26 Feb

Demostración de la Existencia de Dios y las Cinco Vías de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino, consciente de que la filosofía puede conducir a Dios, se dedica intensamente a demostrar su existencia utilizando la razón. A diferencia de otros filósofos, parte del final del proceso filosófico, la existencia de Dios, ya que para él, Dios es principio y fin. La fe precede a la razón, pero todo lo referente a Dios debe ser racional. La demostración de la existencia de Dios es necesaria porque no es evidente para todos, aunque la proposición «Dios existe» sea evidente en sí misma. El ser humano, apoyándose en las cosas sensibles, puede encontrar el camino para demostrar la existencia de Dios.

Las Cinco Vías

Tomás de Aquino propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios:

  1. El Movimiento: Observa que las cosas del mundo se mueven. Todo movimiento requiere un motor inicial. Este primer motor, que inicia la cadena de movimiento, es Dios.
  2. La Causa Eficiente: Todo efecto tiene una causa. No puede haber una serie infinita de causas, por lo que debe existir una primera causa eficiente, que es Dios.
  3. La Contingencia: Los seres contingentes pueden existir o no. Su existencia depende de un ser necesario, que no puede no existir. Este ser necesario es Dios.
  4. Los Grados de Perfección: En la naturaleza, hay seres con diferentes grados de perfección. Un ser imperfecto no puede ser la causa de un ser más perfecto. Debe existir un ser sumamente perfecto, que es Dios.
  5. El Orden Cósmico (Finalidad): Los seres naturales, incluso los que carecen de conocimiento, actúan con un fin. Debe existir una inteligencia que dirija todas las cosas hacia su fin, y esa inteligencia es Dios. Esta vía se inspira en los estoicos.

Naturaleza y Atributos de Dios

Una vez demostrada la existencia de Dios, Tomás de Aquino afirma que el ser humano puede conocerlo, aunque de manera imperfecta, debido a la limitación de la inteligencia humana frente a la infinitud divina. Dios es a la vez existencia y esencia, lo que implica que es infinito, inmutable, eterno y perfecto. El conocimiento que obtenemos de Dios es analógico, es decir, un conocimiento que combina cierta identidad y cierta diversidad.

Dios y el Mundo: Creación y Conservación

Al demostrar la existencia de Dios a través del principio de causalidad, Tomás de Aquino afirma que Dios es la causa de todo lo que existe. El mundo ha sido creado por Dios ex nihilo (de la nada). La dependencia del mundo respecto a Dios no se limita al momento de la creación, sino que es continua. Los seres creados son seres «participantes», es decir, poseen su propio ser, pero lo reciben continuamente de Dios. Dios es necesario para la conservación continua del mundo.

Respecto a si el mundo fue creado en el tiempo o existe desde siempre, Tomás de Aquino considera que es una cuestión irresoluble filosóficamente. Aunque la fe revela que el mundo fue creado en el tiempo, la razón no puede llegar a una conclusión definitiva.

Relación entre Razón y Fe

Tomás de Aquino distingue entre filosofía y teología como dos ciencias diferentes, con métodos y criterios distintos, pero autónomas y autosuficientes. La filosofía puede alcanzar la verdad mediante la razón, mientras que la teología se basa en la revelación divina (la palabra de Dios). En el siglo XIII, se consideraba que la razón no podía alcanzar la verdad plena sin la ayuda de la fe.

Tomás de Aquino defiende la armonía y complementariedad entre razón y fe:

  • La razón ayuda a la fe a demostrar que creer es razonable.
  • La fe ayuda a la razón adelantando la solución de problemas, confirmando los descubrimientos racionales y mostrando que los misterios no son irracionales.

Dios, al crear al ser humano como un ser racional, no puede negar lo que este revela mediante la razón.

La Acción Humana: Ética y Ley Natural

La ética tomista se centra en el concepto de ley natural, cognoscible a través de la conciencia moral. Esta ley natural, que coincide con los Diez Mandamientos (ley moral), es la participación de la ley eterna divina en las criaturas racionales. Es «la razón de la sabiduría divina en tanto que dirige todos los actos y movimientos».

Mientras que los seres naturales son regulados por leyes físicas, el ser humano, al ser libre, puede apartarse de la ley moral, eligiendo entre el bien y el mal. Aunque su ética pueda parecer teológica, Tomás de Aquino considera al ser humano y al mundo desde la perspectiva de Dios como principio y fin, justificando esta visión con la relación entre fe y razón. El conocimiento de los principios de la ley natural es accesible a todos los seres humanos; la ley moral se deduce de la propia naturaleza, siendo evidente, universal e inmutable.

La Sociedad: El Estado y la Mejor Forma de Gobierno

Para Tomás de Aquino, el ser humano es un animal social (zoon politikon). Es natural que viva en comunidad, y es necesario que exista una autoridad que gobierne. El Estado es una institución basada en la naturaleza humana, cuyo fin es conducir al pueblo a una vida justa y virtuosa, preservando la paz y el bienestar común.

El fin último del ser humano es alcanzar la gloria celestial, tarea en la que la Iglesia tiene un papel mediador fundamental. Tomás de Aquino prefiere la monarquía como forma de gobierno, considerando que el rey debe ser en su reino lo que el alma es en el cuerpo y Dios en el mundo. Sin embargo, advierte contra el abuso de poder, siendo la tiranía la peor forma de gobierno.

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