombre real era Alejandro Schulz Solari, nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, en 1887 y pasó su juventud en distintos países de Europa. En esas tierras comenzó a investigar sobre las religiones, la astrología y la filosofía, temas que abordó durante toda su vida.

En la exposición de 1924, Xul presentó imágenes insólitas que eran el producto de las experiencias vividas en Europa. En esta primera etapa de su carrera, quizás la más rica, utilizaba la transparencia y pintaba un mundo propio plagado de numerosos símbolos: flechas, números, letras, signos alquímicos y astrológicos, cruces y elementos de la religión cristiana.

Su poética se apoyaba en la teosofía, en los ritos precolombinos y, sobre todo, en sus investigaciones astrológicas. Estas últimas lo llevaron a relacionar su concepción de la pintura con el lenguaje, la música, el teatro, los juegos, la matemática y la arquitectura.

Xul Solar fundía lo real y lo imaginario no solo en su obra, sino también en su vida diaria. Lo onírico traspasaba el mundo de los sueños para instalarse en el mundo real y él se consideraba a sí mismo un pintor realista, porque pintaba lo que había visto en sus visiones.

Hacia el final de su vida, comenzó una serie de cuadros con frases que podrían ser leídas si se conocía el código. De este modo, supo crear una verdadera escritura plástica.

La Obra de Xul Solar

La tarea creativa de Xul Solar excede ampliamente el ámbito de lo pictórico. Sus investigaciones y búsquedas espirituales lo llevaron, por ejemplo, a inventar religiones, idiomas, juegos. En el área del lenguaje, propuso la creación de un lenguaje propio al que denominó creol y también planteó una forma lingüística que denominó panlengua.

El creol o neocriollo se basa en formas modificadas del español y del portugués con el agregado de algunas palabras del inglés y del alemán.

Creó el panajedrez o panjuego, un entretenimiento basado en la astrología que permite formar palabras, inventar acordes musicales o temas pictóricos y plantear problemas matemáticos.

Xul Solar ideó un teatro de títeres y un sistema matemático astrológico. Creó doce religiones basadas en las ya existentes y ordenadas según una concepción relacionada con los astros. También modificó el piano tradicional coloreando las teclas para relacionar el color con el sonido.

Todas sus acciones tenían la intención de promover la comunicación entre los hombres. Sus concepciones del lenguaje, sus trabajos de pintura y sus investigaciones astrológicas podrán interpretarse de distintas maneras, pero todas tendían hacia ese objetivo: la comunicación.

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