25 Nov

Evolución del Lenguaje Infantil

Podemos hablar de tres etapas esenciales cuyos límites intermedios son relativamente arbitrarios, si bien su sucesión se impone desde el punto de vista cronológico:

  • El prelenguaje
  • El inicio del desarrollo lingüístico
  • El lenguaje como instrumento de socialización

El Prelenguaje (0-12/13 meses)

Podemos distinguir:

  • Los gritos
  • Balbuceos (2-8 meses)
  • La comprensión inicial del lenguaje (8-9 meses)
  • Atención a los medios pre-lingüísticos (8-10 meses)
  • Lenguaje infantil (9-12 meses)
  • Aparición de la conciencia del símbolo (13-15 meses)

Desde el momento del nacimiento, el niño inicia acciones conjuntas con los adultos. Estas acciones conjuntas o actos de comunicación se establecen a lo largo del primer año y constituyen las bases del desarrollo del lenguaje.

El Inicio del Lenguaje Fónico: El Grito y el Balbuceo

El grito desempeña un papel fisiológico importante e innegable; el niño aprende a coordinar su respiración en función de su intensidad y duración (gritos = necesidad). El balbuceo. La actividad de succión es probablemente el preludio necesario del balbuceo. Van apareciendo sonidos principalmente vocálicos, pero también consonánticos, que van centrándose en una actividad cada vez más coordinada y más específicamente intencional. Por una especie de imitación global, el niño responde a las palabras del adulto con una especie de melodía vocálica y homogénea. La lalación (expresión balbuceante, repetitiva), el balbuceo y la ecolalia (perturbación del lenguaje que consiste en repetir el enfermo involuntariamente una palabra o frase que acaba de pronunciar él mismo u otra persona en su presencia), no se pueden considerar lenguaje en la medida que no hay relación entre sonido y sentido (3 o 4 meses los lactantes balbucean sonidos que se aproximan al lenguaje).

La Aparición de la Intencionalidad Comunicativa. La Palabra-Señal

Aproximadamente al año, los niños producen sus primeras palabras inteligibles formadas generalmente con sílabas duplicadas como mama, tata, nene, y que suelen constar de una consonante y una vocal. En algunos niños, el balbuceo cesa cuando aparecen las primeras palabras, pero en otros continúa aun cuando aumenta su vocabulario inteligible. Las primeras palabras suelen aparecer de los diez a los quince meses, etapa que se halla determinada tanto por el control que ejerce el niño sobre la articulación del lenguaje como por su capacidad para asociar designaciones con objetos. La mayoría de los niños pueden entender y responder adecuadamente a cierto número de palabras antes de que puedan producir cualquiera de ellas. Suelen acompañar la palabra con gestos. Después, utilizarán la entonación, que frecuentemente es ascendente cuando indica pregunta o ruego y descendente cuando se refiere a una afirmación.

El Inicio del Desarrollo Lingüístico o Primer Nivel Lingüístico

El Afianzamiento del Dominio Fónico y Articulatorio

El desarrollo fonológico es paralelo a la complejidad de la palabra-frase. La emisión de una vocal necesita dos movimientos simultáneos: uno lingual y otro labial; cada vocal se caracteriza por dos puntos de articulación. La adquisición y el dominio del lenguaje no pueden explicarse solo por la adquisición de estructuras cada vez más complejas o por un mayor dominio fónico o articulatorio. La adquisición y el dominio del lenguaje están, ante todo, en función del progreso del niño en la comprensión del medio y de las relaciones que unen los elementos que lo constituyen. El niño construye un sistema de acuerdo con sus posibilidades audiomotrices, en función de las cuales organiza sus enunciados. Este sistema de producción no coincide con el que le sirve de recepción; percibe una complejidad mayor en los sonidos que la que es capaz de producir. El niño es capaz de percibir las diferencias que estructuran fonéticamente el enunciado adulto y darles sentido; sin embargo, a veces no es capaz de respetar él mismo esa diferencia. La imitación es importante en el afianzamiento del dominio fónico y articulatorio, pero esta no lo explica todo y, en realidad, lo que llamamos imitación es un proceso global no forzosamente único.

El Desarrollo Semántico

Pensamos, como Bruner (1986), que la sintaxis, la semántica y la pragmática del lenguaje no pueden ser aprendidas por el niño independientemente una de otra; son necesariamente inseparables, interdependientes. La comprensión es más precoz que la producción y suele existir un desfase entre ambas. Hay niños que tardan más que otros en expresarse y otros que tienen dificultades en la producción. El sentido que todo niño pequeño parece atribuir a unas determinadas palabras depende de la experiencia que él haya tenido con el objeto al que el significante se refiere. El desarrollo de la configuración semántica de la palabra, desde un punto de vista ontogénico (desarrollo del individuo, sobre todo desde el punto de vista primario), se traduce en el cambio profundo de las relaciones funcionales entre el enunciado y la realidad. El niño percibe determinadas características que son a las que le interesa referirse, tiene sus propias capacidades para captarlas y en su entorno le son reforzados determinados tipos de producción. No podemos limitarnos a una sola explicación, sin tener en cuenta las distintas capacidades cognitivas, de memoria, perceptivas, de articulación y emotivas del niño en la dimensión fundamental del lenguaje: la comunicación. En ella está implícito no solo que se hable de algo, sino que en sus palabras, locutor y oyente se tengan en cuenta.

El Lenguaje: Instrumento de Comunicación y Socialización

Piaget

Para Piaget, existe una evolución significativa en la utilización del lenguaje desde un extremo predominantemente egocéntrico (hacia los tres años, las tres cuartas partes de la actividad lingüística es egocéntrica) a otro fundamentalmente socializado. Dos grandes categorías en el lenguaje hablado: lenguaje egocéntrico (repetición, monólogo, monólogo colectivo) y lenguaje social.

Vygotsky

El desarrollo del lenguaje y del pensamiento tienen distintas raíces, son independientes y no siempre paralelos. Considera que desde el principio el niño es comunicativo, después tendrá una etapa egocéntrica y finalmente llegará a la interiorización.

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