22 Ene

David Hume: Empirismo, Ética y Política

El Problema de la Ética

Naturaleza Humana y Moral

Hume aplica el método experimental de Newton al estudio de la naturaleza humana para aportar rigor a las ciencias del hombre. Trata de fundamentar la moral en el estudio de la naturaleza humana para saber qué es el bien y qué es el mal. Define su ética en Investigaciones sobre los principios de la moral (1751) frente al racionalismo moral: bien, mal o virtud dependen de la razón. Si la moral consiste en juzgar la acción como buena o mala, la razón es estéril frente a la acción, laudable o censurable, pero ni racional ni irracional. La razón descubre la verdad o falsedad de las proposiciones, mas no la bondad o maldad de las acciones.

Emotivismo Moral

La moral no se fundamenta en la razón, sino en la emoción. La moralidad es algo más sentido que razonado. Los actos son juzgados moralmente mediante el sentimiento que provocan sus consecuencias. El bien es agradable y el mal desagradable, una acción nos parece buena porque nos provoca placer y mala si nos desagrada. Lo bueno no es una cualidad objetiva accesible a la razón, sino un juicio subjetivo basado en la naturaleza humana. La ética de Hume se conoce como emotivismo moral y ha sido recuperada durante el siglo XX en la filosofía anglosajona.

Razón y Emoción

La emoción de agrado o desagrado es propia del sujeto, no del objeto analizado. Eliminada la posibilidad de un juicio moral basado en categorías racionales parece que Hume defiende el relativismo moral. Sin embargo, afirma que la naturaleza humana es objetiva, por ello, los sentimientos de agrado o desagrado son universales. La originalidad de Hume reside en la importancia que otorga a la emoción frente a la razón en la vida moral, «la razón es y debe ser esclava de las pasiones». La simpatía, sentir cómo sienten otros, es propio de la naturaleza humana; la maldad, incapacidad de empatizar, es una carencia de la naturaleza humana.

Falacia Naturalista

Hume critica la moral racionalista porque da un salto ilegítimo desde el ser al deber ser, «falacia naturalista» (Moore Principia Ethica, 1903). La ética se ocupa del ámbito del deber ser, juzga cómo deben ser los actos y sus consecuencias morales, no busca el ser sino prescribir lo que debe ser. El racionalismo parte de afirmaciones sobre Dios o la naturaleza humana e ilegítimamente pasa del ser o del no ser al deber o al no deber ser. De la percepción empírica de los hechos no se puede deducir un juicio moral, el deber ser se basa en la emoción que provocan los hechos. El racionalismo ético da un paso ilegítimo del ser, los hechos, al deber ser, la moral: falacia naturalista, tema fundamental en la ética neoempirista del siglo XX.

El Problema de la Política

Utilidad Política

Los actos morales son aprobados porque tienen utilidad política, provoca agrado lo que es útil y se reprueba lo que es malo para la sociedad. La utilidad social determina la bondad de los actos morales y deviene raíz de la ética y de la política. La política es la ciencia que estudia a los seres humanos como miembros de una sociedad que surge de forma natural por su utilidad. Para Hume, el núcleo de la sociedad es la familia: el ser humano descubre la utilidad y seguridad de vivir en sociedad desde que nace.

Naturalismo Político

Frente al contractualismo, Hume niega la hipótesis del «estado de naturaleza» de individuos sin comunidad afirmando el naturalismo político. Se enfrenta a Hobbes, individuos en un infierno de guerra perpetua, y a Rousseau, individuos pacíficos viviendo en un paraíso terrenal. No es posible el contrato social, ya que los contratos no pueden existir sin una sociedad que los reconozca previamente. El estado de naturaleza previo a la sociedad es una «ficción filosófica», los seres humanos sienten una tendencia natural a unirse y vivir en sociedad.

Realismo Político

La sociedad se organiza mediante la política, pero el derecho natural es insuficiente para mantener la seguridad, aparecen los gobiernos y las leyes. Hume rechaza la justicia abstracta del derecho natural, la política debe estudiar la realidad de cada caso particular (realismo político). El mejor sistema político será el que mejor se adapte a cada nación y la mejor decisión política será la que sea más útil a la sociedad. La política permite al ser humano superar su egoísmo al ponerse en el lugar del otro y participar en la utilidad de los actos políticos para el bien común.

Investigación sobre el Entendimiento Humano (1748)

Empirismo Radical

La base fundamental del empirismo es que la experiencia determina el origen y límites del conocimiento. Hume es un empirista radical, desarrolla con coherencia los principios del empirismo, y un escéptico moderado, crítico con el pirronismo. Reescribió su Tratado de la naturaleza humana (1739) en una forma más popular en:

  • Investigación sobre el entendimiento humano (1748).
  • Investigación sobre los principios de la moral (1751).

La Idea de Conexión Necesaria

En Investigación sobre el entendimiento humano, Hume expone su epistemología empirista para negar el innatismo racionalista. Todo nuestro conocimiento procede de los sentidos, la razón se compone de percepciones: impresiones e ideas, que se diferencian por su intensidad. Las ideas son copias debilitadas de las impresiones, la certeza de una idea procede de la impresión percibida: sin impresión la idea es ficticia. La idea de «conexión necesaria» entre causa y efecto no tiene una impresión que la respalde, tal conexión es un producto de la imaginación. La costumbre nos hace creer en una conexión necesaria de la causa que no existe en la realidad, aunque esta creencia es fiable dado su apoyo empírico.

Literatura Española Posterior a 1936: Lírica y Teatro

Poesía de Posguerra

En la inmediata posguerra se dan dos corrientes poéticas:

  • Poesía arraigada: cercana al Régimen, busca el esteticismo y la perfección formal. Destaca José García Nieto.
  • Poesía desarraigada: más interesante, trató temas existenciales y reflejó la miseria y la falta de esperanza. Destacan Dámaso Alonso (Hijos de la ira) y Blas de Otero (Ancia).

Poesía Social de los Años 50

Poetas de la poesía desarraigada comenzaron a escribir poesía social. Con un lenguaje fácil, denuncian los males de la sociedad de un modo realista. Expresan su desamparo ante Dios y las autoridades. Destacan Blas de Otero (Pido la paz y la palabra) y Gabriel Celaya (Cantos íberos).

Generación del 50

Ante el agotamiento de la poesía social, surge la generación del 50. Mayor cuidado del lenguaje poético, mezclado con lenguaje coloquial. Vuelven a temas clásicos como el amor, la amistad y la autobiografía moral desde un punto de vista irónico. Entienden la poesía como método de conocimiento de la realidad. Destacan Ángel González (Tratado del urbanismo), Jaime Gil de Biedma y Gloria Fuertes.

Novísimos

A partir de 1968, surgen los novísimos, poetas experimentales y vanguardistas que rechazan la poesía social. Temas novedosos (música pop, cine, cómic) con un lenguaje actual. Destacan Pere Gimferrer y Guillermo Carnero.

Poesía Contemporánea

La poesía contemporánea está marcada por el eclecticismo. Destaca la poesía de la experiencia con Luis García Montero, caracterizada por el lenguaje coloquial y la temática urbana.

Teatro de Posguerra

En los años 40, predomina un teatro burgués continuista. A partir de él, surge un teatro cómico más interesante, con Miguel Mihura (Tres sombreros de copa) y Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro). Ambos renovaron el teatro cómico con grandes dosis de absurdo y cierta crítica a la moral burguesa.

Teatro Social de los Años 50

El teatro de los 50 reflejó las inquietudes sociales de la época de un modo realista. Teatro simbólico, de lenguaje realista, donde los personajes expresaban la falta de libertad, la hipocresía, la desigualdad, la injusticia social y la explotación de la clase obrera. Destacan Antonio Buero Vallejo con Historia de una escalera y Alfonso Sastre con La mordaza.

Teatro Vanguardista

A mediados de los 60 se produce una renovación dramática, influenciada por el teatro vanguardista europeo. Se buscan personajes y escenarios simbólicos. Destacan Francisco Nieva (Pelo de tormenta), Fernando Arrabal (Pic-nic) y grupos como Els Joglars.

Teatro Actual

El teatro actual incluye obras realistas de autores como José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro), centradas en temas de actualidad (droga, delincuencia), y obras experimentales, como las de Angélica Liddell.

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