05 Feb

Contexto Histórico y Objetivos de la Desamortización

La agricultura era la actividad económica más importante en España durante el siglo XIX, empleando a dos tercios de la población activa. Sin embargo, hasta ese siglo, el sector agrícola sufría un atraso considerable, con escasas innovaciones tecnológicas y bajos rendimientos. Esta situación se debía, en gran medida, a la peculiar distribución de la tierra, caracterizada por la abundancia de minifundios en el norte y este peninsular, y el predominio de latifundios desde el valle del Tajo hacia el sur.

Este desequilibrio en la propiedad de la tierra se originó en el proceso de la Reconquista y se agravó con políticas posteriores que favorecieron la concentración de la propiedad en manos de la nobleza y el clero. Estas entidades vivían de las rentas del campo, gracias a instituciones como el mayorazgo (que vinculaba las propiedades a la casa titular, impidiendo su división o venta) y las tierras amortizadas de la Iglesia (consecuencia de donaciones, tampoco podían ser vendidas o parceladas).

Los municipios también poseían «tierras comunales», a menudo improductivas o mal cultivadas. Todas estas tierras, tanto las de la Iglesia como las de los municipios, se denominaban propiedades de «manos muertas», ya que no podían ponerse a la venta. Esta situación representaba un lastre para la economía nacional, ya que no pagaban impuestos y se explotaban con técnicas tradicionales, resultando poco productivas.

Los políticos ilustrados del siglo XVIII y los liberales del siglo XIX buscaron modernizar la agricultura. Los liberales, en particular, propugnaban la liquidación de las formas de propiedad del Antiguo Régimen (señoríos, mayorazgos, etc.) para vender las tierras. Consideraban que los nuevos propietarios aumentarían la productividad y modernizarían el campo, beneficiando al Estado al aumentar la recaudación de impuestos y el poder adquisitivo de la población.

La desamortización fue clave en la transición del Antiguo al Nuevo Régimen. Una verdadera transformación agraria era necesaria para una revolución industrial exitosa. En España, este proceso tuvo consecuencias perjudiciales, pero debe contextualizarse dentro de las dificultades del cambio de régimen.

Objetivos de la Desamortización

  • Fiscales: El objetivo principal era recaudar fondos para solucionar los problemas de la Hacienda Pública, ya fuera para afrontar gastos de guerra (Godoy y Mendizábal) o para inversiones públicas (Madoz y el ferrocarril).
  • Políticos: Se buscaba crear una masa de propietarios que apoyara al liberalismo. Esto se logró, pero a costa de tensar las relaciones con la Iglesia católica. El apoyo del clero a la causa carlista también influyó, especialmente en la desamortización de Mendizábal.
  • Económicos: Se esperaba que la modernización de la estructura de la propiedad impulsara transformaciones agrarias, facilitando el desarrollo económico y la revolución industrial. Este objetivo no se alcanzó debido a la concentración de la propiedad.
  • Sociales: Se pretendía debilitar a los antiguos estamentos privándolos de su poder, la tierra. Se logró con la Iglesia, pero no con la nobleza. Se esperaba que la desamortización fomentara una clase media de campesinos propietarios, pero esto no sucedió. Sin embargo, sí se eliminó una de las bases del Antiguo Régimen: la tenencia de la propiedad agraria por parte de las instituciones.

Proceso Cronológico de la Desamortización

La desamortización fue un proceso histórico que abarcó gran parte del siglo XIX. Las medidas legislativas, generalmente impulsadas por gobiernos progresistas (Cortes de Cádiz, Trienio Liberal, Mendizábal, Madoz), coincidían con reformas económicas, mientras que los gobiernos conservadores se centraban en reformas administrativas.

  • El precedente: La desamortización de Godoy: Godoy, bajo Carlos IV, desamortizó 1/4 de la propiedad eclesiástica para financiar guerras. José I lo intentó, pero no lo logró debido a la Guerra de la Independencia.
  • Las Cortes de Cádiz (1811): Uno de los decretos más importantes eliminó los señoríos jurisdiccionales y convirtió los señoríos territoriales en propiedad individual. Mucha nobleza se acogió a esta opción.
  • La desamortización de Mendizábal (1836): Fue la más importante y afectó a los bienes eclesiásticos. Se plasmó en dos disposiciones: la supresión de órdenes religiosas y nacionalización de sus bienes, y la venta en pública subasta, pagable en efectivo o Deuda Pública. Sus motivaciones fueron atraer a compradores al liberalismo y paliar la crisis de la Hacienda pública por la guerra carlista.
  • La desamortización general de Madoz (1855): Consistió en la venta forzosa, con indemnización, de bienes de municipios, Estado y otras instituciones. Su objetivo principal fue fiscal, pero dirigido a inversiones públicas (ferrocarriles). También se dio en un periodo progresista.

Resultados y Consecuencias de la Desamortización

Transformación de la Propiedad

La desamortización transformó radicalmente la regulación de la propiedad, haciéndola liberal y capitalista. Desaparecieron el mayorazgo y los señoríos jurisdiccionales, así como los privilegios medievales. Aumentó la concentración de la propiedad (tercera fase de la creación del latifundio), ya que compraron tierras quienes tenían dinero (nobleza y burguesía). No se fomentó la mediana propiedad, sino que aumentaron los latifundios.

Beneficiados y Perjudicados

  • Beneficiados: La nobleza, que adquirió tierras y transformó sus propiedades institucionales en individuales, y la burguesía comercial y agraria, que compró gran parte de las tierras en venta.
  • Perjudicados: La Iglesia, que perdió su base económica (aunque fue compensada); los ayuntamientos, que perdieron autonomía; y los pequeños campesinos, que, al desaparecer los bienes propios y comunales, perdieron una base de sustento y se proletarizaron.

Consecuencias Políticas, Sociales y Culturales

  • Políticas: Se creó una masa de propietarios afines al régimen liberal. La separación Iglesia-Estado se acentuó, y desde 1836 hubo una ruptura hasta el Concordato de 1851, donde el Estado sufragó los gastos de la Iglesia. El liberalismo español adquirió un tono anticlerical.
  • Sociales: Aumentó el protagonismo de la burguesía y surgió una nueva clase social: los jornaleros, fuente de problemas en zonas latifundistas durante el siglo XIX y parte del XX. No se realizó la reforma agraria social que se intentaría en la Segunda República.
  • Culturales: La desaparición de instituciones eclesiásticas supuso la destrucción o deterioro de edificios históricos y la dispersión de su patrimonio, aunque parte se recuperó en archivos y museos.

Valoración

La desamortización consolidó el régimen liberal, pero tuvo importantes sombras. No aumentó significativamente la producción agraria y la propiedad se concentró aún más, impidiendo un desarrollo industrial profundo. Se recaudó menos dinero del previsto debido a la devaluación de la Deuda Pública y a la corrupción.

Cambios Agrarios

El Atraso Agrario

A principios del siglo XIX, el sector agrario español estaba muy atrasado, caracterizado por:

  • Monocultivo cerealístico.
  • Técnicas tradicionales (rotación trienal, barbecho, arado romano, abonos naturales).
  • Privilegios de la ganadería (Mesta).
  • Estructura de la propiedad: latifundios, minifundios y, sobre todo, manos muertas.

Durante el siglo XVIII, la agricultura fue un problema que los ilustrados intentaron solucionar.

Evolución de la Agricultura

A lo largo de la primera mitad del siglo XIX, se produjeron cambios legislativos que afectaron la estructura de la propiedad de la tierra. Se eliminaron los obstáculos jurídicos a la propiedad liberal (libre, individual y absoluta), desapareciendo las formas de propiedad compartida o vinculada. Las Cortes de Cádiz abolieron el régimen señorial. En el Trienio Liberal se desvincularon los mayorazgos y se permitió el cierre de fincas. La abolición de los privilegios de la Mesta, la libertad de arrendamientos agrarios, de precios, almacenamiento y comercio interior, permitieron el uso exclusivo de las propiedades agrarias desde la individualidad. La abolición de los diezmos eclesiásticos completó el marco jurídico.

Hubo cierto desarrollo agrario, pero coexistieron factores que impulsaban y obstaculizaban la modernización.

Factores que impulsaban la modernización:

  • La desamortización impulsó la producción.
  • El proteccionismo comercial.
  • Cierto crecimiento demográfico que estimuló la demanda.
  • Existencia de un sector exportador moderno (olivo, vid, cítricos).

Factores que obstaculizaban la modernización:

  • Persistió el estancamiento tecnológico (arado romano, abono natural).
  • Existencia de grandes latifundios y minifundios, con jornaleros con bajo nivel de vida, lo que impidió el desarrollo de un mercado cualitativo.
  • Predominio de la agricultura de subsistencia.

Hubo cambios en la estructura de la propiedad, pero no facilitaron la modernización porque los propietarios optaron por mano de obra barata en lugar de mecanizar. Otras consecuencias fueron la decadencia de la ganadería (supresión de la Mesta) y la imposición de una política proteccionista que perjudicó al sector agrario moderno y exportador.

Importancia de la Agricultura en el Crecimiento Económico

La modernización agraria era fundamental para la revolución industrial, pero no ocurrió en el siglo XIX. Los liberales consolidaron la propiedad privada, pero la forma de realizar la desamortización, priorizando los objetivos fiscales, favoreció la consolidación del latifundio basado en mano de obra barata, no en una gran propiedad moderna.

En 1900, la población seguía siendo rural, había déficit alimentario, no hubo exportaciones y el nivel de consumo era bajo. La agricultura no fue un mercado para la industria, ni hubo trasvase de capitales a otros sectores. Hasta finales del XIX, se mantuvo el Régimen Demográfico Antiguo (alta mortalidad, analfabetismo, dieta pobre, bajo nivel de vida). La agricultura fue un lastre para el desarrollo. La conflictividad social y política generada por el problema agrario está en la base del tumultuoso siglo XX español (Casas Viejas, Guerra Civil).

Conclusión

La desamortización fue la medida más revolucionaria del gobierno liberal. Se abolió el régimen señorial, se suprimieron los mayorazgos y se desamortizó, liberalizando la tierra. Pero no fue suficiente, porque la agricultura española, muy atrasada, no fue motor de la revolución industrial. La desamortización, que pasó la tierra de manos eclesiásticas y municipales a manos laicas y privadas, no creó una verdadera clase media agraria y aumentó las diferencias sociales.

El fracaso de la revolución industrial en España, que no se produjo hasta la década de 1960, está ligado al fracaso de la desamortización, considerada por algunos como una «Reforma Agraria al revés».

La desamortización no cumplió las esperanzas de una profunda reforma agraria ni condujo a la industrialización. Pero fue inseparable de las dificultades de consolidación de un Estado liberal amenazado y con ingresos fiscales insuficientes.

El latifundio se consolidó y el jornalero apareció como clase social conflictiva. El problema agrario (injusticias sociales y escasa demanda) está en la base de los problemas del siglo XX que conducen a la Segunda República y la Guerra Civil.

En los años sesenta, la crisis de la agricultura tradicional y el éxodo rural posibilitaron la verdadera revolución industrial, pasando la agricultura a un papel terciario. En la actualidad, hay una cierta vuelta al campo debido a la crisis económica, y las zonas menos desarrolladas tienen una mayor presencia del sector agrario.

Deja un comentario