01 Ago

Las defensas externas

Son la primera línea defensiva del organismo. Impiden la entrada de los gérmenes dentro del cuerpo. Esta primera barrera es inespecífica.

Los mecanismos físicos

Se encuentran en la piel y las mucosas.

Mecanismos químicos

Incluyen diversas secreciones que destruyen o impiden el desarrollo de los gérmenes.

Mecanismos microbiológicos

Son la flora bacteriana autóctona que se desarrolla como comensal o en simbiosis en distintas partes del organismo.

El sistema inmunitario

Comprende un complejo conjunto de mecanismos que tienen los seres vivos para defenderse y rechazar las sustancias ajenas que penetran en su interior. Este sistema se pone en funcionamiento cuando el patógeno o sustancia extraña atraviesa la primera línea defensiva y constituye la defensa interna del organismo. Su reacción ante la entrada de un antígeno constituye la respuesta inmunitaria.

La respuesta inmunitaria inespecífica

Es la segunda línea defensiva del organismo.

Específica

Es la tercera línea defensiva del organismo y sus características son: la especificidad, la clonalidad, la autotolerancia y la memoria inmunológica.

Los órganos y los tejidos linfoides

Se diferencian, maduran y se acumulan los diferentes tipos de células inmunocompetentes que forman el sistema inmunitario.

Primarios

  • Son los órganos donde se diferencian y maduran los distintos tipos de linfocitos:
  • La médula ósea roja: en los mamíferos, los linfocitos B se diferencian y maduran en ella; en las aves, esto ocurre en la bolsa de Fabricio.
  • El timo: en él se diferencian y maduran los linfocitos T.

Secundarios

Los antígenos se acumulan e interaccionan con los diferentes tipos de linfocitos. Son:

  • Los ganglios linfáticos: se encuentran entre la red de vasos linfáticos.
  • El bazo: es un órgano situado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal.
  • El tejido linfoide asociado a mucosas: en el MALT se incluyen las amígdalas, los adenoides, el apéndice, las placas de Peyer, etc.

Las células inmunocompetentes

Son células que participan en la respuesta inmunitaria.

La línea mieloide

Sus células se forman y maduran en la médula. Se desplazan mediante seudópodos y tienen capacidad fagocítica; se denominan fagocitos. Tres tipos:

  • Los granulocitos: son los neutrófilos o microfagos, los eosinófilos y los basófilos.
  • Los monocitos: emigran de los capilares a los tejidos y aumentan su tamaño y su capacidad fagocítica convirtiéndose en los macrófagos; en conjunto constituyen el sistema retículo endotelial.
  • Los mastocitos: tienen un núcleo sencillo y se encuentran en el tejido conectivo y en las mucosas, y participan en la liberación de mediadores inflamatorios.

La línea linfoide

Incluye los linfocitos que intervienen en los mecanismos de defensa específicos en colaboración con los macrófagos. Tres tipos:

  • Los linfocitos B: se producen en la médula ósea y son los responsables de la inmunidad específica humoral, ya que producen anticuerpos específicos ante la presencia de un antígeno. Las células plasmáticas son grandes y tienen muy desarrollado el retículo endoplasmático, ya que producen una gran cantidad de anticuerpos. Los linfocitos B con memoria son menos numerosos que las células plasmáticas y similares a los linfocitos B vírgenes.
  • Los linfocitos T: se diferencian y maduran en el timo y pasan a los órganos linfoides secundarios. Linfocitos T citotóxicos o T8 tienen en su membrana una glucoproteína receptora denominada CD8. Linfocitos T auxiliares, T colaboradores o T4 tienen en su membrana una glucoproteína receptora llamada CD4.
  • Las células asesinas naturales o células NK: son un tipo de linfocitos mayores que los B y los T. Dos funciones: una acción citotóxica y una acción reguladora.

Los antígenos

Son aquellas moléculas extrañas a un organismo que, introducidas en él, desencadenan una respuesta inmunitaria específica dirigida a su destrucción. Son proteínas, polisacáridos complejos, etc.

Tipos

  • Según su estructura: están los antígenos particulares, solubles y haptenos.
  • Según su origen: xenoantígenos, isoantígenos y autoantígenos.
  • Según su estructura: dos tipos: MHC de clase I: se encuentran en la mayoría de las células nucleadas del organismo. MHC de clase II: se encuentran en células presentadoras del antígeno, como macrófagos, linfocitos B, etc.

Los anticuerpos

Son glucoproteínas presentes en el suero, los fluidos tisulares y la superficie de algunas células. Se producen en las células plasmáticas y reaccionan con los antígenos, que provocan su aparición, para neutralizarlos y destruirlos.

Su estructura y composición

La parte proteica está formada por dos cadenas ligeras (L) idénticas; estas cadenas tienen una región variable en el extremo amino-terminal y una región constante, del mismo tamaño, en el extremo carboxilo-terminal, son kappa y lambda. También está formada por dos cadenas pesadas (H) idénticas entre sí; tienen una región variable en el extremo amino-terminal y una región constante en el extremo carboxilo terminal. La parte glucídica son cadenas de polisacáridos unidos covalentemente a la región constante de las cadenas H.

La reacción inflamatoria

Es un mecanismo local e inespecífico que tiene como finalidad aislar, inactivar y destruir los agentes agresores y restaurar las zonas dañadas. Presenta cuatro síntomas: rubor, calor, dolor y tumor. Las células que intervienen son los fagocitos.

Etapas:

  • Producción del estímulo desencadenante.
  • Producción y liberación de mediadores de inflamación.
  • Las acciones desencadenadas por los mediadores en la zona afectada que son: vasodilatación de los capilares, aumento de la permeabilidad de los capilares, migración y activación de los fagocitos.

El sistema del complemento

Es un conjunto de proteínas, en su mayoría plasmáticas, que tienen función defensiva.

Funciones:

  • La destrucción celular: el sistema de complemento destruye las células invasoras mediante la rotura de su membrana, gracias a la formación, por parte de algunos componentes, de los llamados complejos de ataque de la membrana.
  • La activación de la inflamación: algunos componentes desencadenan la reacción inflamatoria y producen vasodilatación y aumento de la permeabilidad de los capilares y de las quimiotaxias sobre los fagocitos.
  • La opsonización: algunos de los componentes producen la opsonización de las células invasoras, facilitando su fagocitosis.

La respuesta inmunitaria celular

Se produce frente a: los microorganismos de crecimiento y desarrollo intracelular como las bacterias, las células extrañas a un organismo procedentes de otro individuo distinto, como ocurre en los trasplantes de órganos, y las células propias tumorales. Esta respuesta la realizan los linfocitos T citotóxicos y los linfocitos T auxiliares en colaboración con otras células, como los macrófagos, que actúan como células presentadoras del antígeno.

El proceso de activación

El reconocimiento del antígeno

Los linfocitos T solo reconocen antígenos cuando están en la superficie de ciertas células unidos a moléculas MHC propias. Cuando un antígeno extracelular es detectado por un macrófago, este se activa y lo fagocita. Si el antígeno es un patógeno intracelular, alguno de sus péptidos se une a moléculas de MHC tipo I, que los transportan a la superficie de la célula parasitada.

La activación de los linfocitos

Los linfocitos T auxiliares reconocen las moléculas MHC tipo II que llevan los macrófagos en su superficie, y los linfocitos T citotóxicos reconocen las moléculas MHC tipo I que están presentes en la superficie de las células del propio organismo.

Las perforinas

Son proteínas que se liberan por la unión de la célula diana que se estimula al linfocito T citotóxico.

La respuesta inmunitaria humoral

Los elementos efectores son los anticuerpos. En esta respuesta intervienen los linfocitos B.

Dos tipos

  • Respuesta humoral en la que colaboran los linfocitos B y los linfocitos T auxiliares; es la más frecuente.
  • Respuesta humoral en la que solo intervienen los linfocitos B; es poco frecuente.

Cuando colaboran los linfocitos B y los linfocitos T auxiliares

Los linfocitos T auxiliares reconocen las moléculas MHC tipo II que llevan los macrófagos en su superficie. Paralelamente, un linfocito B inactivo reconoce, mediante sus receptores, al antígeno que activó el linfocito T auxiliar. Estos linfocitos T auxiliares activados, llamados TH2, reconocen mediante sus receptores al complejo péptido-MHC-II de la superficie del linfocito B, se unen a él y segregan interleucinas. Esto hace que el linfocito B se active y prolifere, dando un clon de linfocitos B que se diferenciarán en células plasmáticas y linfocitos B con memoria.

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