30 Mar

La literatura del Siglo XVIII

El Neoclasicismo es la manifestación artística y literaria de la Ilustración. La Ilustración supone un cambio en la concepción del arte y de la literatura; por
ello, los artistas neoclásicos asumen los siguientes principios:
• La literatura debe ser útil para modificar la sociedad y educar.
• El arte debe guiarse por los principios de la razón. El sentimentalismo y las emociones quedan desterrados de la literatura.
• La creación está supeditada a las ideas, el contenido prima sobre la forma.
• Los autores deben atenerse a las normas del «buen gusto» (claridad,equilibrio, sobriedad y naturalidad), frente a los excesos barrocos (oscuridad, afectación).
• Las obras de arte han de resultar creíbles, la verosimilitud es una de las máximas del arte neoclásico.
• Se propugna la imitación de los clásicos griegos y latinos

La poesía del Siglo XVIII

En la primera mitad del Siglo XVIII, predomina el posbarroquismo (Gabriel Álvarez de Toledo, María de Camporredondo, Diego de Torres Villarroel, Eugenio
Gerardo Lobo, Teresa Guerra…). En la segunda mitad del siglo conviven varios modos de hacer poesía:
• La poesía neoclásica, canta asuntos ejemplares de gran resonancia histórica, trata temas morales y filosóficos y predica la filantropía, exalta la ciencia o aborda la educación femenina.
• La poesía anacreóntica, destinada a celebrar los placeres de la vida.
• La poesía didáctica, que encuentra en las fábulas el medio más afín a su propósito aleccionador e intención.
Benito Jerónimo Feijoo
El fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764) fue un hombre de su tiempo, racionalista e ilustrado, y el máximo intelectual de la primera mitad del Siglo XVIII. La prosa de Feijoo es de carácter divulgativo y crítico. Preocupado por el atraso cultural del país, trata de combatir los errores y supersticiones reinantes en la época. Su propósito era llegar al gran público, por ello su estilo es claro y coloquial.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) participa del espíritu reformista e ilustrado de la época. Fue el fundador del Real Instituto Asturiano. Su intensa actividad política le permitíó conocer de primera mano los problemas del país; y su faceta de escritor, la de plasmarlos en sus textos. El deseo de modernizar España es el objetivo de todos ellos. El lenguaje de Jovellanos es cuidado y culto. Sus obras tratan diferentes asuntos: política , economía, educación o literatura y cultura, como su Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas, donde rechaza el teatro Barroco y defiende un teatro que eduque y deleite.
Meléndez Valdés
Juan Meléndez Valdés (1754-1817) es el poeta más destacado del Siglo XVIII. Su obra recorre las principales tendencias de la época: la rococó y la neoclásica. En sus primeras poesías adopta la línea rococó con sus odas anacreónticas. Posteriormente, comienza a escribir poesía moral y filosófica, en la que plasma las preocupaciones e ideales de la Ilustración: los problemas sociales, el filantropismo… Un buen ejemplo es el poema «La mendiguez».

El teatro neoclásico

Los ilustrados trataron de combatir el teatro popular, continuador del teatro del Siglo de Oro, y el favorito del público. Los excesos y despropósitos, la inverosimilitud, la ruptura de las reglas clásicas o la transmisión de unas ideas sociales y morales arcaicas no se ajustaban a su propósito estético ni político. Los ilustrados consideraban que el teatro era un medio idóneo para la educación de las masas y para la propaganda política. De ahí, el interés del Gobierno en la reforma del espectáculo teatral y los numerosos ataques de los ilustrados.

Carácterísticas del teatro neoclásico:


respeto a las reglas clásicas, verosimilitud y finalidad didáctica

La comedia neoclásica

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) es el dramaturgo más representativo del siglo. A él le corresponde el mérito de adaptar la comedia a los ideales de los ilustrados y alcanzar, a la vez, el favor del público. Los temas principales de sus comedias son los matrimonios concertados, la educación de los jóvenes y los defectos de la comedia de su tiempo.

La narración

Narrar es contar sucesos reales o imaginarios que les ocurren a unos personajes en un lugar y en un tiempo.

Elementos de la narración:


narrador, marco y personajes

Orden y estructura de la narración

Orden cronológico: planteamiento, nudo y desenlace
Pueden tener ordenación circular(Empieza y acaba con el mismo hecho) o pueden tener aparente desorden

Lengua y narración

• Formas verbales:


como habitual en la narración, predomina el pretérito perfecto simple o indefinido (rugíó, volvíó, miró…); también el pretérito imperfecto (contemplaban, tenían) y el pretérito perfecto compuesto (he oído).

•Sustantivos:


son necesarios para delimitar el tema, agrupados, en este caso, en campos de experiencia

•Adverbios:


sitúan la acción en el espacio y tiempo

Los discursos del narrador

-Discurso propio: habla solamente el narrador. El narrador omnisciente tiene la capacidad de ver y contar incluso lo que pasa por la mente de los personajes, narrador: externo(objetivo/omnisciente)/interno(protagonista)
-Discurso ajeno: estilo directo, el narrador da paso a los personajes, marcas lingüísticas, signos de puntuación(:, -, » «), estilo indirecto, el narrador resume la intención del personaje, marcos lingüísticos(Dijo que, ordenó que)

Clases de narraciones literarias


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